ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

LA Verdad Y Las Formas Jurídicas

iamgabbo13 de Octubre de 2012

37.432 Palabras (150 Páginas)888 Visitas

Página 1 de 150

Michel Foucault

La verdad y las formas jurídicas

Michel Foucault

“La verdad y las formas jurídicas”

_______________________________

ADVERTENCIA DEL EDITOR

Este volumen, reúne cinco conferencias pronunciadas por

Michel Foucault ante un nutrido público en Río de Janeiro, entre los

días 21 y 25 de mayo de 1973. La versión castellana de estos textos se

ha realizado a partir de la publicada por la entidad organizadora del

ciclo, Pontificia Universidade Católica do Rio de Janeiro, que preparó

su edición contando con la colaboración de un equipo de

investigadores y docentes de los departamentos de Filosofía y Artes y

Letras de la Universidad.

Los editores brasileños, seguramente preocupados por

respetar al pie de la letra la categorización y la compleja

organización del discurso foucaultiano, lograron un texto por

momentos rígido y reiterativo, plagado de expresiones coloquiales y

redundancias. He tratado, en la medida de mis posibilidades, de

salvar estas dificultades y ofrecer al lector de habla hispana una

versión más parecida a un ensayo que a una exposición oral, pero

bien sé que mi tentativa ha quedado en gran medida incompleta pues

era casi imposible –y, por cierto, improcedente- proponerse una

reescritura del original. En muchos casos me he visto obligado a

ceder al temor de estar traicionando las ideas del autor y he optado

por sacrificar el estilo en bien de la fidelidad. Esto es particularmente

evidente en la segunda conferencia que, por ser un debate, hace más

patente estas diferencias.

Pido pues la indulgencia del lector; que no vea desaliño allí

donde no ha habido más que un exceso de celo. De lo demás, soy

enteramente responsable

El Editor

-2-

Michel Foucault

“La verdad y las formas jurídicas”

_______________________________

Primera conferencia

Es probable que estas conferencias contengan una cantidad de cosas inexactas,

falsas, erróneas. Prefiero exponerlas pues, a título de hipótesis para un trabajo futuro.

Por esta razón, pediría la indulgencia de ustedes y quizá también su maldad. Quiero

decir, mucho me gustaría que al final de cada conferencia me expusiesen sus dudas,

hicieran preguntas, y me comunicaran sus críticas y objeciones para que, en la medida

de mis posibilidades y ateniéndonos a que mi espíritu no es todavía demasiado rígido,

pueda adaptarme poco a poco a ellas. De ser así, podremos finalizar estas cinco

conferencias con la confianza de haber realizado en conjunto un trabajo o,

eventualmente, un progreso.

La de hoy es una reflexión metodológica para introducir este problema que, bajo

el título de «La Verdad y las Formas Jurídicas», puede parecer un tanto enigmático.

Trataré de presentarles una cuestión que es en realidad el punto de convergencia de tres

o cuatro series de investigaciones existentes, ya exploradas, ya inventariadas, para

confrontarlas y reunirlas en una especie de investigación si no original, al menos

renovadora.

En primer lugar se trata de una investigación estrictamente histórica, o sea:

¿cómo se formaron dominios de saber a partir de las prácticas sociales? La cuestión es

la siguiente: existe una tendencia que podríamos denominar, de una manera un tanto

irónica, marxista académica, o del marxismo académico, que consiste en buscar cómo

las condiciones económicas de la existencia encuentran en la conciencia de los hombres

su reflejo o expresión. Creo que esta forma del análisis, tradicional en el marxismo

universitario de Francia y de Europa en general, tiene un defecto muy grave: el de

suponer, en el fondo, que el sujeto humano, el sujeto de conocimiento, las mismas

formas del conocimiento, se dan en cierto modo previa y definitivamente, y que las

condiciones económicas, sociales y políticas de la existencia no hacen sino depositarse

o imprimirse en este sujeto que se da de manera definitiva.

Me propongo mostrar a ustedes cómo es que las prácticas sociales pueden llegar

a engendrar dominios de saber que no sólo hacen que aparezcan nuevos objetos,

conceptos y técnicas, sino que hacen nacer además formas totalmente nuevas de sujetos

y sujetos de conocimiento. El mismo sujeto de conocimiento posee una historia, la

relación del sujeto con el objeto; o, más claramente, la verdad misma tiene una historia.

Me gustaría mostrar en particular cómo puede formarse en el siglo XIX, un

cierto saber del hombre, de la individualidad, del individuo normal o anormal, dentro o

fuera de la regla; saber éste que, en verdad, nació de las prácticas sociales de control y

vigilancia. Y cómo, de alguna manera, este saber no se le impuso a un sujeto de

conocimiento, no se le propuso ni se le imprimió, sino que hizo nacer un tipo

absolutamente nuevo de sujeto de conocimiento. Podemos decir entonces que la historia

de los dominios de saber en relación con las prácticas sociales, excluida la preeminencia

-3-

Michel Foucault

“La verdad y las formas jurídicas”

_______________________________

de un sujeto de conocimiento dado definitivamente, es uno de los temas de

investigación que propongo.

El segundo tema de investigación es metodológico, un tema que podríamos

llamar análisis de los discursos. Tengo la impresión de que en este país existe ya,

coincidente con una tradición reciente aunque aceptada en las universidades europeas,

una tendencia a tratar el discurso como un conjunto de hechos lingüísticos ligados entre

sí por reglas sintácticas de construcción.

Hace algunos años era original e importante decir y mostrar que aquello que se

hacía con el lenguaje —poesía, literatura, filosofía, discurso en general— obedecía a un

cierto número de leyes o regularidades internas: las leyes o regularidades del lenguaje.

El carácter lingüístico de los hechos del lenguaje fue un descubrimiento que tuvo su

importancia en determinada época.

Había llegado el momento pues, de considerar estos hechos del discurso ya no

simplemente por su aspecto lingüístico sino, en cierto modo —y aquí me inspiro en las

investigaciones realizadas por los anglo-americanos—, como juegos (games), juegos

estratégicos de acción y reacción, de pregunta y respuesta, de dominación y retracción,

y también de lucha. El discurso es ese conjunto regular de hechos lingüísticos en

determinado nivel, y polémicos y estratégicos en otro. Este análisis del discurso como

juego estratégico y polémico es, según mi modo de ver las cosas, un segundo tema de

investigación.

Por último, el tercer tema de investigación que propongo a ustedes y que

definirá, por su encuentro con los dos primeros, el punto de convergencia en que me

sitúo, consistiría en una reelaboración de la teoría del sujeto. Esta teoría fue

profundamente modificada y renovada en los últimos años por unas teorías o, aún más

seriamente, unas prácticas entre las que cabe destacar con toda claridad el psicoanálisis

que se coloca en un primer plano. El psicoanálisis fue ciertamente la práctica y la teoría

que replanteó de la manera más fundamental la prioridad conferida al sujeto, que se

estableció en el pensamiento occidental a partir de Descartes.

Hace dos o tres siglos la filosofía occidental postulaba, explícita o

implícitamente, al sujeto como fundamento, como núcleo central de todo conocimiento,

como aquello en que no sólo se revelaba la libertad sino que podía hacer eclosión la

verdad. Ahora bien, creo que el psicoanálisis pone enfáticamente en cuestión esta

posición absoluta del sujeto. Pero a pesar de que esto es cierto con respecto al

psicoanálisis, en compensación, en el dominio de lo que podríamos llamar teoría del

conocimiento, o en el de la epistemología, la historia de las ciencias o incluso en el de la

historia de las ideas, creo que la teoría del sujeto siguió siendo todavía muy filosófica,

muy cartesiana o kantiana. Aclaro que en el nivel de generalidad en que me coloco no

hago, por el momento, diferencia alguna entre las concepciones cartesiana y kantiana.

Actualmente, cuando se hace historia —historia de las ideas, del conocimiento—

o simplemente historiamos atenemos a ese sujeto de conocimiento y de la

representación, como punto de origen a partir del cual es posible el conocimiento y la

verdad aparece. Sería interesante que intentáramos ver cómo se produce, a través de la

historia, la constitución de un sujeto que no está dado definitivamente, que no es aquello

a partir de lo cual la verdad se da en la historia, sino de un sujeto que se constituyó en el

-4-

Michel Foucault

“La verdad y las formas jurídicas”

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (228 Kb)
Leer 149 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com