La Eutanasia

LA EUTANASIA ¿DECISIÓN DE LA SOCIEDAD O DE LA PERSONA?

Eutanasia quiere decir «buena muerte», del griego eu (bueno) y thánatos (muerto). Es un tema muy polémico y controversial hoy en día, debido a que, habla sobre la muerte de un ser humano. Llendo en contra de creencias religiosas, e ideales sobre la vida como lo más importante de los seres humanos, entonces, es cuando nos preguntamos ¿tenemos derecho a la vida? o ¿a una vida digna? ¿Esto es un tema de la sociedad, del gobierno, de la religión, o de la persona implicada? ¿Es necesario el sufrimiento, los dolores incansables, de una enfermedad terminal, que la persona no eligió tener?

En este texto quiero hacer reflexionar, pará, entender a estas personas, que se encuentran en una situación tan crítica y dolorosa; en la que ya no soportan el sufrimiento, y quieren decidir libremente tener una muerte digna. Sin dejar de lado a las personas, con las mismas situaciones de vida, pero que, por diferentes motivos, deciden seguir viviendo hasta lo que más aguante su cuerpo. Son dos situaciones iguales, pero con pensamientos, ideales, religiones y sobre todo con personas diferentes. ¿No le parece a usted que deberíamos tener en cuenta la opinión de ellos? ¿No le parece que no es un asunto que se deba tratar desde la sociedad, la política, la religión, sino, desde aquella persona implicada directamente?

Entonces, más que proteger el derecho a la vida, deberíamos proteger el derecho a la vida digna, el derecho a la libertad, y a la autonomía de las personas; este derecho que estaría dirigido y hecho para todos los individuos de una sociedad y no simplemente para algunos, ya que, si un persona, por alguna razón, cree y quiere seguir viviendo hasta que la naturaleza lo decida; o por el contrario, si es una persona que quiere acabar con el sufrimiento que padece, entonces no abra restricciones, para ninguno de los dos casos. Esta sería una solución mucho más imparcial, justa y sobre todo más humana.

En la bioética vemos dos conceptos de eutanasia: la eutanasia activa y la eutanasia pasiva, la activa es aquella en la que el paciente está despierto, y pide morir dignamente, con la ayuda de un profesional de la salud; y la paciente, es en la que, se interrumpe un tratamiento que es vital para el paciente. Muchos opinan que la diferencia es entre, matar ,y dejar morir; encontramos países en los que, ha sido más fácil que aprueben la eutanasia pasiva que la activa, sin embargo es algo contradictorio, aprobar solo una, ya que si lo que se quiere es penalizar la eutanasia activa, y el argumento es que la vida es un valor absoluto que se ha de mantener sea como sea, entonces no se debería aprobar ninguna de las dos; no obstante, si lo que se busca es la reducción del sufrimiento del individuo entonces se tendrían que despenalizar las dos.

La eutanasia activa, nos permite observar casos como por ejemplo, el de una persona que sufre dolores fuertes, para los que no existen fármacos, padece de una enfermedad terminal, y pide ayuda para tener una muerte digna. En esta situación seria muy difícil negarle la solicitud, desde lo ético a esta persona, que solo quiere acabar con el sufrimiento propio, y de la gente que lo rodea. En situaciones como la planteada anteriormente, me gustaría que evaluáramos la autonomía de la persona, debido a que no todos somos iguales, no todos pensamos igual y sobre todo no creemos igual o mejor dicho no todos creemos en lo mismo.

Ahora bien sería bueno, aclarar que todos tenemos derecho a nuestro libre albedrio, por esto la religión no tendría que estar presente en decisiones parciales, para todo un país o una sociedad, llena de individuos con diferentes ideales y autónomos. En la película llamada “mar adentro” de Alejandro Amenábar, encontramos un fragmento en el que dos personas

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