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Identidad Humana Y Global


Enviado por   •  2 de Abril de 2014  •  4.031 Palabras (17 Páginas)  •  246 Visitas

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Esbozo de la Identidad humana, política y global de Latinoamérica mestiza

Actualmente el mundo en el que vivimos exige que cada país tenga una cultura propia, ya que esto define a su gente y lamentablemente los califica con generalizaciones alrededor del mundo. En el caso específico de Ecuador o en su defecto Latinoamérica, el problema no es la falta de identidad, el problema es el exceso de identidad con la que vivimos. Ya que por ser mestizos, nuestra historia adopta métodos barrocos de identidad, es decir queremos ser de todo un poco, evitamos los orígenes que no nos favorecen socialmente, pero aun así, nuestra “identidad perdida”, no es más que un exceso no organizado de identidades que son parte de nuestra vida cotidiana.

Para intentar hallar una solución acerca de la identidad latinoamericana, debemos primeramente definir como el ser humano halla una identidad y sentido a sí mismo; como el ser humano de Latinoamérica mestiza se ve a sí mismo como exceso de identidad, y si este es o no un proceso consciente; la participación del mestizo latinoamericano y su desenvolvimiento dentro de la política de su región y cuál sería el mejor sistema político a implementarse en Latinoamérica, y finalmente como este exceso de identidad puede ser una ventaja para el proceso de globalización en los países latinoamericanos y como los mestizos latinoamericanos se miran a sí mismos dentro del mundo globalizado.

La problemática de identidad de todas y cada una de las persona, es intentar descubrir que es lo que nos hace seres humanos; por qué nuestra naturaleza nos obliga a vivir dentro de una sociedad y sobretodo que significa el término ser humano. Más allá de una descripción dogmática en un diccionario la respuesta a esta interrogante esta dentro de cada uno, la sociedad, la cultura y el medio en el que nos desenvolvemos. Desde hace siglos que los hombres hemos intentado descifrar el misterio que envuelve nuestra existencia, pero en realidad no se ha planteado una hipótesis estática para definirnos a nosotros como humanos, pensantes, racionales y emocionales, más bien se han producido una gran cantidad de teorías que intentan explicar el cómo y el por qué de nuestra existencia y nuestro desenvolvimiento social y sobretodo interno. Partiendo de teorías creacionistas hasta el evolucionismo, el origen del ser humano ha sido debatido durante siglos, nadie ha llegado a un acuerdo pero al responder la pregunta quiénes somos y por qué somos así, todos llegamos a un acuerdo cuando decimos simplemente porque sí. Lo que intentaremos es responder a esa pregunta acerca de la identidad del ser humano como individuo, intentaremos entender porque los seres humanos nos desenvolvemos como seres de razón y emoción.

Comenzando por una cuestión de crítica social desde los inicios de la sociedad griega, los varones fueron considerados seres humanos mientras las mujeres simplemente un objeto que servía únicamente para la reproducción, más no para el desarrollo intelectual, tal como se menciona en el libro, El segundo sexo, “desde luego, la mujer es, como el hombre, un ser humano; pero tal afirmación es abstracta; el hecho es que todo ser humano concreto está siempre singularmente situado” (Beauvoir). La sociedad manejada desde sus inicios por los varones, pretende negar la humanidad de la mujer cuando en realidad muchos de los pilares sociales han sido inculcados por las mujeres. Es cierto que ahora es una cuestión muy marcada culturalmente el hecho de pensar que las mujeres somos el sexo débil, lo que nos ha obligado a nosotras mismas empezar a negar nuestra naturaleza humana, reprimiendo pensamientos, deseos y razonamientos; convirtiéndonos únicamente en seres emocionales lo cual evita un desarrollo íntegro de nuestras capacidades. Considerando que las diferencias biológicas son solo eso naturaleza, más no definen quienes somos en nuestro intelecto, el ser humano tanto varón como mujer es capaz de desenvolver roles igualmente importantes dentro de la sociedad, tenemos las mismas capacidades intelectuales, e incluso tenemos que afrontar las mismas represiones sociales por lo cual ninguno de los dos sexos es más humano que el otro y mucho menos superior, estas connotaciones biológicas nos convierten tanto a varones y mujeres en seres capaces de desenvolvernos con la misma eficacia dentro de la sociedad, sin que el sexo muestre impedimento alguno.

Todo lo referente a los instintos animales de los seres humanos ha sido limitado por el uso de la razón, los prejuicios y comportamientos dictados por la sociedad, lo que reprime nuestra libertad como seres de razón, sentimientos e instintos. Según Freud el placer narcisista ofrece al “yo” la realización de sus más arcaicos deseos de omnipotencia, es decir; la satisfacción de sus necesidades vitales y su dominio sobre la naturaleza (62). Esto implica que vivimos lamentablemente bajo la tutela de una invisible moral que impide que podamos sentirnos seres libres de culpa y prejuicios, lo que a su vez también afirma John Stuart Mill en su libro Sobre la libertad en donde afirma que

Una persona tiene carácter cuando sus deseos e impulsos son suyos propios, es decir; son la expresión de su propia naturaleza, desarrollada y modificada por su propia cultura. El que carece de estos deseos e impulsos propios no tiene más carácter que una máquina de vapor. (133)

Entonces, para poder expresarnos libremente debemos hacer exactamente esto, olvidar ciertos aspectos impuestos por la sociedad que no hacen nada más que reprimir nuestras capacidades, limitándonos únicamente a ser quienes la sociedad aspira como varones y mujeres productivos, mas no seres humanos felices.

La felicidad es y siempre ha sido el objetivo primordial de los seres humanos, hemos intentado hallarla en todo sitio posible, más no nos hemos dado cuenta que esta felicidad que tanto anhelamos radica dentro de nosotros mismos. Esta posición de olvidar quienes somos simplemente por complacer ciertas normas sociales nos ha convertido en zombis sin sentido que olvidaron la meta de todo ser humano en pleno uso de todas sus capacidades, tanto racionales como emocionales, encontrar le estabilidad, el estado supremo de la felicidad. Según Blackburn la mente es un bien propio de cada individuo, nadie vera los colores de la misma forma que yo, nadie percibirá ciertas sensaciones al igual que yo, nadie respirara los mismos olores que yo, nadie tendrá jamás las mismas ideas que yo (Pensar. Una incitación a la filosofía). La individualidad y la búsqueda de la felicidad tanto interna como social depende únicamente de los deseos que cada uno posee por lograr sus metas, respetando siempre el lugar que ocupan los otros dentro del entorno, pero siempre considerando que la única felicidad que importa es la propia, solo de esta manera

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