ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

FUNCIONALISMO ESTRUCTURAL


Enviado por   •  18 de Octubre de 2013  •  3.025 Palabras (13 Páginas)  •  422 Visitas

Página 1 de 13

Tengo mucha suerte de estar aquí. Me siento muy afortunado. ¡Han sido tan buenos conmigo! Telefoneé a mi mujer, Leslie, y le dije: "¿Sabes? Hay tanta gente buena aquítratando de mejorar tantas cosas. Esto es como una colonia de ángeles". Eso es lo que siento. Pero me he de centrar, porque el tiempo vuela.

Soy un maestro de la Educación Pública y me gustaría contarles algo sobre mi superintendente. Se llama Pam Moran y es del condado de Albemarle, en Virginia, de las faldas de las montañas Blue Ridge. Es una superintendente muy aficionada a la tecnología.Utiliza pizarras interactivas, tiene un blog, usa el Twitter y el Facebook: utiliza todas las nuevas tecnologías. Es la primera en tecnología y en educación, pero en su oficina hay una vieja mesa de cocina, de madera, desgastada; con su pintura verde descascarada, muy desvencijada. Le dije: "Pam, eres una persona muy moderna, vanguardista, ¿qué hace aquí esa mesa tan vieja?".

Y me respondió: "Crecí en el suroeste de Virginia, en la parte rural, entre las minas de carbón y los cultivos. Esta mesa pertenecía a la cocina de mi abuelo. Cuando volvíamos de jugar, él venía de arar la tierra, y nos sentábamos en esa mesa todas las noches. Durante mi infancia, presencié tanta agudeza, tanta perspicacia, tanta sabiduría alrededor de esta mesa, que comencé a llamarla la mesa de la sabiduría. Cuando mi abuelo falleció, tomé esta mesa y me la traje a mi oficina. Me recuerda a él. Me recuerda lo que a veces sucede alrededor de un espacio vacío". El proyecto del que les voy a hablar se llama el juego de la paz mundial, y básicamente también es un espacio vacío. Me gustaría pensar que es como la mesa de la sabiduría del siglo XXI.

Todo empezó en 1977. Yo era joven y había dejado la universidad varias veces. Mis padres tenían mucha paciencia. Había hecho algunos viajes intermitentes a la India en una búsqueda espiritual. Recuerdo que la última vez que volví de la India con mi túnica blanca vaporosa y mi tupida barba y mis gafas a lo John Lennon, le dije a mi padre: "Papá, creo que acabo de encontrar la iluminación espiritual". Y me contestó: "Bien, pero necesitas encontrar algo más". "¿El qué, papá?". "Un trabajo". (Risas) Me pidieron que estudiara algo, así que me gradué, y lo hice en educación. Era un programa sobre educación experimental. Podría haber sido odontología, pero tenía que ser "experimental". Pero yo elegí la educación.

Me presenté a una entrevista para los colegios públicos de Richmond, la capital de Virginia.Me compré un traje (mi única concesión al convencionalismo), pero seguía con mi barba larga, mi pelo a lo afro y mis zapatos de plataforma (eran los 70). Entré y me entrevistaron.Supongo que les costaba encontrar profesores, porque Anna Aro, la supervisora, me dio un puesto para enseñar a niños superdotados. Me quedé tan impresionado, tan asombrado... –Muchas gracias, pero... ¿qué debo hacer? –les pregunté. (Risas) La educación para superdotados no estaba muy desarrollada, no había muchos materiales preparados. Así que le pregunté: "¿Qué hago?". Y su respuesta me dejó helado. Su respuesta puso los cimientos de lo que sería toda mi carrera profesional. Me contestó: "¿Qué quieres hacer?".Y esa respuesta me dejó mucho margen. No había un programa a seguir, ni un manual, ni todavía criterios de calidad en la enseñanza de superdotados. Y me dejó tanto margen que desde entonces me esfuerzo en hacer lo mismo con mis alumnos, en darles libertad para que puedan crear y comprender, encontrar sus propias respuestas.

Esto ocurrió en 1978; muchos años después seguía siendo maestro y un amigo me presentó a un joven director de cine. Se llamaba Chris Farina. Chris Farina está hoy aquí por sus propios medios. Chris, ¿puedes levantarte para que te vean? Un director joven, un visionario, que ha hecho... (Aplausos) ...la película "World Peace and Other 4th Grade Achievements". Me propuso la película... sí, es un título muy bueno. Me propuso la películay le contesté: "Sí, quizá la pongan en un canal local y podamos saludar a nuestros amigos". Pero ha llegado muy lejos. Todavía no la han rentabilizado, pero Chris ha conseguido con su sacrificio sacarla adelante. Hicimos la película y ha resultado ser mucho más que mi historia, o que la historia de un solo maestro. Es un testamento para los maestros y la educación, y eso es algo precioso.

Lo raro es que, cuando la veo, siento algo espeluznante: literalmente me veo desaparecer.Veo a mis profesores a través de mí. Veo al señor Rucell, mi profesor de geometría en la secundaria, su irónica sonrisa tras su bigote manubrio. Mi sonrisa es su sonrisa. Veo los ojos centelleantes de Jan Polo. Y no centelleaban de furia, sino llenos de amor, de un amor intenso por sus alumnos. Yo tengo esos destellos a veces. Veo a la señorita Ethel J. Banks, que siempre iba al colegio con tacones y un collar de perlas. Y tenía esa mirada de las maestras de toda la vida... ¿se acuerdan? (Risas) "E incluso puedo ver a los que están detrás, porque tengo ojos en la espalda". (Risas) ¿Se acuerdan? No uso esa mirada muy a menudo, pero la incluyo en mi repertorio. Y la señorita Banks fue una gran mentora para mí.

Y también reconozco a mis propios padres, mis primeros maestros. Mi padre: muy inventivo, un pensador espacial. A la derecha está mi hermano Malcolm. Y mi madre, que me dio clases con 9 años en los colegios segregados de Virginia ella me inspiró. Y, de verdad, cuando veo la película, siento como si... hago los mismos gestos que ella, así. Me siento como la continuación de su gesto, o como si fuera uno de sus gestos de docente. Y algo maravilloso fue que yo también le di clases en primaria a mi hija Madeline. Y de esta forma, el gesto de mi madre se perpetúa a través de las generaciones. Ser parte de ese linaje es una sensación sobrecogedora. Así que yo me apoyo en los hombros de muchas personas, no estoy aquí solo. Hay mucha gente aquí hoy conmigo en el escenario.

Me gustaría hablarles del Juego de la Paz Mundial (World Peace Game). Empezó con una plancha de contrachapado de 1,20 m por 1,50 m en un colegio de un barrio marginal, en 1978. Estaba preparando una clase sobre África. Pusimos todos los problemas del mundo en la plancha y pensé: "Que los resuelvan ellos". No quería dictarles apuntes ni leer un libro, quería que se sumergieran y sintieran, que aprendieran a través de las sensaciones de su cuerpo. Pensé: "Les gustan los juegos, así que prepararé algo" (no dije "interactivo"porque ese término todavía no existía en 1978 pero era algo interactivo). Hicimos el juego y desde entonces ha evolucionado a una estructura de plexiglás de 1,20 m por

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (17.8 Kb)  
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com