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Etica Nicomaquea

patroos27 de Marzo de 2014

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Ética Nicomaquea

Libro I – DEL BIEN HUMANO EN GENERAL

Capítulo 1

Todo arte y toda investigación e igualmente, toda acción y libre elección parecen tender algún bien, por ésto se ha manifestado con razón, que el bien es aquello hacia lo que todas las cosas tienden. Sin embargo, es evidente que hay algunas diferencias entre los fines, pues unos son actividades y las otras obras aparte de las actividades; en los casos en que hay algunos fines aparte de las acciones, las obras son naturalmente preferibles a las actividades

Capítulo 2

Es cosa amable hacer el bien a uno solo; pero más bella y más divina es hacerlo al pueblo y a las ciudades. Si efectivamente existe un fin de las cosas realizables que queremos por sí mismo y lo demás lo queremos por él, y si no elegimos todo por otra cosa pues así sin dudase incurriría en un regreso al infinito, de modo que el deseo sería vacío y vano

Capítulo 3

Cada cual juzga acertadamente de lo que conoce, y de estas cosas es buen juez. Pero así como cada asunto especial demanda una instrucción adecuada, juzgar en conjunto sólo puede hacerlo quien posea una cultura general.

Capítulo 4

Algunos han llegado a pensar que además de la multitud de bienes particulares existe otro bien en sí, el cual es causa de la bondad de todos los demás bienes.

Capítulo 5

No le agradan las opiniones de felicidad. Aristóteles Menciona que la gente vulgar no sabe identificar el verdadero bien y que confunden el placer y la felicidad, dicen que llevar una vida placentera es ser feliz y Aristóteles refuta diciendo que una vida así es digna de las bestias

Capítulo 6

Los bienes han sido distribuidos en tres clases: los llamados exteriores, los del alma y los del cuerpo, y de éstos a los del alma solemos llamar bienes con máxima propiedad y plenamente. Hacemos consistir la felicidad en las acciones y operaciones del alma.

Capítulo 7

Retoma la búsqueda del bien, y empieza explicando nuevamente su teoría de que todo va hacia un bien y lo explica con el ejemplo de las ciencias, cada ciencia es ciencia porque tiene un fin, por lo tanto, si hay un fin para todo lo que se realiza, este es el Bien que puede ser alcanzado mediante la acción. El hombre feliz es el que vive bien y obra bien, porque virtualmente hemos definido la felicidad como una especie de vida dichosa y conducta recta.

Capítulo 8

Para algunos la felicidad parece consistir en la virtud; para otros en la prudencia; para otros en la sabiduría, no faltando aquellos para quienes la felicidad es todo eso o parte de eso con placer o no sin placer, a todo lo cual hay aún quienes añaden la prosperidad como factor concomitante.

Capítulo 9

Con los que identifican la felicidad con la virtud o con cierta virtud particular concuerda nuestra definición, porque a la virtud pertenece la “actividad conforme a la virtud”.

Capítulo 10

En este capítulo se empieza con algo muy fuerte, que pone en duda todo lo que se ha dicho sobre la felicidad, en este episodio Aristóteles coloca a la felicidad en un punto don los factores externos influyen.

Se empieza citando a Solón, cuando Aristóteles hace una pregunta y dice ¿puede llamarse alguien feliz mientras vive? Y cita a Solón, cuando dice que para ser llamados felices hay que ver el fin.

Capítulo 11

La gente es un factor externo que influye en nuestra felicidad, por muy autónoma que sea la felicidad no dejaremos de ser seres sociales y por lo tanto la empatía que sentimos hacia nuestros semejantes, hace que nos preocupemos por el bienestar de la gente que nos rodea. Aunque esto no debe de alterar a la felicidad sino complementarla

.Capítulo 12

El hombre verdaderamente bueno y sensato llevará con buen semblante todos los accidentes de la fortuna y sacará siempre el mejor partido de las circunstancias.

Capítulo 13

Plantea su tesis la felicidad es el vivir conforme al buen uso de la razón, también se dice también que debe de haber prosperidad en las cosas exteriores

Libro II – DE LA VIRTUD EN GENERAL

Capítulo 1

Podemos encontrar los tipos de virtud: intelectual y moral, lo ético, que las virtudes éticas son desarrolladas a través del hábito, éstas virtudes son adquiridas a través de la costumbre y no por naturaleza. Lo que naturalmente existe en nosotros es modificado a través de la costumbre.

Capítulo 2

Las obras de arte tienen su bondad en sí mismas, pues les basta estar hechas de tal modo. Porque debemos coincidir que el conjunto y la unión de todo lo que tiene que ver con el modo de ser o conducta debe de ser dado por nada que sea establecido. Las cosas se conservan según mientras se mantengan en el punto medio

Capítulo 3

La virtud del hombre será entonces aquel hábito por el cual el hombre se hace bueno y gracias al cual realizara bien la obra que le es propia.

Capítulo 4

Las acciones se llaman justas y moderadas cuando son tales que un hombre justo y moderado podría realizarlas; y es justo y moderado no el que las hace, sino el que las hace como las hacen los justos y moderados.

Capítulo 5

Las cosas que suceden en el alma son de tres clases: Pasiones: apetencia, ira, miedo, etc. Todo lo que va acompañado de placer o dolor. Las virtudes y los vicios no son pasiones, porque no se nos llama bueno o malo por nuestras pasiones, sino por nuestras virtudes y vicios. Facultades: aquellas capacidades en virtud de las cuales se dice que estamos afectados por estas pasiones.

Capítulo 6

La virtud del hombre será el modo de ser por el cual el hombre se hace bueno y por el cual realiza bien su función propia. Entre los dos extremos existe lo que Aristóteles llama el término medio, ya que es relativo a nosotros puesto que ni es mucho ni es poco y no es lo mismo para todos. Todo buen conocedor evita el exceso y el defecto, y busca el término medio y lo prefiere; pero no el término medio de la cosa, sino el relativo a nosotros

Capítulo 7

Todo esto nos muestra suficientemente por una parte que el hábito medio es en todas las cosas laudables, y por la otra que es menester inclinarse unas veces al exceso y otras al defecto, porque así acertaremos más fácilmente con el medio y con el bien.

Capítulo 8

Tres son las disposiciones, y de ellas, dos son vicios (defecto y exceso) y una de estas disposiciones es una virtud, la cual es llamada por Aristóteles el término medio; todas se oponen entre sí de cierta manera; pues los extremos son contrarios a un punto medio entre sí, y este es contrario a las extremos. En las pasiones,

Capítulo 9

Tomar en consideración aquellas cosas hacia las cuales somos más inclinados; debemos tirar de nosotros mismos en sentido contrario a lo que nos atrae pues apartándonos lejos del error llegaremos al término medio. En todo caso hay que guardarse de lo agradable y del placer, porque no lo juzgamos con imparcialidad, y no lo hacemos porque pensamos que está bien.

III De la fortaleza y la templanza

Capítulo 1

Conoce acción la utilidad de esta disputa. Después divide los actos forzosos en dos especies: unos que se hacen por violencia y otros por ignorancia; y propone sus diferencias. Disputa asimismo si las cosas que por temor de algunos males se hacen son voluntarias o forzosas, y prueba la acción de ellas ser voluntaria, pues el principio de ellas es la aceptación de nuestra voluntad; aunque si libre estuviese no las escogería, y por esto concluye ser acciones mezcladas de elección y violencia, y no ser del todo violentas. Porque si lo fuesen, no tenían alabanza ni reprehensión.

Capítulo 2

la virtud, como ya está dicho, consiste en elección y libre aceptación de nuestra voluntad, trata de la elección, que es lo que vulgarmente llamamos libre albedrío, y prueba ser éste propio del hombre, y que no es todo uno ser voluntario y proceder de libre albedrío. Ítem que no es todo uno voluntad y elección.

Capítulo 3

Es de considerar si hay consulta en todas las cosas, y si se puede toda cosa consultar, o si hay algunas cosas que no admiten consulta. Aquello, pues, se ha de decir que cae en consulta, no lo que consulta un necio, ni lo que un furioso, sino lo que consultaría un hombre de juicio y entendimiento.

Capítulo 4

Llamamos voluntad en romance, no sólo la potencia del querer, que en griego se llama thelema, sino el mismo acto también del querer, que los griegos llaman bulesin, y en nuestra lengua, por no tener tanta diferencia de vocablos, lo uno y lo otro, llamamos de una misma manera. Declara, pues, cómo el querer o voluntad tira al fin, y cómo todo lo que queremos lo queremos por razón de ser bueno, o a lo menos, por parecernos a nosotros ser tal.

Capítulo 5

La fuerza de la elección o libre albedrío, que es en tener facultad la voluntad de amar una cosa o su contraria, y seguir la una o la otra. Porque donde tal libertad no hay, no se dice haber libre albedrío. Como en el respirar no se dice tener libre albedrío, porque no está en nuestra mano el dejar de respirar. Pruébalo primero por razón, mostrando que no hay otra causa a quien atribuir estas obras sino la voluntad del hombre, y después por autoridad de los que hacen leyes, los cuales asignan premio para el bueno y castigo para el malo, en lo cual da a entender ser obras libres la bondad y la malicia.

Capítulo 6

Que la fortaleza de ánimo, pues, sea una medianía entre los temores y los atrevimientos, ya está

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