Epoca Moderna - Filosofía

EPOCA MODERNA

El Renacimiento constituye un periodo de profundos cambios los que se manifiestan a partir de los siglos XV y XVI en diversos sectores de la realidad como lo económico, política, religiosa, científico, filosófico, etc.

CATEGORIA DE INFINITO

En el contexto del pensamiento antiguo concedió un valor superior a lo finito con respecto a lo infinito, pues lo último era sinónimo de indeterminación e imperfección; en cambio, lo finito, al ser limitado y acabado era signo de perfección.

Desde el punto de vista gnoseológico, se afirma que solo podía expresarse en conceptos y definirse lo que es limitado, en cambio lo inabarcable, lo que rebasa el limite no podía conocerse ni ser definido. Aristóteles refiriéndose al infinito decía que podía pensarse como posible pero no como algo real, dado que ninguna cosa existente puede ser ilimitada. Esta primicia de lo finito se manifestaba a su vez  en la cosmología griega, pues, anteriormente se concibió el universo finito, limitado por la esfera de las estrellas fijas.

El concepto de infinito aparece en la concepción cristiana unido a la idea de Dios, de modo que, lo que antes era signo de negatividad, ahora expresa la perfección divina como poder infinito. Sin embargo en lo referente al mundo, la Edad Media, siguió la tradición griega considerándolo como finito y limitado.

En el Renacimiento se irrumpe la idea de infinito como una de las categorías básicas del pensamiento moderno. Nicolás de Cusa afirma que toda criatura es una infinitud precisa puesto que Dios está presente en cada uno de ellos de modo que para el Cusano el mundo es la imagen sensible de Dios y por lo tanto es infinito como Él.

Así mismo, Giordano Bruno asume la idea de la infinitud del Universo en el que se encuentran infinitos astros e infinitos seres.

Spinoza cuando parte del concepto de substancia como lo que es en sí, se concibe por sí y no necesita de ninguna otra cosa para ser y considera que dicha definición solo puede corresponder a Dios, al que identifica en una posición panteísta, fundamento de todo lo que existe, es infinito y posee infinitos atributos. Sin embargo, de todos estos infinitos atributos el hombre solo conoce dos, el pensamiento y la extensión, los cuales expresan en su dimensión y a su modo la esencia de la substancia siendo el primero causa del mundo espiritual y el otro del mundo corporal.

Leibnitz por su parte, al referirse a las substancias, dirá que son infinitos de naturaleza simple, átomos de energía ellos constituyen los últimos elementos de la realidad, los que combinados de diversas maneras han hecho lugar a los cuerpos compuestos que percibimos dentro del universo. También expresa que en lo mas pequeño se expresa la infinitud.

Dentro del pensamiento contemporáneo, el mismo proceso de conocimiento se considera también infinito, lo cual significa reconocer que el conocimiento científico no es algo acabado ni definitivo.

CATEGORIA DE INDIVIDUO

En el pensamiento antiguo resulta evidente la subordinación de lo individual a lo general, por lo tanto lo general constituye la meta hacia lo que el conocimiento se dirige, expresable a través de los conceptos.

Desde el punto de vista político y moral, en general, el hombre griego tendió a subordinarse a la polis y contribuir como una de las mayores virtudes al engrandecimiento y gloria de su ciudad. Al pasar a la Edad Media, los autores cristianos admiten la existencia de las ideas eternas en la mente de Dios, las cuales son también los modelos conforme a los cuales la divinidad creo el mundo en grados descendentes de perfección.  Durante esa época se desarrolló el problema de los universales, en el que se debatió sobre si los géneros y especies tenían realidad o si, por el contrario, eran solo imágenes de nuestro pensamiento; a su vez se cuestionaban, que de afirmar su realidad, entonces había que aclarar si tenían realidad o estaban separados de las mismas. Los representantes del Realismo Extremo sostuvieron que los universales existen fuera de las cosa, a diferencia de los Realistas Moderados, que consideraban que los universales aunque eran reales solo existen en las cosas. Por otra parte, la corriente Nominalista afirmaba que lo único que existe es lo individual y lo general era un simple nombre para designar lo común que tiene una especie. En esa dirección, los Conceptualistas niegan la existencia de lo general, pues para ellos los universales son conceptos que poseen una significación dada por el hombre cuando se refieren a lo que las cosas poseen en común.

La influencia religiosa de la época, hizo que lo individual adquiriera una valoración especial, puesto que todo ser es creado por Dios. Pero es en el Renacimiento donde la primacía de lo individual sobre lo genérico cobra vigencia; así Nicolás de Cusa sostenía que la armonía del mundo estaba basada en la variedad infinita de seres que hay dentro del mismo. También Giordano Bruno afirmaba que cada ser individual es irrepetible en el universo, lo que más tarde reafirmaría Leibnitz al sentar el principio de los indiscernibles. En el plano político la primacia de lo individual tiene plena vigencia en la ideología y economía del sistema burgues, en donde cada uno de los individuos persigue su propio interés en una sociedad netamente competitiva.

CATEGORIA DE MOVIMIENTO

También se opera un cambio con respecto al pensamiento antiguo. Los primeros filósofos se dieron a la tarea de intentar conocer la realidad, consideraron que en las cosas existen dos niveles, uno patente que aprehendemos a través de nuestros sentidos y otro latente, oculto que nos pone en contacto con la naturaleza fija de las cosas, o sea, con lo que estos esencialmente son.

Aristóteles decía el movimiento se produce mediante el paso de la potencia al acto de modo que todo movimiento tiene su fin y sus límites. El movimiento no tenía dentro del pensamiento aristotélico un valor que se explicitaría en la creación de algo nuevo, puesto que para el el cambio significa llegar a adquirir la forma o acto de lo que anteriormente estaba en potencia.

Por otro lado, Aristóteles planteo la necesidad de un principio universal del movimiento al de denomino “primer motor” que corresponde a Dios. Este ser indiferente del mundo lo meve en cuanto es el fin o aspiración de todos los seres por alcanzar el acto.

La primacia del movimiento frente al reposo se manifiesta también en lo largo de la filosofía moderna. En Leibnitz hace que el concepto de substancia pierda la rigidez que le había caracterizado en épocas pasadas, por eso empieza criticando el concepto de substancia material mantenido por Descartes por ser estática y carente de fuerza.

También en todos los representantes del idealismo alemán se advierte la primacía del movimiento sobre lo estático. Así en Fichte el fundamento de toda experiencia, que el denomina yoidad es identificado como una actividad pura. De esta manera Fichte dirá que e parte de un acto de posición en el que el yo se puede así mismo, trata de una actividad que busca hacerse consiente, entonces la segunda actividad del yo es la posición de un no-yo contrapuesto al yo como en el primer paso necesario para la adquisición de la consciencia, pues esta es siempre consciencia de algo. Piensa Fichte que es necesario una tercera posición que solucione el conflicto haciendo posible la subsistencia de ambos sin que se excluyan. El yo a través de una tercera posición al yo divisible un no-yo divisible, o sea, aparecen la multiplicidad de sujetos y objetos.

EL PROBLEMA DEL MÉTODO

El filósofo francés Rene Descartes era un representante del racionalismo profundamente convencido de que la razón por si sola puede llegar a la verdad contenida en las naturalezas simples mediante la aprehensión inmediata de su esencia a través de la intuición. En la primera parte del Discurso del Método, Descartes dice: “el buen sentido es la cosa que mejor repartida está en el mundo, pues todos juzgan que poseen buena provisión que el que aun los más difíciles de contentar en otras materias no suelen apetecer más del que ya tienen. En lo cual no es verosímil que todos engañen, sino más bien que esto demuestra que la facultad de juzgar bien, de distinguir lo verdadero de lo falso, que es lo que propiamente llamamos buen sentido o razón, es por natur4aleza igual en todos los hombres, y por lo tanto, que la diversidad de nuestras opiniones no procede de que unos sean más racionales que otros, sino tan solo de que dirigimos nuestros pensamientos por caminos distintos y no consideramos las mismas cosas. No basta ciertamente de tener un buen entendimiento, lo principal es aplicarle bien”.

Descartes considera necesario el empleo de un método adecuado que permita alcanzar la razón, de modo que pueda aumentarse los conocimientos. Dicho método consta de 4 reglas:

• La primera consiste, en no admitir como verdadera cosa alguna que no se conozca evidentemente como tal, evitando cuidadosamente la precipitación y los prejuicios, y no aceptando como cierto sino lo presente a mi espíritu de forma tan clara y distinta que acerca de su certeza no hubiera la menor duda.
• La segunda, expresa que es preciso la división de cada una de las dificultades con que tropieza la inteligencia al investigar la verdad, en tantas partes como fuera necesario para resolverlas.
• La tercera se refiere a que hay que ordenar los conocimientos empezando siempre por los más sencillos elevándose por grados hasta llegar a los más complejos, y suponiendo un orden en aquellos que no lo tenían por naturaleza.
• La última consistía en hacer enumeraciones tan completas y generales que me dieran la seguridad de no haber incurrido en ninguna omisión.

Descartes comienza aconsejando la cautela necesaria para no errar, por eso expresamente menciona que debe evitarse la precipitación en nuestros juicios. A la segunda regla, dado que la mayoría de nuestras ideas son complejas, recomienda llevar a cabo un análisis y resumirlas. En cuanto a la tercera regla, explica que después de efectuado el análisis, debe realizarse la síntesis, que consiste en reconstruir lo complejo, partiendo de lo simple. Finalmente, en la cuarta regla, se menciona que es importante llevar a cabo revisiones generales a fin de intuir cada termino, como también la del vínculo que le une al precedente y al siguiente.

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