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Filosofia Contemporanea

rociocazarez7 de Enero de 2014

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3.2.1.-Filosofia contemporánea

• Carlos Marx

-Tréveris, Reino de Prusia, 5 de mayo de 1818 – Londres, Reino Unido,14 de marzo de 1883

Karl Heinrich Marx, conocido también en español como Carlos, fue un filósofo, intelectual y militante comunista alemán de origen judío. En su vasta e influyente obra, incursionó en los campos de la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía; aunque no limitó su trabajo solamente al área intelectual, pues además incursionó en el campo del periodismo y la política, proponiendo en su pensamiento la unión de la teoría y la práctica. Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico, del comunismo moderno y del marxismo. Sus escritos más conocidos son el Manifiesto del Partido Comunista (en coautoría con Engels) y El Capital.

El materialismo

Es un marco teórico para explicar desarrollos y cambios en la historia humana a partir de factores prácticos, tecnológicos o materiales, en especial el modo de producción y las limitaciones que éste impone al resto de los aspectos organizativos (aspecto económico, jurídico, ideológico, político, cultural, etc.). Para el materialismo histórico los cambios tecnológicos y del modo de producción son los factores principales de cambio social, jurídico y político, y es en los factores materiales de ese tipo donde deben buscarse las causas últimas de los cambios.

A partir del análisis que Karl Marx realizó de la historia de la humanidad, desarrolló una concepción materialista de la historia según la cual los seres humanos cambiaban sus relaciones de producción y por lo tanto el resto de sus relaciones sociales a medida que el desarrollo de las fuerzas productivas exigían el paso de un modo de producción a otro.

El sujeto histórico

La cuestión del "sujeto histórico" está motivada por la exigencia de profundizar el sentido de la centralidad creativa de la sociedad civil para una democracia viva. Por un lado, aquella es reconsiderada por la actual filosofía política como plexo asociativo pre-político donde se pone a prueba el grado de estima de sí y de decisión por la propia existencia que tienen los individuos que traman un conjunto social. A través de la capacidad de iniciativa innovadora, de la voluntad de una vida razonable y de una cooperación constructiva, de un poder de autogestión y de corrección responsable, los individuos generan diversos tipos de obras y de instancias asociativas libres, cual múltiples formas de responder a sus aspiraciones y necesidades en condiciones históricas dadas. De los cuatro grandes problemas que todo hombre se ve impulsado a afrontar con su razón y libertad –significado, afectividad, expresividad y convivencia–, en esta manifestación pre-política de la sociedad civil reciben especial énfasis la respuesta al problema afectivo, a través de las relaciones más íntimas que desembocan en la familia y en los varios vínculos de amistad y solidaridad, y la respuesta al problema expresivo mediante el trabajo y sus diversas formas de operatividad y asociación. Ahí surgen específicas instituciones que requieren también de un marco institucional más abarcador de tipo jurídico-político que consolide y resguarde la radicación geo-económica, la pluralidad de perspectivas culturales, las condiciones para el ejercicio de las actividades normales y para la resolución razonable de conflictos entre perspectivas, intereses y conductas, en un espíritu de justicia como equidad. Esta articulación pre-política de la sociedad civil remite intencionalmente al estado –y a los partidos políticos que compiten por gobernarlo– como instancia necesaria para su consolidación armónica y su permanente necesidad de pacificación, hasta el ejercicio legítimo de la coerción.

La lucha de clases

Las previsiones de Marx no eran tanto que los trabajadores unidos vencerían violentamente en su lucha contra los empresarios, sino que esa forma de trabajar y de vivir, siempre pendientes de la obtención de capital, generaría un mundo en sí mismo violento, en el que los trabajadores tendrían que saber moverse en el seno de una violencia endémica de la vida social. Y esto era así porque los que se ponían al servicio de la producción de capital en el fondo generaban a su alrededor la más profunda irracionalidad, el más profundo caos: producían cada vez más cosas para un disfrute cada vez menor. Esta es la teoría de Marx según la cual el mundo capitalista está condenado a la crisis permanente.

Si las previsiones y los análisis de Marx eran acertados, resultaba muy evidente que la única salida para los trabajadores era su decisión de luchar por eliminar la propiedad privada de las máquinas. Luego deberían dirigir la producción, no al mercado, sino a resolver las necesidades de toda la población mundial. Poco a poco, la crisis social se iría convirtiendo en crisis política. Los trabajadores dejarían de adoptar una actitud pasiva para pasar a unirse en una firme voluntad de lucha. La primera medida de este cambio de actitud sería la organización de los trabajadores, primero en una clase y luego en un partido. Una vez que tuvieran plena conciencia de que constituían una misma clase, los obreros deberían organizarse en un partido. No solo tendrían un interés común: tendrían una unidad de acción. Aquí es donde para Marx residía la clave de todo el asunto.

• Nietzche

-15 de octubre de 1844 – Weimar, 25 de agosto de 1900

Friedrich Wilhelm Nietzschede Lützen, fue un filósofo, poeta, músico y filólogo alemán, considerado uno de los pensadores modernos más influyentes del siglo XIX.

Realizó una crítica exhaustiva de la cultura, la religión y la filosofía occidental, mediante la deconstrucción de los conceptos que las integran, basada en el análisis de las actitudes morales (positivas y negativas) hacia la vida. Este trabajo afectó profundamente a generaciones posteriores de teólogos, antropólogos, filósofos, sociólogos, psicólogos, poetas, novelistas y dramaturgos.

Meditó sobre las consecuencias del triunfo del secularismo de la Ilustración, expresada en su observación «Dios ha muerto», de una manera que determinó la agenda de muchos de los intelectuales más célebres después de su muerte.

Si bien hay quienes sostienen que la característica definitoria de Nietzsche no es tanto la temática que trataba sino el estilo y la sutileza con que lo hacía, fue un autor que introdujo, como ningún otro, una cosmovisión que ha reorganizado el pensamiento del siglo XX, en autores tales como Martin Heidegger, Michel Foucault, Jacques Derrida, Gilles Deleuze, Gianni Vattimo o Michel Onfray, entre otros.

Nietzsche recibió amplio reconocimiento durante la segunda mitad del siglo XX como una figura significativa en la filosofía moderna. Su influencia fue particularmente notoria en los filósofos existencialistas, críticos, fenomenológicos, postestructuralistas y postmodernos y en la sociología de Max Weber. Es considerado uno de los tres «Maestros de la sospecha» (según la conocida expresión de Paul Ricoeur), junto a Karl Marx y Sigmund Freud.

Critica a la metafísica

La filosofía de Nietzsche supondrá un enfrentamiento radical con buena parte de la tradición filosófica occidental, oponiéndose a su dogmatismo, cuya raíz sitúa en Sócrates, Platón y la filosofía cristiana. La distinción y oposición, realizada en sus primeras obras, entre lo apolíneo y lo dionisíaco, le llevará a desarrollar una original interpretación de la historia de la filosofía, según la cual el pensamiento se verá sometido a un alejamiento de la vida, a partir de la reflexión socrática, que le llevará a oponerse a ella, negándola mediante la invención de una realidad trascendente dotada de características de estabilidad e inmutabilidad, justo las contrarias de las que posee la única realidad que conocemos, contradictoria y cambiante.

La crítica de la metafísica. Nietzsche se opone al dualismo ontológico, fiel reflejo del dualismo platónico:

• - este mundo, sensible e imperfecto

• - el otro mundo, suprasensible y perfecto, fundamento de aquel.

Según tal concepción, la realidad queda escindida en dos ámbitos: una realidad suprasensible, estática e imperecedera, frente a una realidad cambiante, sensible, perecedera... que es el producto residual, "despreciable" de la anterior . Frente a este esquema ontológico reaccionará Nietzsche esgrimiendo tres objecciones.

Critica a las ideas morales

La crítica de la moral. Nietzsche acusa a la moral platónica- cristiana de antinatural por ir en contra de los instintos vitales. Su centro de gravedad no está en este mundo, sino en el más allá, en la realidad en sí, o en el mundo sobrenatural del cristianismo. Se trata de una moral trascendente que no gira en torno al hombre, sino en torno a Dios y que impone al hombre un rechazo de su naturaleza, una lucha constante contra sus impulsos vitales, por lo que significa un rechazo general de la vida, de la verdadera realidad del hombre, en favor de una ilusión generada por el resentimiento contra la vida. Tal moral es síntoma y expresión de la decadencia de la cultura occidental

La voluntad de superhombre

La figura del superhombre no se puede separar de la consideración general nietzscheana relativa al platonismo y la muerte de Dios; implica una concepción filosófica y una teoría de la historia ajena por completo a las ideas nazis. El hombre al que hay que superar es el que se somete a los valores tradicionales, a la

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