ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Epístemología

karoma14 de Octubre de 2013

3.424 Palabras (14 Páginas)264 Visitas

Página 1 de 14

Resumen

En el presente artículo se analizan los principales lineamientos de las teorías de la verdad en Alfred Tarski y Peter Strawson, filósofos contemporáneos destacados –entre otros- en la discusión de esta problemática. Dichos autores son situados en el marco mayor de la Filosofía actual, indicando en qué aspectos de sus obras se vislumbran ciertos rasgos distintivos de la misma.

Se propone que la reflexión acerca de la verdad requiere la consideración de sus dos aspectos: el de adecuación y el pragmático. En este sentido, las teorías detalladas descuidan, en mayor o menor medida, alguno de ellos.

La Filosofía actual manifiesta una clara tendencia a “tematizar” conceptos que antes sólo utilizaba para tratar, con su ayuda, determinadas cuestiones y, entre ellos, el concepto de verdad es, sin duda alguna, un ejemplo representativo de dicha transformación, tanto de su uso cuanto de su contenido. Los aportes a que ha dado lugar la amplísima reflexión desarrollada sobre la cuestión, son tan variados como las corrientes filosóficas que han ido cobrando vigencia sucesiva o simultáneamente.

En una obra reciente que recopila importantes artículos y discusiones sobre este tema (i), se mencionan treinta teorías de significativa relevancia y repercusión, las cuales, a su vez, pueden agruparse y reagruparse, según criterios diferentes, dado los puntos de contacto y o de diferenciación entre ellas. Creemos que este dato “habla por sí solo” acerca del asombroso énfasis que en nuestros tiempos se ha puesto en esta discusión.

Por consiguiente, y a los fines de esta presentación, sólo podemos optar por seleccionar algunos autores dentro del poblado listado en el que se encuentran. Con esta salvedad, nos permitimos considerar especialmente los aportes de Alfred Tarski y Peter Strawson, dos filósofos cuya influencia, si bien notoria, no excluyen la de otros pensadores abocados a la misma tarea.

Alfred Tarski (ii) –todavía dentro del ambiente más o menos positivista- se atreve a reflexionar sobre el concepto de verdad, a riesgo de exponerse, así, a la condenación de “sinsentido” por parte de los defensores del criterio empírico de sentido. No obstante, se disculpa diciendo:

“Aunque mis investigaciones conciernen a conceptos de los que se ha ocupado la filosofía clásica, se las conoce comparativamente poco en los círculos filosóficos a causa de su carácter estrictamente técnico. Por esta razón espero se me excusará por retomar el asunto” y más adelante “las palabras ‘noción’ y ‘concepto’ se usan en este trabajo con toda la vaguedad y ambigüedad con que figuran en la literatura filosófica. De modo que unas veces se refieren simplemente a un término. A veces no tiene importancia determinar cuál de estas interpretaciones se tiene en cuenta y en ciertos casos tal vez ninguna de ellas se aplica adecuadamente. Si bien en principio comparto la tendencia a evitar estos términos en toda discusión exacta, no he considerado necesario hacerlo así en esta presentación informal”.(iii)

Tarski intentó precisar la idea de adecuación al señalar una condición que toda definición de verdad habría de cumplir:

“Con el fin de evitar toda ambigüedad, debemos comenzar por especificar las condiciones en que la definición de verdad será considerada adecuada desde el punto de vista material. La definición deseada no se propone especificar el significado de una palabra familiar que se usa para denotar una noción nueva; por el contrario, se propone asir el significado real de una noción vieja. Por consiguiente, debemos caracterizar esta noción con la suficiente precisión para que cualquiera pueda determinar si la definición desempeña realmente su tarea.

En segundo lugar, debemos determinar de qué depende la corrección formal de la definición. Por esto, debemos especificar las palabras o conceptos que deseamos usar al definir la noción de verdad; y también debemos dar las reglas formales a que debiera someterse la definición. Hablando con mayor generalidad, debemos describir la estructura formal del lenguaje en que se dará la definición”. (67-68)

A fin de especificar la extensión del término “verdadero”, Tarski efectúa las siguientes precisiones:

“El predicado ‘verdadero’ se usa con referencia a fenómenos psicológicos, tales como juicios o creencias, otras veces en relación con ciertos objetos físicos –a saber, expresiones lingüísticas y, específicamente oraciones [sentences]- y a veces con ciertos entes ideales llamados ‘proposiciones’. Por ‘oración’ entendemos aquí lo que en gramática se llama usualmente ‘oración enunciativa’. (…) Por diversas razones, lo más conveniente parece aplicar el término ‘verdadero’ a las oraciones; es lo que haremos.

Por consiguiente, siempre debemos relacionar la noción de verdad, así como la de oración con un lenguaje específico; pues es obvio que la misma expresión que es una oración verdadera en un lenguaje puede ser falsa o carente de significado en otro”. (68)

Según el autor, el significado del término ‘verdadero’ o lo que llama intensión del concepto de verdad plantea dificultades muchas más graves. Pretende que la definición resultante de su análisis haga justicia a las intuiciones vinculadas con la concepción aristotélica clásica de la verdad, que encuentran su expresión en las conocidas palabras de la Metafísica:

Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es falso, mientras que decir de lo que es que es, o de lo que no es que no es, es verdadero.(iv)

A fin de adaptarse a la terminología filosófica moderna, expresa esa concepción mediante la fórmula:

La verdad de una oración consiste en su acuerdo (o correspondencia) con la realidad.

Atendiendo al uso popular del término “designa” que se aplica no sólo a nombres, sino también a oraciones; y basándose en el “acuerdo” de hablar de los designados [designata] de las oraciones como de “estados de cosas”, el autor estima que podría usarse la oración siguiente:

Una oración es verdadera si designa un estado de cosas existente.

Sin embargo, para el autor, ninguna de las definiciones anteriores puede considerarse una definición satisfactoria de la verdad. Intentará arribar a ello a partir de un ejemplo concreto: la oración “la nieve es blanca”, según la concepción clásica de verdad –dice-, es verdadera si la nieve es blanca, y falsa si la nieve no es blanca.

Es decir:

La oración “la nieve es blanca” es verdadera si, y sólo si, la nieve es blanca.

Tarski llama “equivalencia de la forma (V)” a aquella en la que “p” sea reemplazada por cualquier oración del lenguaje a que se refiere la palabra “verdadero”, y “X” sea reemplazada por un nombre de esta oración. De este modo, tal equivalencia se simbolizaría:

(V) X es verdadera si, y sólo si, p.(v)

El uso adecuado del término “verdadero”, desde el punto de vista material, supone, pues que pueda aplicarse la equivalencia de la forma (V), aunque Tarski admite que toda equivalencia de esta forma sólo puede considerarse una definición parcial de la verdad, que explica en qué consiste la verdad de tal oración individual. La definición general debe ser, en cierto sentido, una conjunción lógica de todas las definiciones parciales.

El autor continúa su discurso justificando la inclusión del concepto de verdad entre los conceptos semánticos y afirma que el problema de definir la verdad resulta estar estrechamente relacionado con el problema más general de echar los fundamentos de la semántica teórica. La semántica –dice- es una disciplina que se ocupa de ciertas relaciones entre las expresiones de un lenguaje y los objetos (o “estados de cosas”) a que se “refieren” esas expresiones. Como ejemplos típicos de conceptos semánticos menciona los de designación, satisfacción y definición, según los ejemplos siguientes:

“La expresión ‘el padre de este país’ designa (denota) a George Washington; la nieve satisface la función proposicional [sentential] (la condición) ‘x es blanca’; la ecuación ‘2.x=1’ define (determina unívocamente) el número 1/2”. (Tarski, op. cit., 72)

Aclara, sin embargo, que mientras las palabras “designa”, “satisface” y “define” expresan relaciones entre ciertas expresiones y los objetos a que se “refieren” esas expresiones, la palabra “verdadero” expresa una propiedad (o denota una clase) de ciertas expresiones, a saber, de oraciones. Pero, puesto que todas las formulaciones dadas precedentemente, que tenían por finalidad explicar el significado de esta palabra, no se referían a las oraciones mismas sino a objetos “acerca de los que hablan” estas oraciones, o posiblemente a “estado de cosas” descritas por ellas, ha incluido el concepto de verdad entre los conceptos semánticos. Sin

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (22 Kb)
Leer 13 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com