LA PEREZA Y LA ACADEMIA

AUTOR: JHON JAIRO TORRES RIOS

FORMACION: INGENIERO DE SISTEMAS, DERECHO Y DEPORTOLOGO

LA PEREZA UN COMPORTAMIENTO INCOMPATIBLE CON EL CRECIMIENTO DEL SER HUMANO

Enrique Ramírez es un campesino que labora para una hacienda ubicada en el municipio del Patía Cauca, de propiedad de José Ardila Causaya, hace parte de la nueva ola de padres de familia, pues con tan solo 32 años, es un progenitor tallado por la dificultad y por la adversidad, bueno y casi siempre lo ha sido, ese tratamiento que la vida le ha dado, ha ocurrido por diferentes razones, por haber vivido en un Estado ineficiente, corrupto e ineficaz, apuntalado por políticos inescrupulosos, entre otras, sea cual fuese la razón, este tutor se ha propuesto que a su hijo Carlos Julian, no le pase lo mismo que a él, entonces, ha pensado, y lo ha llevado a cabo, que a su hijo, le ha de dar lo que él no tuvo, esto es, buena alimentación, vestuario de última moda, educación de calidad, recreación suntuaria, etc., esto no está mal, si no fuese, que en ese afán por criar a su pupilo sin sufrimientos, descuidó algo de suma importancia, “ejercicio de la capacidad de trabajo que cada ser humano debe hacer en el ejercicio su vida diaria”, esta aptitud, implícita en cada ser humano, ha sido minada, y casi disminuida por Enrique, que con el gran amor por su prole, le dio de todo, le paso todo en la mano, lo convirtió en un mendigo con licencia y con cierto grado de aceptación por la sociedad, no le permitió que esas cosas se las ganara con trabajo, con esfuerzo, con sacrificio, con el sudor de su frente, permitiendo de esta manera, y casi, sin dolo, facilitado la vulneración de leyes, de normas, de principios éticos y religiosos y hasta el punto de poner en jaque el buen desenvolvimiento de la familia como tal, pues como no sabe trabajar y como tampoco estudió, Carlos tuvo que robar, para sufragar gastos que a petición de sus amigos debía tener, se vio inmerso en el consumo de alucinógenos, en grupos armados al margen de la ley, con su conducta traspuesta se negó la posibilidad de ser una persona útil a su familia, a la sociedad y sobre todo a él mismo, pues es con trabajo como se erigen las naciones, y no como èl lo hizo; entonces creo un monstruo, un soberano haragán, desprovisto de capacidad laboral, incapaz de obtener sus cosas como fruto de un trabajo, del ejercicio de una profesión, ni siquiera puede adquirir elementos primarios de aseo para presentarse en sociedad, esta pereza se ha pegado en la manera de ser de cada uno de sus miembros del cuerpo humano, hasta el punto de modificar su propio ADN, en el modo de vida, con muchas ganas de no hacer nada. De ahí que la nueva generación, sin ser casi su responsabilidad ni su expectativa de vida ni su referente, se llenó de pereza, se crio lleno de pereza, sin ganas de hacer algo, y hoy por ejemplo, Carlos, no le gusta participar en quehaceres de la

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