LUCES, SOMBRAS Y ESPERANZA DEL HUMANISMO

LUCES, SOMBRAS Y ESPERANZA DEL HUMANISMO

Este artículo principalmente plantea diferentes etapas del humanismo, cuyo fin se basa en exaltar  las cualidades propias de la naturaleza humana, dando una visión o sentido sumamente racional, de igual manera en este artículo se abordan tres exigencias humanistas fundamentales: la autonomía del yo que en otras palabras expresa la libertad, la finalidad del tú que se puede comprender en sentido a la fraternidad y la universalidad de los ellos como la igualdad, esto es “Yo debo ser la fuente de mi acción, tú debes ser su objetivo, ellos pertenecen todos a la misma especie humana. Estas son las  tres características que Kant denominó las tres ‘fórmulas de una y misma ley’. No siempre se encuentran juntas (...) Pero sólo la reunión de las tres constituye verdaderamente el pensamiento humanista”

A lo largo del artículo nos encontramos un fragmento que nos relata Milan Kundera sobre Nietzsche y el caballo de Turín, donde el filósofo le pidió disculpas al animal en nombre de la humanidad, algunos dicen que este episodio marcó su alejamiento definitivo de la humanidad. Yo quisiera pensar más bien que fue una de las más genuinas actitudes humanistas (…) En términos bastante concisos, podríamos decir que el imperativo humanista implica la exigencia de ser buenas y mejores personas. Sin embargo Soren Kierkegaard planteaba que Cuando surge la angustia, la impotencia, la desesperación, el quebranto y la culpa, Luces, sombras y esperanza del humanismo es cuando el ser humano puede concientizarse de su humanidad. A diferencia de las sociologías conductistas, consideró que el ser humano no estaba programado por la naturaleza, sino que, en un mundo que promovía la angustia, se veía obligado a elegir, a optar entre posibilidades. Algunas de las tendencias deshumanizantes que podemos señalar son: la doctrina del mercado, como criterio que pretende organizar la vida, la educación y el Estado, está exigiendo la supeditación de la ética y la política al lucro, así como la retirada de las humanidades de los currículos de muchos países y su reemplazo por saberes verdaderamente "útiles y rentables".

En este artículo también se plantean diferentes vertientes del pensamiento critico humanista cómo lo son: El marxismo, feminismo, ambientalismo, animalismo, teoría de colonial y posestructuralismo son hoy el fundamento del humanismo que vuelve a cuestionarnos, ya que al fin de cuentas estamos obligados a optar en clave humanista por la vida en dignidad o por la catástrofe civilizatoria.

 Humanismo del siglo XXI y crisis civilizatoria Estamos perplejos y consternados ante las crisis ecológica, social, cultural y educativa que signa estos tiempos que vivimos y en que educamos y nos educamos. Julia Kristeva, escritora francesa de Luces, sombras y esperanza del humanismo origen búlgaro, indica que solo en un humanismo revitalizado podemos encontrar la cura a la enfermedad que sufre la humanidad. Por su parte, la reconocida humanista norteamericana Martha Nussbaum cuestiona duramente la tendencia a considerar que el principal objetivo de la educación es enseñar a los estudiantes a ser económicamente productivos y denuncia la reducción del currículo a aquellos temas que los habilitan para una carrera laboral, dejando de lado la formación en humanidades. A diferencia de la teoría utilitarista de las competencias, que supone que la finalidad del contrato social es buscar beneficios mutuos, excluyendo y subordinando en ese sentido todo lo no humano y descartando la potencia para la interacción, la reflexión y la reciprocidad para con los otros, propone la categoría de capacidades, que supone una perspectiva universalista, transcultural y relacional entre humanos y no humanos. Si se acepta que la vida, la salud, la integridad física, la imaginación, las emociones, la afiliación, el juego y el control sobre el entorno propio no son propiedad exclusiva de los humanos, sino capacidades de todo ser vivo, es posible ampliar la propia comprensión sobre lo que es vivir dignamente, Luces, sombras y esperanza del humanismo es cuestionarse con humildad la arrogancia antropocéntrica y aceptar que se es parte, solo una parte de los habitantes que viven en este planeta y que junto con otras especies se tiene el deber de cuidarlo y de cuidarse. El zorro no le estaba pidiendo al principito que ejerciera un dominio despótico, sino que construyera un vínculo amoroso, con rituales, exigencias mutuas y responsabilidades compartidas, de tal manera que la ausencia del otro se compensase con la capacidad de atribuir características

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