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Estudio de personajes en el cuento "Sol, Luna y Talía"


Enviado por   •  13 de Febrero de 2022  •  Ensayos  •  1.544 Palabras (7 Páginas)  •  888 Visitas

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FUNCIONES DE LOS PERSONAJES SEGÚN VLADIMIR PROPP APLICADO EN EL CUENTO ‘SOL, LUNA Y TALÍA’ DE GIAMBATTISTA BASILE .

Siempre son de gran importancia los personajes en textos literarios. Éstos definen y forman parte de la morfología del texto. Vladimir Propp, propone diversas posibilidades de desglosamiento en cuento al texto fantástico. En este ensayo, explicaremos y pondremos en práctica tales propuestas de Propp.

Los cuentos de los Hermanos Grimm son claro ejemplo de las secuencias que Propp plantea, pues cumple la mayoría de las funciones que se mencionan en el libro “Morfología del cuento” de Vladimir. Ahora, en el cuento “Sol, Luna y Talía” de Giambattista Basile (relato original en el que se basa “La Bella Durmiente”), aún no perteneciendo a las obras de los Grimm, ejemplifica de forma precisa las funciones y caracteres que debe tener un cuento fantástico.

En primera instancia, se presentan a los personajes y protagonista: “Los cuentos empiezan habitualmente con la exposición de una situación inicial. Se enumeran los miembros de la familia, entre los que el futuro protagonista”*. Talía, es una princesa que nace con una maldición, los profetas del pueblo le dicen al Rey que cuando sea grande, se pinchará el dedo con una astilla de lino y morirá.        

La prohibición toma lugar: “Recae sobre el protagonista una prohibición”*, la cual, claramente es el lino. Así que su padre decide erradicar todo tipo de material parecido y relacionado al lino. En una ocasión Talía mira desde la ventana a una anciana hilar, ella, al desconocer tal instrumento le pide a la vieja dejarla coser, “pero para desgracia suya, se le clavó un espina de lino en la uña y cayó muerta a tierra.”** En ese momento se trasgrede[1] la prohibición.

Después del hecho tan deprimente que sufre Talía, su padre abandona el palacio para olvidarse de esa desgracia, dejando a su hija recostada en un sillón de terciopelo dentro de una habitación del castillo. (“Uno de los miembros de la familia se aleja de la casa”*).

Pasado el tiempo, un Rey está en busca de su halcón, pues mientras cazaba se fue volando y vio que entró al palacio -que en ese tiempo ya estaba descuidado-. El Rey decide perpetuar el lugar, esperando que alguien lo habitara. Para su sorpresa estaba vacío, hasta que encontró la habitación donde estaba aún Talía en un profundo sueño de muerte. El hombre, impactado por la belleza de la mujer empezó a gritarle y a sacudirla pensando que estaba dormida. Pero después supo que no iba a despertar, así que “la llevó en brazos hasta el lecho, y allí cogió ‘los frutos de amor’1.”** y se fue del castillo, dejando a Talía embarazada y sobre el sillón, olvidando por un tiempo lo que había hecho.

Al cabo de nueve meses, Talía da a luz a dos bebés (Sol y Luna) que, ayudados por hadas son llevados a los senos de la madre. Pero un hijo, al no encontrar dónde mamar, succiona el dedo de Talía, extrayendo la astilla de lino que llevaba en su dedo. Entonces ella despierta confundida, no puede creer que tenga dos hijos.

El Rey -con el pretexto de salir a cazar -regresa al palacio, pero para su sorpresa Talía ya está despierta y la ve junto con dos crías. El hombre se alegra demasiado y le explica lo que sucedió a Talía, forman lazos de amistad y el Rey pasa varios días con la joven y le promete llevarla a su castillo.

Pero la Reina sospecha de las actitudes de su esposo, sus cazas han sido muy largas. Llama al secretario y -amenazándolo- le obliga a decirle quién es aquella que está seduciendo a su Rey (“El agresor intenta obtener noticias, interrogatorio”*), el hombre al no ver otra salida le cuenta todo lo que sab[2]e (“El agresor recibe informaciones sobre su víctima”*).

La mujer, con la sangre hirviente, manda a llamar a los hijos de Talía, engañándola con el pretexto de que su esposo los quiere ver (“El agresor intenta engañar a su víctima para apoderarse de ella o de sus bienes”*), la joven acepta con gran entusiasmo (“La víctima se deja engañar y ayuda así a su enemigo a su pesar”*). Con ellos en el castillo, le ordena al cocinero degollar a los infantes y cocinarlos en diferentes platillos para que, a la hora de comer se las dé a su marido (“El agresor daña a uno de los miembros de la familia o le causa perjuicios: A1- El agresor rapta a un ser humano; A13- Da orden de matar a alguien; A17- Amenaza con realizar actos de canibalismo”*).

A diferencia de la Reina, el cocinero no tiene corazón para hacer lo que le ordenó. Así que se los confía a su esposa y cocina con carne de cabro (“El héroe es auxiliado”*). Llega por fin, la hora de cenar y la Reina -con ansias enfermas- le exige y grita a su esposo “¡Come, come, porque comes de lo tuyo!”**. Entonces el Rey se hastía por la desesperación de su esposa y se va al parque. No feliz la Reina, manda a llamar a Talía mintiéndole que el Rey la espera ver (“El agresor intenta engañar a su víctima para apoderarse de ella o de sus bienes”).

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