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FILOSOFÍA TEÓRICA CONTEMPORÁNEA


Enviado por   •  28 de Noviembre de 2014  •  3.640 Palabras (15 Páginas)  •  212 Visitas

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FILOSOFÍA TEÓRICA CONTEMPORÁNEA

La especialización de las ciencias no se detiene ante la filosofía. El pensamiento contemporáneo está compuesto de tal abundancia de corrientes sistemáticas e investigaciones en historia de la filosofía que, a primera vista, parece una alfombra hecha de retazos en que los componentes menores pugnan con los más grandes, y los más débiles con los más fuertes, por recibir alguna atención. Abundan los casos en que, para llegar a una primera visión de conjunto, se siguen prefiriendo las contraposiciones simples: filosofía analítica frente a filosofía continental europea, o pensamiento sistemático frente a pensamiento histórico. Sin embargo, los filósofos no dogmáticos hacen dialogar a distintas corrientes y se mantienen abiertos, además, a la historia de la filosofía, lo cual los lleva a menudo a recordar puntos de vista olvidados. Por otra parte, en el seno de la filosofía analítica se ha desvanecido la euforia inicial que llevó a creer en la posibilidad de resolver cualquier problema por medio de la lógica, la crítica del lenguaje y el físicalismo imperante en muchas partes. En función de los temas tratados y los intereses intelectuales, es preferible distinguir la filosofía teórica de la práctica en la filosofía más reciente; existen, no obstante, zonas de paso fluidas.

Uno de los pioneros de los últimos debates teóricos es el lógico, matemático y filósofo Willard Van Orman Quine (1908-2000). Quine intenta fusionar el pragmatismo de Peirce con los logros de la filosofía analítica, en concreto la de Russell y Whitehead. Llama a Carnap «su máximo maestro» y, no obstante, critica con dureza al Círculo de Viena.

En Dos dogmas del empirismo (1951) no acepta la hipótesis de que haya una diferencia fundamental entre verdades analíticas, independientes de los hechos, y verdades sintéticas, dependientes de ellos. Por otra parte, rechaza también el reduccionismo, la hipótesis de que toda proposición con sentido se puede reducir a proposiciones de experienda inmediata. En Quine desaparece la «supuesta frontera entre metafísica especulativa y ciencia de la naturaleza». Influenciado por el francés Pierre Duhem, físico y epistemólogo, defiende, al igual que el vienes Neurath, un pragmatismo de la totalidad (holístico): el soporte originario de la significación no son ni los conceptos ni las frases sino un sistema de éstas, una red de proposiciones en cuyo centro se hallan oraciones de la lógica, de la matemática y de la semántica formal y en cuyos márgenes aparecen las frases de la observación; el contenido empírico se distribuye por toda la red. Aunque cualquier frase es revisable en principio, las del margen—las frases de la observación—se pueden modificar con menor esfuerzo que las del centro. Quine defiende un naturalismo según el cual la propia teoría del conocimiento es una parte de las ciencias empíricas y se asimila a la psicología experimental. En su obra principal, Palabra y objeto (1960), desarrolla una teoría naturalista y conductista del lenguaje. El lenguaje se considera un recurso social formado como reacción a los estímulos de nuestro aparato perceptivo. Según la tesis de la Relatividad ontológica (1969), quien alega una relación con un objeto presupone un lenguaje marco. No es posible la traducción a otra lengua sin ciertas imprecisiones; la relación con el objeto es, en última instancia, inescrutable.

LÓGICA

La lógica formal se desarrolla en dos direcciones principales, sin conservar, no obstante, la excesiva importancia que adquirió por obra de Frege y Russell: su anterior valoración, realzada incluso hasta la exageración, es sustituida por una estima modesta. Una de las corrientes principales, la lógica formal en sentido estricto, desarrolla, partiendo de Russell y Whitehead, la lógica modal, que se ocupa desde Aristóteles de las modalidades «necesario», «real» y «posible». Desde Clarence I. Lewis (1883-1946) se recurre a modalidades repetidas («reiteradas»), como «necesariamente posible» o «necesariamente necesario». En artículos muy técnicos se intenta aclarar, por ejemplo, cómo se comporta desde un punto de vista lógico el mundo real respecto al conjunto de todos los mundos posibles (un concepto leibniziano). David Lewis (n. 1941) defiende en este caso la opinión controvertida de que el modo de existencia de nuestro mundo actual no se diferencia fundamentalmente de los demás mundos posibles. Después de algunos trabajos previos de Carnap, Stig, Kanger y Richard Montagu, así como de Georg Henrik von Wright y Jaakko Hintikka, Saúl Kripke (1959) demuestra la integridad y corrección de la lógica de las proposiciones y los predicados. Se ha desarrollado, además, un gran número de lógicas especiales, por ejemplo la lógica del tiempo, la lógica epistémica, lógicas de valores múltiples, que permiten otros valores de verdad además de los de «verdadero» y «falso», y la lógica deontológica, que se ocupa de los atributos lógicos de las proposiciones del deber ser. Existe, finalmente, una «fuzzy ('borrosa') logic» que se dedica a estudiar cuestiones en las que las fronteras entre ambos valores («verdadero o falso») son imprecisas.

La otra corriente principal, la lógica informal, ha experimentado, en opinión de sus representantes, una revolución científica. Tras abandonar el paradigma anterior de la lógica, el silogismo deductivo, que trabaja con un lenguaje artificial estandarizado, con un cálculo, ha adoptado como modelo las matemáticas. A partir de Stephen E. Toulmin (Los usos de la argumentación, 1958), que adoptó como paradigma la jurisprudencia, se estudian las conclusiones «humanas» en vez del silogismo deductivo. Toulmin trabaja en condiciones de incertidumbre, con una información incompleta, sin suponer, en parte, una ausencia de contradicción y sirviéndose de analogías.

De la colaboración entre un matemático y lógico, Paul Lorenzen (1915-1995), y un teólogo representante de la antropología filosófica, Wilhelm Kamlah (1905-1976), surge un nuevo intento de pensamiento sistemático: la escuela del constructivismo metodológico de Erlangen— más tarde también de Constanza—. En un tiempo de «verborrea literaria y conversaciones monologantes», los dos fundadores de esa corriente proponen una disciplina del pensamiento y el habla que se aparte expresamente de la lengua culta, que consideran contaminada.

Su «escuela primaria del hablar razonable», la Propedéutica lógica (1967), consiste en la construcción, paso a paso y sin camarillas, de reglas y conceptos básicos de argumentación razonable y en una teoría de la verdad basada en el diálogo y el consenso: una afirmación elemental, por ejemplo «el pájaro canta», se considerará

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