Immanuel Kant - ¿Qué Es La Ilustración?

¿Qué es la Ilustración?

“¿Qué es la Ilustración?” es un texto escrito por el filósofo alemán Immanuel Kant en el año 1784, es decir, en una época en la que se buscaba combatir los problemas de la humanidad mediante el uso de la razón. Dicho período, denominado Ilustración o Siglo de las Luces, sufrió innumerables definiciones por parte de distintos pensadores. Es por esto que, inevitablemente, Kant se pregunta por el verdadero significado de la Ilustración y, por lo tanto, decide construir su propia definición. En su obra “¿Qué es la Ilustración?”, el filósofo alemán expone dicha definición tomando como punto de partida el uso de la razón y complementándola con nuevos conceptos que en este resumen se explicarán.

Antes de adentrarse en la discusión que propone el título, Kant comienza definiendo la Ilustración como “el abandono por parte del hombre de una minoría de edad cuyo responsable es él mismo”, siendo ésta última “la incapacidad de servirse de su entendimiento sin verse guiado por otro” (Kant, 2004, p. 83).

Según él, cada vez hay más personas que se atreven a acercarse a la Ilustración, aunque la humanidad como tal aún está muy lejos de alcanzarla completamente. Esto debido a la pereza o cobardía que presenta la mayoría de personas a la hora de empezar a valerse de su propia razón y entendimiento, pues es mucho más fácil recurrir al conocimiento que otros medios ofrecen gratuitamente. Respecto a esto, Kant dice “Sapere Aude!”, es decir, “¡Ten valor para servirte de tu propio entendimiento!” (p. 83), lo cual, según su perspectiva, es el lema del movimiento en cuestión.

Nace entonces un nuevo problema: los tutores (aquellas personas supuestamente “ilustradas” que deberían orientar a las personas a dejar atrás la minoría de edad) suelen infundir miedo entre sus pupilos de manera que éstos no se atrevan a acercarse a la utópica mayoría de edad; exponen el peligro que implica valerse de su propio entendimiento, aunque en realidad no sea tan traumático. De esta forma, algunos tutores logran que ciertas personas se conformen con el estado de minoría de edad en el que se encuentran, dificultando así el proceso de Ilustración.

Otro punto sumamente importante que Kant destaca en su obra es el de la necesidad de libertad para alcanzar la Ilustración. Dicha libertad, que en este caso se refiere a libertad de razonamiento, es posible notarla en su máxima expresión únicamente cuando se hace uso público de la razón, entendiéndose éste como el que se hace frente a todo el “universo de los lectores”. En contraste, el uso privado, que se explica como aquel que se hace en determinada función o puesto civil, restringe un poco esa libertad, aunque no por eso paraliza el proceso de Ilustración. Es claro que para alguien que ocupa cierto puesto en determinada organización es más importante obedecer que razonar, ya que no se puede analizar o pensar en modificar la institución antes que velar por el cumplimiento de sus objetivos. Sin embargo, dice Kant, cada persona tiene el derecho de hacer uso público de su razón y manifestar sus desacuerdos (siendo éstos bienintencionados) ante la institución, siempre y cuando no favorezca el desobedecimiento. De esta manera, el autor sugiere transformar la expresión “¡No razones, obedece!” en “Razona todo lo que quieras y sobre lo que quieras, con tal de que obedezcas”.

El querer eternizarse mediante la imposición de sus ideas en la sociedad por parte de una institución es otra situación que Kant califica como crimen contra la naturaleza humana, pues se estaría imposibilitando el progreso de los seres humanos hacia la Ilustración. En un caso así, lo único que se podría esperar es que un grupo de dicha sociedad se levantara para manifestar, mediante el uso público de su razón, su deseo de una reforma

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