LA VOZ DE LAS CIGARRAS
Enviado por filociopolis • 1 de Marzo de 2014 • 1.282 Palabras (6 Páginas) • 2.064 Visitas
LA VOZ DE LAS CIGARRAS, FILOSOFIA DESDE EL HUILA
Vibradora cigarra: con tu lírico empeño
los veranos cantabas en la azul lejanía,
y al temblor de tus alas resonantes, fulgía
todo el sol en mis ojos y en el valle risueño.
José Eustasio Rivera
Las cigarras o chicharras, como se conocen popularmente, son insectos que habitan en regiones tropicales. Su canto característico, agudo y estridente, es uno de los más potentes del reino animal, se escucha en los días soleados y, a decir de muchos campesinos, anuncia la llegada de la lluvia. Las cigarras tienen metamorfosis simple y cuando entran a la etapa adulta, su exudia (caparazón) queda adherida en los árboles. Otra característica peculiar es que en etapa larvaria habitan bajo tierra durante tiempo prolongado, algunas especies hasta diecisiete (17) años.
En Latinoamérica es bien conocida la interpretación del canto “Como la cigarra” de Mercedes Sosa, que en el coro refiere características propias de estos insectos:
Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra
De igual manera lo hace Ernesto Cardenal en el poema “En Pascua resucitan las cigarras”:
En Pascua resucitan las cigarras
—enterradas 17 años en estado de larva—
millones y millones de cigarras
que cantan y cantan todo el día
y en la noche todavía están cantando.
Sólo los machos cantan:
las hembras son mudas.
Pero no cantan para las hembras:
porque también son sordas.
Todo el bosque resuena con el canto
y sólo ellas en todo el bosque no los oyen.
¿Para quien cantan los machos?
¿Y porque cantan tanto? ¿Y que cantan?
Cantan como trapenses en el coro
delante de sus Salterios y sus Antifonarios
cantando el Invitatorio de la Resurrección.
Al fin del mes el canto se hace triste,
y uno a uno van callando los cantores,
y después sólo se oyen unos cuantos,
y después ni uno. Cantaron la resurrección.
En el Huila, estos insectos también hacen parte del imaginario cultural y popular y son referidos en distintas manifestaciones. El maestro Jorge Villamil los nombra en Los Guaduales:
También los he visto alegres
entrelazados mirarse al río;
danzar al agreste canto
que dan las mirlas y las cigarras.
José Eustasio Rivera les dedica un poema en su libro Tierra de Promisión :
Vibradora cigarra...
Vibradora cigarra: con tu lírico empeño
los veranos cantabas en la azul lejanía,
y al temblor de tus alas resonantes, fulgía
todo el sol en mis ojos y en el valle risueño.
Y callabas al verme por el linde pampeño
divagar, cuando el rayo moribundo del día,
con las blondas palmeras que la tarde mecía
tuve amores, y el llano me enseñaba el ensueño.
Hoy que lánguidas brumas se vistió la pradera,
algo espera mi alma sin saber lo que espera:
¡que el sol brille, que vuelvas y en la luz te remontes!
Ni siquiera un celaje sobre el páramo eterno...
Como tú ya no cantas, ha venido el invierno
y las mudas neblinas encanecen
...