Infidelidad Ocasional.

Infidelidad Ocasional

Algunos podrían decir que el grado de dificultad en la superación de los obstáculos que se presentan en la vida de las parejas contemporáneas es el mismo que aquel que se presentaba en otras relaciones en tiempos anteriores. Otros afirman que factores como la industria, la tecnología y la globalización influyen negativamente en las relaciones, y dificultan la superación de obstáculos. Uno de estas situaciones que en la actualidad se presenta con mayor incidencia es la infidelidad.

La infidelidad es vista por la mayoría de personas como un error que no tiene perdón, que es un factor determinante para acabar la relación de forma inmediata. Adicionalmente, plantean que en caso de que la relación continúe, esta traición eventualmente causará una ruptura temporal o definitiva. Sin embargo, se tiende a generalizar a la persona infiel, y se ignoran los dos escenarios en los que se presenta la infidelidad: infidelidad ocasional e infidelidad frecuente. (Jesús Canto Ortiz, 2009)

Primero analizaremos la infidelidad frecuente, que es aquella que se suscita de manera constante por parte de uno de los integrantes de la relación. Generalmente, se da cuando no existe un verdadero amor de por medio, sino que una de la contraparte de la relación sólo busca el placer de sí mismo, es decir, actúa de manera egoísta en donde lo primordial en su vida es la satisfacción personal. Tal como decía Paz (1993) en relación a la comodidad y la infidelidad: “El amor es una pasión que muchos veneran, pero que muy pocos viven realmente.”

La infidelidad frecuente, si es practicada por uno de los miembros de la relación, genera un grave sufrimiento en su pareja, y convierte la relación en un amor sin reciprocidad. El infiel frecuente es insensible y cruel porque no puede amar realmente. La persona que es infiel constantemente puede vivir con la mentira y la esconde hasta que sale a la luz por diferentes razones. Caso diferente es aquel en el que la infidelidad proviene de ambas partes; aquí no existe amor, sino una mera complicidad erótica. 

Por lo contrario, ahondar en el terreno de la infidelidad ocasional es mucho más complejo. Sigue siendo una falta grave, y continúa siendo un motivo para acabar con una relación, puesto que en una primera instancia, no se puede definir si el otro será un infiel constante u ocasional. El debate persiste porque en algunos casos, estas infidelidades ocasionales e inesperadas por ambas partes de la relación son perdonadas, y la pareja continúa con su crecimiento conyugal. Si algo se puede decir sobre este tipo de infidelidad, es que abre “la esperanza de que la relación se puede recuperar si hay el suficiente arrepentimiento y no volver a ser infiel.” (Octavio Paz, 1993)

Un ejemplo de infidelidad ocasional se plantea en la película "Atracción Fatal" de Adrian Lyne. Dan Gallagher es un abogado neoyorquino, casado y con una hija, quien se va por trabajo a la ciudad de manera temporal, mientras su hija y esposa se quedan en las afueras. En su estadía, se encuentra con Alex, una mujer muy atractiva quien le propone pasar un momento a solas después de unos tragos. Dan acepta y tiene una aventura con esta mujer.

Arrepentido severamente, decide regresar donde su familia y enmendar su relación con su esposa. Sin embargo, Alex queda enamorada y resuelve nunca terminar la aventura. Este es un ejemplo de infidelidad ocasional, puesto que Dan nunca le había sido infiel a su mujer anteriormente, cae en cuenta de su error poco después y decide salvar aquello que más valoraba. (Aurelia María Romero Coloma, 2001)

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