Filosofía Negra Ensayo de conciencia

Filosofía Negra

Ensayo de conciencia

Mariana Salcido

• Si te hubieras ahorrado el drama, ahora tendrías lo que quieres, pero después de toda esta discusión, ya no quiero.

¿Me estaba pidiendo que la manipulara? Fui totalmente sincero, me senté frente a ella y le dije lo mal que me parecía su actitud. Ella tenía razón, de haberme quedado callado ella me habría acompañado, como yo quería, pero eso no era honesto. En mi parecer yo había ganado más porque esa discusión corregiría las actitudes del futuro, ella quería no sé qué cosa, atención o sumisión, tal vez.

Solo un ejemplo individual de lo que ocurre a gran escala en nuestra sociedad donde la capacidad de raciocinio es cada vez más pobre porque lo que no se usa se atrofia: “Manipúlame, mi amor; manipúlame, televisión; manipúlame, radio; manipúlame, maestro; gobierno, periódico, circo, pan.” Entonces tienen todos los elementos para sentir esa superioridad moral que se adquiere del gusto de ver pecar a otros, primero, si me manipulan, yo soy la víctima y la víctima, per sé, tiene más derechos que el tirano o que el combatiente justo; segundo, si me manipulan no tengo que pensar, como la manipulación consiste en hacer que el otro Quiera hacer lo que yo quiero, pues el manipulado cree que quiere o ya lo convencieron de lo que quiere y le ahorraron la reflexión; segundo, cuando toda la sociedad está bajo los mismos estímulos, la mayoría piensa igual –como se le ha indicado que lo haga- y como mal de muchos consuelo de todos, ya no se siente uno tan solo.  

Fui luego al plano de los conceptos que se nos inyectan como valores y encontré un par que me dio risa, primero y luego quise escribir un verso pero como a la poesía no le interesan ya mis palabras, contento mis líneas con esto.

Ya no sé si lo que importa son las intenciones o los resultados. Encontré en una vieja publicación un texto que decía que la caridad y el amor son la misma cosa, que porque la caridad da desinteresadamente, yo no sé de ningún caso de estos, no digo que no haya quien haga cosas sin esperar nada a cambio, no más que yo no lo conozco  y luego, no necesariamente amo a aquellos a los que les doy caridad. Lo que pasa es que es tan casi imposible fomentar el amor entre nosotros que pos “ya aunque sea” vamos a fomentar la ayuda al otro, fraternal o mal encarada, por las buenas o por las malas pero al fin y al cabo, ayuda; yo, por el contrario, si no me vas a dar algo con gusto, no me des nada porque lo otro se llama caridad y eso sí no recibo y no porque me sienta mucha pieza, si no porque luego el que da se siente superior, redentor, patrocinador, héroe y me parece que no quiero dejar que nadie se alimente el ego a mis costillas. Tu ego, tu superioridad moral imaginaria, tus cacaraqueos por lo que has dado… Qué tienen que ver con el amor?

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