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LOS JUICIOS EN KANT.


Enviado por   •  12 de Mayo de 2013  •  Informes  •  1.406 Palabras (6 Páginas)  •  391 Visitas

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LOS JUICIOS EN KANT. UNIVERSALIDAD Y NECESIDAD, CARACTERÍSTICAS DEL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Un juicio es un enunciado o proposición que relaciona dos conceptos, predicado y sujeto, de tal modo que uno de ellos (el predicado) se atribuye a o expresa una propiedad del otro (sujeto). Los juicios expresan conocimiento en diferentes grados. Son producto del trabajo de la Razón y pueden ser verdaderos o falsos. La Crítica de la Razón Pura es en gran medida la respuesta a la pregunta: cómo son posibles los juicios que expresan conocimiento científico. Dicho de otro modo: qué condiciones deben cumplir los juicios verdaderos para que podamos afirmar legítimamente que lo son.

Kant clasifica los juicios según dos criterios que resultan sumamente lógicos, y, además, que se complementan de modo que uno de ellos suple las carencias del otro.

Dado que un juicio es un enunciado que atribuye un predicado a un sujeto, el primer criterio de clasificación será este: la relación del predicado con el sujeto.

a) SEGÚN LA RELACIÓN DEL PREDICADO CON EL SUJETO

Si para clasificar los juicios empleamos como criterio la relación de atribución o predicación, esto es, la relación que guarda el predicado con el sujeto, obtenemos los dos tipos siguientes: juicios analíticos y juicios sintéticos.

• Juicios analíticos. Son aquellos en los que el predicado está contenido en el sujeto, es decir, aquellos en los cuales el predicado no aporta nueva información con respecto a la expresada en el sujeto. Por ejemplo: “Todos los solteros son no-casados” o “Todos los cuerpos son extensos”. Los juicios analíticos son, técnicamente hablando, tautologías, es decir, enunciados que son verdaderos en todos los casos, por la sencilla razón de que su verdad viene dada por definición (o por su forma o estructura). Si bien los juicios analíticos son esenciales en cualquier ciencia en sus momentos iniciales (toda ciencia comienza por las definiciones de sus términos primitivos; p. ej. en matemáticas definimos un punto como “lo que no tiene partes”; en lógica partimos de axiomas tales como “A es igual a A” o “si A es igual a B, entonces B es igual a A”), es cierto que sólo con juicios analíticos no podemos hacer avanzar nuestro conocimiento de la realidad, pues el predicado no amplía el campo de la experiencia. Kant dice que en ellos, a lo sumo, el predicado aclara o explica un poco más al sujeto. Les llama, por tanto, juicios de explicación. Son juicios necesarios (pues todas las ciencias los contienen) pero en absoluto suficientes para aumentar el conocimiento científico del mundo.

• Juicios sintéticos. Son aquellos en los que el predicado aporta nueva información respecto a la expresada por el sujeto. En ellos existe una ampliación real del campo de la experiencia, y por tanto, del conocimiento. Por ejemplo: “Todos los cuerpos son pesados” o “El agua hierve a 100º”. Juicios sintéticos son los que hacemos los seres humanos la mayor parte del tiempo, puesto que son relativos a nuestra experiencia cotidiana del mundo. Los juicios sintéticos hacen posible el avance del conocimiento. Kant los llama juicios de ampliación.

Sería un ideal de conocimiento aquel que combinara la verdad absoluta de los juicios analíticos con la ampliación de conocimiento propia de los sintéticos. Pero ambos tipos de juicios son excluyentes entre sí. Y por tanto, esta clasificación le resulta a Kant insuficiente para determinar aquellas características que hacen del conocimiento un fenómeno universal y necesario, pues no supera el callejón sin salida en que, a su parecer, encallan el racionalismo (incapaz de ampliar a través de la experiencia el contenido de un concepto) y el empirismo (incapaz de explicar el paso desde la mera generalización empírica derivada de la experiencia particular, la costumbre o el hábito a la verdad científica). Por ello, Kant propone, para combinarla con la anterior, una nueva clasificación de los juicios.

b) SEGÚN LA RELACIÓN CON LA EXPERIENCIA

Si para clasificar los juicios empleamos como criterio la relación con la experiencia, obtenemos los dos tipos siguientes: juicios a priori y juicios a posteriori.

• Juicios a priori. Son aquellos que no tienen su fundamento en la experiencia, pues son anteriores e independientes de ella, sino en la razón pura. Son universales y necesarios. Por ejemplo "El todo es mayor que las partes que lo componen" o “Todo cambio tiene su causa”. Los juicios analíticos, explicados

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