Filosofia

Esta obra de Briseño Guerrero, titulada ¿Qué es la filosofía?, es un trabajo realizado, no dando soluciones, sino intenta plantear la problemática de la Filosofía en Venezuela y de fomentar el diálogo en este aspecto. Al hacer evidente que los venezolanos sufrimos una gran desorientación “vocacional, profesional, política, social, artística, sentimental…fundamentalmente en lo que respecta a nuestro propio ser”.

Su planteamiento esta dividido en tres partes; en la primera se refiere a la condición humana y la cultura, relacionándolas como horizonte necesario del problema a tratar; en la segunda hablaba de la filosofía dentro la relación antes realizada; y el la tercera, se refiere directamente del tema en base a la preparación realizada en las dos primeras partes.

En el capitulo I, el filosofo dice que la filosofía es producto del hombre, pero para señalar sus caracteres es necesario considerar la condición humana, una condición que cumple un ciclo de vida pero no se mueve por instinto como lo hace un animal, éste debe adquirir un aprendizaje. Esto lleva al hombre a compartir una cultura, convirtiéndose en receptor, portavoz, transmisor y creador de tal proceso educativo cultural, entendiendo como cultura: todo lo que el hombre ha creado (cultura culturante) y su actividad creadora (cultura culturada), donde es creador de la técnica, la religión y los mitos, la moralidad y el derecho, el arte.

Un hombre que encuentra en la cultura, en la sociedad su sentido de ser, a partir de una interacción entre el hombre hacedor y las reglas establecidas por el Derecho para normar su comportamiento en sociedad. Es decir, que la condición humana al estar inmersa en la cultura, ésta comienza a moldear su conciencia, bajo la única vía de comunicación y transmisión de la misma, el lenguaje.

Aunque la cultura se perpetúa a través del tiempo, mediante una especie de inercia, ya sean periodos cortos o largos, siempre esta expuesta a cambios traumáticos, ésta cambia perceptiblemente en cada generación porque su dimensión es el tiempo. La cultura es finita y temporal como el hombre, como se dijo antes siempre esta sujeta a cambios y equilibrios regulares, transformaciones, desarticulación y desaparición; lo que genera en el hombre frustración, asechado continuamente por peligros; esta característica de la condición humana es lo que posibilita el reencuentro del hombre con sus fuerzas internas vitales lo que lo lleva a tomar otra conciencia y a modificar la tradición, la cultura y a crear nuevos valores, es decir, el quehacer filosófico.

Siempre el hombre va a vivir en un mundo cultural. Dentro de la cultura donde se forma, determina el estilo de vida, la manera de pensar y de actuar.

En el capitulo II, explica cómo ubicar la filosofía en una relación paradójica entre la condición humana y la cultura. La paradoja consiste en lo siguiente: ¿Es la cultura la que hace al hombre? o ¿es el hombre el que hace la cultura? En otras palabras, qué papel tiene la filosofía en esta relación variada de condiciones humanas con la cultura, vale decir, el hombre que es manejado por la tradición que justifica su cultura; el hombre activo, reflexivo, hacedor, creador que cuestiona su tradición e interroga a su cultura.

Ante esa paradoja, el hombre ha tenido múltiples respuestas –artísticas, políticas, jurídicas, morales y sobre todo filosóficas-. Estas respuestas filosóficas el autor la presentada bajo tres aspectos: 1) “filosofía como dynamis”; 2) “filosofía como enérgeia”; 3) “filosofía como ergon”. Y aclara, que el uso que le da a estas palabras difiere del que le da Aristóteles.

Se explica que filosofía como dynamis se refiere a esos supuestos ocultos que mantienen a la cultura, esto es, los presupuestos que fundamentan la concepción de vida que tiene toda comunidad, materializada en la tradición que fija un estilo de vida con tendencia a perpetuarse según unos valores determinados. “la filosofía como dynamis es universalmente humana: todos los pueblos tienen visión del mundo, concepción de la vida, ideas o creencias sobre el puesto del hombre en el universo y el papel que está llamado a desempeñar, enraizadas en la comprensión con -dicha o con- dada en el hecho de ser hombre, en la con-dicción o condición humana”. (Séanos permitido este juego derivativo).

La filosofía como enérgeia, es poner en ejercicio la indeterminación de la condición humana mediante la reflexión dirigida a develar esos supuestos que sostienen la cultura, modificándolos o poniéndolos en evidencia para desestructurar la raíz que los mantiene. Aquí, el autor, analiza detalladamente a qué se dirigen esos actos del pensar. Cuando el hombre, se atreve a interrogar las creencias, razona sobre el ser, sobre el conocimiento y sobre el valor. “esta reflexión crítica sobre el Ser, el conocimiento y el valor –empresa

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