¿Está Bien Esta Rutina?
augustoguapo23 de Octubre de 2014
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Introducción
El estado Mérida encierra una característica excepcional en un país caribeño como Venezuela: Areas de clima frío propias de otras latitudes, en las que se puede presenciar el espectáculo asombroso de las nevadas del trópico, que se ven en las altas montañas de la región ecuatorial.
Sus cumbres nevadas, numerosas lagunas de origen glacial y la diversidad de su vegetación han captado la atención de deportistas como científicos y viajeros. Y no solo los visitantes: Desde las tribu Muku, que habitaron sus laderas y valles en tiempos remotos, hasta los europeos durante las época de la colonia, pasando por migraciones posteriores, todos fueron acobijados por la serena grandeza de elevadas montañas y profundos valles que escogieron como hogar.
A pesar de lo intrincado de sus accesos, Mérida ha sabido ganar su reputación como el estado distinto predilecto de turistas nacionales y extranjeros, pues en sus montañas se deleitan con la hospitalidad que ha distinguido siempre al merideño. Desde el pueblo de bailadores, pasando por Tovar, Santa cruz de Mora, Ejido, Zea, Tabay, Apartadero, Mucuchíes, San Rafael, Chachopo, La venta, Timotes y Santo Domingo, El visitante aprecia la cortesía, amabilidad y amor a las tradiciones y dedicación al trabajo creador que constituye la esencia de su gente.
En las áreas de las alturas de Mérida se encuentra una atmósfera que parece hecha para el reposo, la reflexión y la elevación del espíritu, un panorama apenas estremecido por el balanceo de los frailejones al viento y el movimiento sin pausas de sus gélidas corrientes; Las aguas de sus ríos bajan a saltos la cordillera para internarse en tierras bajas y recorrer la inmensidad de la geografía venezolana. Algunos, como el Chama y el frío, desembocan en el vecino lago de Maracaibo, mientras que otros como el Santo Domingo recorren el pie de monte andino por el lado de los llanos para encontrarse con el imponente Orinoco.
Quizás por eso el legado de ilustres merideños ha dado un brillo muy especial a la reputación del estado como tierra del venezolano fuera de serie: Mariano Picón Salas, Tulio Febres Cordero, Caracciolo Parra Pérez y Oswaldo Trejo, en el ámbito político y cultural, pasando por Juan Félix Sanchez, ese extraordinario artista y arquitecto autodidacta, hasta el galardonado pitcher Johan Santana. Son apenas una muestra del inmenso aporte que esta entidad le ha dado a Venezuela en distintas áreas del talento y creatividad.
Sobre el frío y el silencio de los páramos, al lado del pico espejo preside la cumbre majestuosa el pico Bolívar. Recibió su nombre en honor al padre de la patria, Tras haber sido testigo silencioso de algunas de las brillantes campañas que contribuyeron a emancipar a Venezuela del dominio español en aquel convulsionado siglo XIX. Hoy, sigue siendo el símbolo de lo mejor y lo más alto de hombres y mujeres de Mérida son capaces de dar de sí mismo al gentilicio venezolano
Gastronomía
En Mérida se ha ido conformando el arte culinario, gracias a la fusión de los antiguos productos agrícolas indígenas de origen vegetal: papa, maíz, yuca, frijoles, batata, ají, auyama, piña, cacao y guanábana. Y la introducción de otros nuevos con la colonización española: trigo, caña de azúcar, hortalizas, café y productos de origen animal como ganado porcino y bovinos: Carne, leche y sus derivados y aves de corral.
Dentro de sus platos cabe resaltar su sopa, hay de muchos tipos y cada receta tiene sus variantes. Son muy conocidas las de papa con pan; La pizca andina que se acostumbra tomar como desayuno de papa, leches, queso y sazonada con ramitas de cilantro o perejil; Las de garbanzo y arvejas tostadas el conocido chunguete y el guisado de arvejas.
También las preparan de platano verde y de cereales, como las sopas de trigo y el currungo, que lleva maíz con carne y arvejas. Muy apreciado es también el mondongo o mute. Una curiosidad gastronómica es la sopa de piña: Un caldo dulce elaborado con el jugo de esta fruta, con dos cucharadas de sagú, que se hierve en agua aromatizada con corteza de limón, azúcar y se hierve con pasas.
A manera de platos principales, los merideños ofrecen albóndigas con carne de cochino, así como deliciosos guisados de res, cochino o pollo combinado con papa. La macarronada de pollo y la pepitoria: Carne picada de res o cerdo son platos muy populares.
La cría de cerdos ha permitido al estado desarrollar sus propias especialidades montañeras de diversos embutidos como chorizos, jamones y morcillas.
Desde que se introdujo el cultivo de la trucha de la variedad arcoíris en los ríos los merideños han aprendido a prepararla fresca o ahumada y son los mayores consumidores de este pescado en Venezuela. La mesa se complementa también con preparaciones de chayota y otras hortalizas rellenas.
La hallaca que se elabora en épocas navideñas es un plato con personalidad propia: La versión andina incluye papa y garbanzo. También se hacen empanadas, pasteles rellenos de arroz, hallaquitas y carabinas, un tipo de hallaca que se rellena con caraotas negras.
Una versión de la tradicional arepa de maíz es la robusta arepa de trigo andino, que suele acompañarse con suero, cuajado o quesos blancos, blandos, semi-duros o ahumados. Además, de los hornos merideños sale una cantidad de productos de panadería. El famoso pan andino suele tener un sabor dulce y viene tantas presentaciones que sorprende: Tovareño, Aliñado, Avena, Maíz, Tunja, Aceman y Acemitas, pan de queso, mojicón y almojábanas. También tienen fama las catalinas paledoñas.
En cuanto a las bebidas, la chicha andina de maíz fresco o fermentado, al igual que el guarapo de piña, combinado con papelón y especias dulces, se toma para acompañar los pastelitos andinos. Muy valoradas las mazamorras y atoles andinos. Entre los licores están el miche, el aguardiente claro destilado de la caña y aromatizado con hinojos, la mistela, variante del miche combinado con quemado de papelón y diversas hierbas.
El famoso calentaíto, perfecto para soportar el frío paramero, es una complicada fórmula que combina aguardiente con papelón, miel de panela y una larga lista de plantas, como frailejón, como hierbas de osos y conejos, salvia real, menta, chuchuguasa, quina, viravira, bejucos, palo de arco, noes moscada, manzanilla, hinojo, guayabita, canela, pimienta negra, anís y clavos, entre otras. El masato andino se prepara a partir del arroz. El levantón andino lleva huevo de codorniz, huevas de pescado, ojo de buey, fresas, brandy, vino tinto y leche. La leche de burra o ponche andino es una cremosa combinación de huevos, miche, leche condensada, brandy o ron; se acostumbra servirlo a las mujeres durante las fiestas religiosas.
Más refinada y de mayor tradición es la crema de guanábana, una especie de ponche a base de jugo de esta fruta, leche, yemas de huevo y brandy. Con la mora se preparan sabrosos vinos caseros.
Muchas recetas de dulcería merideña vienen de los tiempos de la colonia son muy apreciados los dulces abrillantados a base de leche, con su rutilante cubierta de azúcar coloreada, así como el alfondoque, las quesilladas, las conservas de guayaba, la melcocha y las polvorosas. Otra especialidad merideña son los higos rellenos de arequipe y la caspiroleta, un bizcocho embebido con vino que lleva una crema de almíbar y yemas de huevo.
Artesanía
Desde los tiempos de la colonia los artesanos locales han aprendido a fabricar hermosos objetos decorativos y utilitarios gracias a su creatividad y a la habilidad de sus manos. En el estado hay alfareros, tejedores de fibra y lana virgen, ebanistas, orfebres, escultores de piedra y herreros. Muchas de sus creaciones se pueden adquirir en el mercado principal de la capital. Además una gran cantidad de tiendas dispersas por el territorio merideño venden las artesanías locales.
En el campo y en los pueblos pequeños los artesanos se han dado a conocer por sus figuras como motivos pueblerinos, pero los merideños también han desarrollado hermosas piezas de diseño contemporáneas que son muy solicitadas en el resto de Venezuela e incluso en el exterior.
Los pueblos y ciudades se distinguen por las hermosas obras que elaboran con materiales locales. Ejido se especializa en tejidos y cesterías y se han hecho famosas las piezas en arcilla de Natividad Rojas, quien solo con sus manos, sin maquinas ni moldes, realiza materos, vasijas, platos y recipientes de cocina, así como figuras religiosas, nacimientos y pequeñas maquetas de iglesia de pueblos. Piezas de cerámica y utensilios de cocina de barro, cosido se hacen también en sitios como los Guaimaros, Mesa del Tanque, Aguas Calientes y La Azulita.
En Lagunillas y Pueblo Nuevo se producen hermosas esteras de fibra tejida, así como gran cantidad de cestas. En Tovar, se fabrican instrumentos musicales, como cuatros, triples, arpas, guitarras y el famoso violín andino, tan común en las fiestas y celebraciones locales; También se hacen objetos de cerámica y figuras talladas en madera.
En Mucuchíes con la lana cruda de las ovejas confeccionan las típicas ruanas que sirven de abrigo a los campesinos, así como guantes, gorros y alpargatas; también se conoce muchos los muebles rústicos locales. Los artesanos de Timote son famosos por sus bellos trabajos de cestería, así como por sus graciosas figuras anime. En la Azulita los artesanos elaboran trabajos de orfebrería. En los pueblos del sur se trabajan las fibras del bejuco de junco y los tejidos de lana fabricados en sencillos telares artesanales, así como las tallas de madera y piedra. En Tabay funcionan varios talleres artísticos que
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