Ensayo de "El hombre en busca del sentido"
Ailin ChaviraEnsayo14 de Octubre de 2019
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La vida de un prisionero en un campo de concentración desde los ojos de un médico
Imaginense estar presentes durante la Segunda Guerra Mundial, ahora, vayamos a 1942, cuando inició todo para Viktor Frankl, quien era un neurólogo, psiquiatra y filósofo austríaco. A través de él, de sus ojos y su recuerdos podremos transportarnos a una época de terror en Polonia, mediante su libro El hombre en busca del sentido, en dónde nos relata día a día su estancia en diferentes campos de concentración.
A su vez, a través de su escrito trata de explicarnos que durante este periodo, los prisioneros de este lugar sufrían toda clase de alteraciones psicológicas, que cada una de estas finalmente se podían asociar y clasificar en tres fases diferentes. Cómo se va desarrollando el libro es algo muy sorprendente porque al inicio él mismo no se percata de los cambios psicológicos que ocurren en cada uno de sus compañeros, sin embargo, con el tiempo pone más atención de lo que ocurre en su entorno y desde una visión de médico interpreta y concluye el por qué de la forma de ser, de expresarse y de llevar a cabo las acciones de los residentes de aquel lugar.
Para comprender el contexto del libro es conveniente saber que a fines de 1941 y comienzos de 1942, Majdanek y Auschwitz fueron construidos en Polonia como campos de concentración, para cumplir un papel importante dentro del plan político nazi. Además, fueron expandidos para funcionar también como centros de exterminio. Desde febrero de 1942 hasta el final de la guerra, los prisioneros de los campos de concentración fueron oficialmente obligados a trabajar en la industria de armamentos, produciendo armas y otros productos esenciales para la economía de guerra alemana. Es necesario mencionar, que las condiciones de vida en los campos de concentración nazis variaba de período en período y de campo en campo. Esto es durante el período de 1942-1945 muchos prisioneros murieron en los campos como resultado del tratamiento brutal que recibían, las duras condiciones de trabajo, la desnutrición y el hacinamiento. Más aún, en 1943 las condiciones mejoraron levemente, ya que se buscaba que los prisioneros trabajarán eficientemente en la industria de armamentos. Todo esto parece confirmar que los prisioneros pasaron por un periodo de condiciones inadecuadas, que repercute notablemente a nivel funcional y psicológico, por lo cual, en relación con las conclusiones que se describieron en el libro, nos lleva a desarrollar con mayor precisión el tema de las tres fases experimentadas: fase de internamiento, la vida en el campo y la fase después de la liberación.
Primera fase: Internamiento en el campo.
Respecto a la primera fase, estoy de acuerdo con que “el síntoma característico es el shock”, puesto que es una respuesta esperada en las personas que sabían serían internadas en un campo de concentración. No es fácil imaginarse a bordo del tren con un destino impredecible.
Desde mi punto de vista, cuando las personas eran arrastradas de su hogar con los objetos más valiosos que atesoraban o simplemente lo esencial que pudieran llevar en sus maletas, era el momento que determinaba el inicio de una etapa inimaginable en su vida. ¿Cómo pueden arrebatarle a una persona su hogar, su familia, los momentos más básicos y cotidianos de su vida en tan sólo unos cuantos minutos? Era injusto y más aún, es la forma más inhumana de demostrar y dejar claro el poder que puede poseer una persona sobre la vida de los demás.
Que largo puede resultar un viaje en tren cuando no sabes que te espera al llegar a la última parada. Imagina llegar a la estación, bajar del medio de transporte que tomabas todos los días para ir al trabajo o utilizaban en familia de vez en cuando para hacer un viaje y visitar a seres queridos, pero esta vez con un motivo y sitio final totalmente nuevo para ti. Hay que mencionar, además que a partir de ese momento toda tu vida ha cambiado por completo. A partir del instante en que pisas el suelo, la persona que eras ha desaparecido, como el resto de tus acompañantes, algunas de ellas reconocidas por su talento o profesión, ahora tanto tú como ellas son un número más de la lista de prisioneros del campo de concentración. Cabe señalar que una vez dentro del campo no importaba que habías hecho en tu vida previa, si hiciste el bien o el mal con las personas que te rodeaban, dentro serás solo un par de manos más para trabajar, un par de piernas para moverte y hacer todas las tareas necesarias del día, eso si tenías suerte al momento de la selección inicial. Con todo lo previamente dicho ¿de qué forma te sentirías?, ¿cómo reaccionarías? efectivamente, estarías como los prisioneros de hace setenta y siete años, cuando presenciaron ese momento. Te sentirías paralizado, sin poder respirar y con los pensamientos en blanco.
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