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LO QUE MI BISABUELITA CONTABA


Enviado por   •  11 de Junio de 2013  •  504 Palabras (3 Páginas)  •  294 Visitas

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LO QUE MI BISABUELITA CONTABA

La mamá de mi abuelita le conto como vivió ella la Revolución y mi abuelita me lo conto a mi.

Decía que cuando los soldados venían por el camino Real Viejo, por donde también pasaban las mulas y las carretas con oro y sus riquezas, ellos en su pueblo escuchaban sus gritos y el trote de los caballos, ellos corrían a esconderse bajo las peñas para que no les hicieran nada, porque ellos no respetaban a nadie y se llevaban a las mujeres jóvenes que encontraban, también se metían a las casas a comerse lo que encontraran, se llevaban su maíz, frijoles, tortillas, puercos, gallinas, chivas y todo lo que se les ponía enfrente. También me conto que en Ixmiquilpan los mismos soldados se metieron a la iglesia y como no tenían ningún respeto la tomaron como hotel y se llenaron de piojos y poco a poco se fueron muriendo por piojosos. En Tesca debido a los pleitos de política que en ese tiempo había mataron a mucha gente y sus familias los tenían que cargar y llevárselos caminando por todos los pueblitos hasta llegar a Ixmiquilpan.

En ese tiempo sus casas estaban hechas de pencas y palmas, vivían en un terreno árido, donde casi no había que comer y cuando era temporada comían nopales, tunas, pitayas, verdolagas, quelites o lo que hubiera en el campo y como eran pobres solo comían tortilla de lunes a viernes, porque, sábado y domingo ya no tenían nada, pastoreaban a sus chivas y en el campo juntaban tunas, pitayas y garambullos para quitarse el hambre en lo que llegaban a su casa. Me conto también que su pueblo, Progreso de Obregón Hidalgo, fue nombrado así, ya que, el Gral. Álvaro Obregón fue a inaugurar la vía férrea del pueblo.

Una de mis tías me conto cuando su abuelita las llevaba al campo a pastorear a sus chivas, caminaban mucho y también juntaban los frutos que encontraban para comer mientras llegaban a su casa. Mi bisabuelita tejía ayates y los vendía, por cada docena le pagaban de $12.00 a $15.00, con lo que compraba maíz, lentejas y frijoles, o hacia trueques para obtener lo que le hacía falta, por ejemplo, 1 cuartillo de maíz por un ayate o un litro de pulque por un cuartillo de maíz. A veces se las llevaba a que la acompañaran a tomarse su pulque y en lo que ella se lo tomaba a ellas las entretenía con un refresco de naranja y un bolillo y cuando llegaban a comer a su casa les daba gorditas con salsa de chiles secos y cebolla, como compraba bolillos cada semana, para conservarlos y que no se hicieran duros los guardaba en un jarron con trigo y los sacaba cada que querían comer sus nietas. En tiempos de escasez de agua lavaban su trastes con arena y los volvían a utilizar y también a veces cuando tenían jitomates o algo asi los enterraban en la arena para que no se les echaran a perder.

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