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Introducción Ala Filosofía


Enviado por   •  16 de Junio de 2014  •  1.477 Palabras (6 Páginas)  •  271 Visitas

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Introducción a la Filosofía

¿Qué es la filosofía?

Veremos en primer lugar, cual es el sentido etimológico de la palabra “filosofía”. Es una palabra griega compuesta por: “filo” (philo) que significa “amor” o “deseo”, y de “Sofía” (sophía) que significa “sabiduría “o “saber”. “Filosofía” quiere decir, entonces, “amor a la “sabiduría”. Por su parte, “filósofo” (philósophos) es “amante del saber” y se opone a “sabio” (sophos) que sería aquél que “posee conocimiento”. El filósofo, entonces, es quien desea saber porque es consciente de su ignorancia. El sabio, en cambio, no desea saber pues ya posee el saber. Pero,¿ ¿existe alguien que sea sabio? El conocimiento humano es falible, imperfecto. Por lo tanto no existe un ser humano que pueda considerarse sabio. Los seres humanos podemos ser filósofos pero no sabios. Filosofar es desear conocer. Y se desea aquello que no se tiene, aquello que falta. Hay deseo porque hay carencia. Y si ya no hiciera falta filosofar, eso querría decir que la carencia que constituye en se habría colmado. ¿Podemos librarnos del deseo? Es razonable pensar que no. Al ser imperfectos y limitados, lo más probable es que nunca dejemos de sentir el deseo de saber.

Hay otra manera de entender el significado de la palabra “filosofía”. Según esta segunda interpretación, quiere decir “sabiduría que surge del amor”, “sabiduría a la que el amor nos conduce”. Porque amamos la vida, queremos comprenderla, porque amamos el mundo en el que vivimos, nos interesamos por él y buscamos un saber que sirva para mejorarlo. El filósofo es un amante. Y el amor supone compromiso, fidelidad, entrega, sacrificio y riesgo. Desde este punto de vista, el filósofo es fiel a lo que piensa. No admite incoherencias. Aunque su saber sea inseguro, esto no significa que no sea fiel con respecto a lo que considera correcto. El filósofo se compromete con los demás. La filosofía, dentro de esta concepción, no puede ser una tarea solitaria. El filósofo ama a los demás y pretende que sus ideas sirvan para ayudar a la mejora de la sociedad. No busca conocer solo por curiosidad intelectual. Quiere comprender el mundo para ayudar a transformarlo. El filósofo acepta vivir sin soluciones seguras, acepta vivir el riesgo de equivocarse. Su búsqueda es incesante y sabe que el camino elegido no tiene fin.

Origen:

¿Qué nos mueve a filosofar?

La pregunta “¿Qué nos mueve a filosofar?” es también en si una pregunta filosófica. En cuanto tal, no tiene una única respuesta. El filósofo alemán Karl Jaspers en un pequeño libro titulado la Filosofía, trata de responder a esta cuestión y señala tres motivos por los cuales los seres humanos sienten la necesidad de filosofar.

1. El Asombro: Nuestros ojos nos hacen ver el maravilloso espectáculo del universo del cual somos parte. Nuestra admiración por lo que nos rodea y por lo que nos resulta extraño nos lleva a querer conocer. En la admiración advertiremos todo lo que no sabemos, descubrimos nuestra ignorancia: ¿Qué es todo lo que nos rodea? ¿De dónde viene? Nos preguntamos por aquello que ocasiona nuestro asombro, nuestra sorpresa.

2. La Duda: Tratamos de dar respuesta a la preguntas suscitadas por nuestro asombro. Pero ni bien creemos satisfacernos con estas respuestas, surge en nosotros la duda. Advertimos que todo conocimiento humano es falible y desconfiamos de nuestro imperfecto saber. Lo que nos parecía obvio resulta luego ser falso. La duda aparece, entonces, cuando tomamos conciencia de la inseguridad e incerteza del conocimiento humano. Po eso, ante cada aparente solución surge un nuevo problema y posibilidad siempre latente del error.

3. Las situaciones límite: Siempre estamos inmersos en alguna situación: tenemos que estudiar para un examen o estamos por salir con nuestros amigos, o se nos presenta la oportunidad de hacer un viaje. Las situaciones son cambiantes y nos exigen respuestas variadas. Pero hay situaciones permanentes, que no cambian. Son situaciones fundamentales, definitivas, que relevan nuestros límites: no podemos no morir, no podemos no sufrir, no podemos no sentir angustia. Por lo general, somos conscientes de estar en una situación límite cuando vivimos momentos difíciles: la muertes de un ser querido, la enfermedad de alguien cercano, el amor no correspondido, el fracaso de un proyecto. La consciencia de nuestros límites nos lleva a filosofar porque surge necesariamente en nosotros la pregunta por el sentido y el valor de a existencia humana.

En la actualidad nos mueve a filosofar: el asombro, la duda y la certeza, el sentirse perdido y el encontrarse. Estos motivos están subordinados a la comunicación entre los hombres. La falta

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