Juicio A Socrates

Juicio a Sócrates

“El más sabio y justo de todos los hombres”, sería sometido a juicio; ni el hecho de ser el filósofo más ilustre de la época Griega eximia de ello. Aquella figura conocida en Atenas, fue enjuiciada y condenada por los tribunales de manera injusta según la nuestra idiosincrasia; bajo cargos como corromper la mente de los jóvenes y falta de fe en las deidades griegas. Sócrates consideraba que el llevar una vida virtuosa era mucho mejor que el culto a los dioses, ya que esta conducía a la felicidad. Esta forma de pensar aunque se adapta muy bien a nuestra cultura actual, iba en contra de la racionalidad de aquel entonces.

Muchos reprochaban su investigación y el uso de su técnica, la mayéutica; consideraban la enseñanza de esta práctica como poco ética. La gente de aquel entonces vivía segada por sus mitos y supersticiones, creían que el conocimiento que poseían implicaba la verdad absoluta; por ello al escuchar a una persona que va tras la búsqueda de la verdad basando sus enunciados en razonamientos lógicos era un insulto para su conocimiento.

Ser juzgado en la Atenas no era algo sencillo, sin embargo a él no le importa morir ya que consideraba que al no defenderse de la falsedad de las acusaciones era una forma de aceptar la veracidad de su enseñanza, fue por ello que no mostro defensa alguna ante el caso expuesto. A pesar de que el jurado lo declara culpable en ese momento, se le ofrece la posibilidad de proponer una pena debido a que las leyes no preveían pena concreta para los delitos imputados.

Es interesante la forma de pensar de Sócrates ya que mantuvo una postura firme sobre lo que él consideraba correcto hasta el final, y ello lo hace a través de argumentos lógicos, usando preguntas y comparaciones que le permitiera a su audiencia poder razonar y llegar a una conclusión lógica. Empero es el jurado quien se irrita frente a su exposición, condenándolo este a muerte, por tratar de persuadir y enseñar a la gente a usar la lógica para explicar y armar enunciados. Luego de ello sus seguidores le recomendaron huir, pero él se niega por coherencia a su propia filosofía de obediencia hacia las leyes. Este lo convierte en una figura martirizada a causa de sus creencias intelectuales. La lógica aplastante que muestra en esta situación, expone la gran inteligencia con la que contaba este filósofo, además nos deja un dechado de moral al enfrentarnos a circunstancias en la que deberíamos mantener una postura firme.

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