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Filosofía de las relaciones interpersonales


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2015  •  Ensayos  •  3.260 Palabras (14 Páginas)  •  204 Visitas

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Sobre todo no te olvides del amor, no está mal rechazarlo de vez en cuando, pero negarlo es otra cosa. La única forma en la que puede arder el cielo es si te olvidas del paraíso. Es verdad lo que dicen, el amor empieza por los ojos, por tu propia mirada, la que diriges hacia ti. No te olvides de él, no te olvides de ti.  Es importante que tampoco lo busques, deja que te encuentre, sal a la calle, mira cada una de las cosas que el deseo ha pintado para ti. Pon atención a los lugares a donde te ha enviado, se es que necesitas una prueba de existencia. Tal vez debas leer un libro, escuchar música y si nada de ello te convence, escribe tus propios poemas, haz tu propio género de música, inventa. La risa es cada vez más difícil de encontrar conforme uno aprende cosas, así que no pierdas tiempo tratar de hacer feliz a los otros. No te dejes convencer por nada ni nadie. Deja que el amor de tu vida te encuentre, no lo esperes, aprovecha la muerte de la esperanza para abrir tu mente a toda posibilidad. Contrario a la idea que se está formando en tu cabeza a leer estas líneas, ya te digo que el amor no siempre se presenta en la forma de una mujer hermosa, un hombre con dinero o un buen puesto; muchas veces el verdadero amor no es ni tu propio hijo, ni siquiera una persona. Mira la otra perspectiva, el panorama general, toma el otro lado de la balanza, por ejemplo; pon a prueba la dualidad, piensa en el egoísmo y el odio, hay tantas personas como aspectos de la vida que detestas, actitudes, panoramas, opiniones, ideologías, mundos. Lo mismo sucede con el amor.

        Hay sólo dos tipos de personas que mantienen la especie y su espíritu; aquellos que nacen para procrear, mantener la especie y aquellos que la hacen crecer. Y detrás de ellos, impulsándonos está la pasión. A menos que pertenezcas a los del primer grupo de personas o seas un imbécil, no estoy hablando de sexo. Cualquiera puede procrear pero sólo aquellos que pongan el amor en la progenie de su espíritu o sus críos, tendrá más posibilidades de salvar al mundo ya se ha divulgado la idea a la siguiente generación, o usándolo de combustible para realizar otro aporte de carne y hueso a la maquinaria. “Haznos evolucionar hermano, somos ignorantes, dependemos de ti para mostrarle al mundo todo lo que sabes”. Deja que lo que más deseas en la vida te convierta en una versión mejorada de ti mismo. No, no te estoy diciendo que es el amor, pero si fuese una idea, es una que funciona y se propaga como una nube de marihuana en la habitación de otoño a las cinco de la tarde. Tiene un gran potencial para que ser lo que necesites que sea para obtener lo que quieres. Úsalo como materia prima para tus mejores excusas de ser alguien o hacer algo si realmente crees que importa. Lo sé, es peligroso pero aún es la mejor idea que alguien haya tenido.

¿Cuál es el fin? ¿Para qué? ¿de quién necesita ser salvado el mundo? No sé, el amor parece un arma para salvar al mundo de nosotros mismos, incluso para salvar tu propia existencia de ti mismo. Debemos luchar contra la apatía, para todos aquellos que se levantaron sin un alma debemos salvarlos del odio, de la ignorancia, el egoísmo, incluso del amor mismo en sus versiones erradas; y tal vez podamos sonar como una especie que hasta el final del tiempo estará persiguiendo su propia cola pero entre más pronto nos demos cuenta, más rápido vamos a dejar de hacerlo, o más rápido lo terminaremos de hacer. Tal vez incluso y nos convirtamos en un tornado o un perro que persigue a otra cosa. La evolución o la extinción. Al final, todo lo vivo se reduce a eso a buscar eso que se nos dificulta más que nada en la vida y que de alguna forma, no estamos seguros cuál, o para qué, creemos que es lo que falta, la pieza que nos completa, es difuso, no esperes encontrar en estas líneas una guía sobre cómo hacer para lo que sea que estás buscando o qué forma tiene, o qué hacer una vez lo tengas…

Es mejor de lo que imaginaba. Está soleado y sopla un viento fresco cada que el calor empieza a ser insoportable, hay un bullicio de autos lejos de los jardines que el rumor de la gran fuente casi logra ahogar por completo. París, u buen spot en la hierba de Luco. Astrid está panza abajo hojeando una revista y leyendo una que otra nota de vez en cuando, lleva una blusa blanca muy holgada y unos shorts de mezclilla muy cortos, el cabello castaño le cae por las mejillas y lleva un sombrero amplio color hueso. Yo estoy sentado contra una escultura, tengo un cuaderno en las piernas y un lápiz, no sé qué hago con ellos, miro atentamente los dedos de mi chica cuando cambian las páginas y después anoto algo en el papel, tal vez un boceto.

--¿Por qué le has hecho eso? –pregunta Astrid con una contundente delicadeza que se sobrepone de tajo sobre toda la calma del parque. Astrid no deja de hojear su revista. Tan pronto habla, un profundo y escalofriante silencio gobierna el lugar, como si se hubiera detenido todo.

--¿Cómo? –respondo.

--¿Por qué me has propuesto matrimonio? –pregunta sin voltear a verme, bajo el sombrero

--¿Qué haces, loco? --pregunta sensualmente, tratando de contener la risa y esquivando los besos que le pongo en cuello. Ya sabe que le diré que no tengo hambre, pero aun así continua resistiéndose y acomodando los ingredientes para la cena sobre la barra de la cocina. A mi chica le gusta que la seduzcan.--Sólo quiero empezar por el postre. Ya sabes, pa’ variar—le digo. La verdad es que no me apetece cenar, y esta noche en particular sé que fumar no va a ser suficiente.--¿Desde cuándo la cena lleva postre, tonto? --responde Clara divertida y retadora. Sabe lo que quiero, y ella lo quiere igual, está de acuerdo pero sus manos no dejan en paz la comida. No estoy de humor para esforzarme tanto por sexo, pero algo me dice que es mejor que siga fingiendo. Es de lo más dulce pero esto apesta. Me separo de ella.--La cena ES el postre –le sentencio con una sonrisa y ella se voltea, se me queda mirando y sonríe. –Bonitos labios, por cierto—admito sin pretender sugerir nada. Clara extiende sus manos y me hala hacia sí. Pone los labios cerca de mi boca pero ni me besa ni dice nada. “¿Y si le digo que he tenido un mal día, y que sólo nos saltemos a la parte en que cogemos?”, me pregunto cómo respondería si se lo planteo. –Es una cena reducida en carbohidratos, ayuda a conservar la línea y es más, dicen por ahí que ayuda a tonificar el cuerpo y la mente –sólo sigo hablando, le digo lo que quiere escuchar. –Es un platillo exquisito, exótico, extático. Le dicen la cena de las tres equis, el ingrediente principal es un fruto que sólo crece en esta parte del mundo, en esta época del año, en este mismo momento. Dicen que se madura bajo las estrellas, que tiene olor a flores del campo y huele –respiro su aliento --a helado de pistache cuando está excitada.--¿Seguimos hablando del postre? –pregunta ella empezando a suspirar suavemente.--Hablo de UN postre. –le digo sin más y me pongo a besarla. Así seguimos unos instantes, humedeciéndonos las caras y desabotonandonos la ropa. Nos vamos al cuarto. Al entrar ya casi no pienso en el sueño. Nos tiramos en la cama, nos magreamos un ratillo la carne y en poco tiempo ya estamos dándole al asunto. Pero me jode, antes de terminar la cabeza ya no me funciona y el cerebro tampoco. Nos detenemos, Clara me mira desconcertada, pero no dice nada. Le hago saber que esa tarde he estado desconcentrado, que no ha ido bien el día. No es egoísta, puede ver que algo me preocupa y ya no puedo ocultarlo.--Ya sé lo que necesitas –sugiere con mirada pícara, luego se oculta bajo las sábanas y desciende por mi ombligo. “Menos mal”, pienso. "No ha preguntado qué me ocurre". Mejor así: estoy muy cansado para mentir. “Empatía de género”, le atribuyo y luego decido, procuro, no pensar más y dejarme llevar. Esta mujer tiene el santo grial en los labios, hace con ellos más trucos que un prestidigitador con una navaja suiza. Y por si se lo están preguntando; sí, también canta.Nadie como ella para tomar el timón y trazar el curso correcto para unas perfectas vacaciones en Blowjob City. No carece de enfoque, la mayoría de las chicas son dispersas y arrítmicas, pero ella sabe qué hacer, dónde succionar, lamer, hacia qué dirección ir y en qué momento, además no abandona jamás las bolas. Desde ahí abajo, posee un dominio total sobre el afortunado cuerpo que ha caído en su lengua. Clara bien podría volver a un hombre un completo autómata si tuviera una mandíbula más fuerte y fuera menos lista. Imposible decirle que no una vez que sonríe, ¿Y quién rehúsa al legendario psicopompo cuando, perdido en el limbo, tiene la fortuna de encontrárselo? Cualquiera que sea el problema del mundo no es difícil olvidarlo de inmediato en medio de su danza oral.Así que cierro los ojos, suelto el cuerpo y procuro poner la mente en blanco. Pronto los sistemas pierden velocidad, el tiempo se detiene. La vida pierde prisa.“no hay nada malo en esta chica”, me escucho decir fuera de mí, desde una nube alucinógena e hilarantemente lenitiva; muy parecida a un sueño profundo. “Es inteligente, graciosa, amable y te deja mirar su feisbuc. Hace la cena mientras ves televisión y luego te sugiere sexo o alguna película, tiene buen gusto en cine y ya he hablado de su boca. "Dijiste que sí en cuando te pidió vivir juntos y ¿quién no lo hubiera hecho?: No te reprende por la marihuana, se emborracha contigo y apoya tu literatura a pesar de que tiene que matarse todo el día trabajando para proveer a la casa; cree en ti como nadie (¿) lo ha hecho nunca….”La vida es perfecta. No se puede pedir más de lo que todo el mundo sueña.“Podría enamorarme de ella”, me digo mientras la rescato debajo de las sábanas y pongo su boca en mis labios, el beso es largo y muy húmedo. Apenas me importa que pueda estar comiéndome mi propio esperma de sus labios. “¿Por qué no le daría lo que necesita? ella me da lo que yo necesito”--Nena, ¿Recuerdas ese viaje a Bondoufle del que me hablaste la primera vez que… cuando planeamos…bueno, tú sabes…. ¿Lo recuerdas? – pregunto en un arrebato de deseo.Gran error.Astrid me mira con sus enormes y cautivadores ojitos totalmente abiertos, le brillan como nunca en medio de la tenue luz de la lámpara y la media luna. Por supuesto que lo recuerda, lo insinúa siempre que pierde la fe en su futuro para regresarle propósito al mío; pero esa no es una de aquellas veces, aunque igual parece que va a decir que sí. Inevitable es sonreír como innecesario hablar. Me devuelve una sonrisa que me deslumbra a pesar de que sus ojos se han cerrado. Ha dicho que sí, pero le sigo vendiendo la idea.--Lo haremos mañana --pongo hora y lugar, le digo que será fácil para ella encontrar otro trabajo, que los inviernos en París son los más hermosos del mundo, que no le digamos a nadie hasta que lo organicemos todo, que se paga bien el arte en las ciudades grandes, que el sexo es diferente. Y un montón de cosas que la hacen reír y soltar ligeras lagrimillas. Se encoge de hombros y me dice que sí una y otra vez mientras sigo hablando. Me cierra el pico a besos, no me rehúso, retomamos esta vez sin interrupciones y directo al final. Cerramos el trato y nos quedamos dormidos.

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