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La Invitacion A La Etica


Enviado por   •  22 de Abril de 2013  •  1.320 Palabras (6 Páginas)  •  405 Visitas

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ASESOR: LIC. RUBEN ALTAMIRANO CONTRERAS

ALUMNA: PROFRA. PATRICIA NORA MACIPDE ZÚÑIGA

GRUPO 939

22 DE AGOSTO 2009

La invitación a la ética de Fernando Savater

El filósofo español parte del principio de que la naturaleza humana es

acción transformadora, ya que cada hombre es lo que hace y éste, a su vez, se

crea en la actividad1. La actividad es la respuesta del hombre ante una realidad

que se le opone y le provoca la necesidad de transformarla, aunque el ser humano

también se transforma como resultado de dicho proceso.

Más aún, la identidad de los individuos no se centra en lo que poseen o lo

que pretenden ser sino en lo que hacen ya que (sostiene el autor), el producto de

la actividad humana se presenta, además, como referente de identidad ideal,

perfecta. Pero no basta pues –de acuerdo con Savater-, el ser humano “ama más

su posibilidad que sus productos”2, es decir, prefiere la posibilidad de seguir

creando: el hombre activo es el que quiere, el que desea, pues su principal

propósito, antes que nada, es el querer ser3, es decir, el deseo de definirse a sí

mismo frente al mundo, y ante la inicial falta de identidad propia (y el

descubrimiento de su imperfección), el hombre emprende una búsqueda incesante

1 SAVATER, Fernando. Invitación a la ética, Barcelona: Ed. Anagrama, 2008, p 15.

2 Ídem., p 19.

3 Íd., p 23.

de su propia identidad en la creación, la transformación, proceso que se vuelve

infinito al descubrir la finitud e imperfección de sus productos y de sí mismo y se

convierte en necesidad de ser reconocido por otro individuo.

En consecuencia, para el autor la pregunta central de la ética no es “¿qué

debo hacer?”, ya que dicha cuestión se ubica más en el plano de lo religioso y la

ética no debe confundirse con la moral; la pregunta central de la ética tampoco es

aquella de “¿qué puedo hacer?”, pues ésta implica suponer que las posibilidades

de acción del hombre a camino único. La ética pues, se centra en otra cuestión:

“¿Qué quiero hacer?”, pues la voluntad de ser y hacer conduce al individuo a

definir, con base en dicha pregunta, sus deberes y posibilidades. El deber es el

fundamento del querer que, a su vez, conduce al ser humano al descubrimiento de

sus potencialidades4. Para lograr ser reconocido, señala Savater, es necesario

establecer “… una comunidad de sujetos de la que ningún sujeto quede excluido,

en la que se pacten relaciones de auténtica y explícita reciprocidad y donde a

nadie le sea menoscabada ni vedada la realidad de lo posible”5, una sociedad

donde se practique la dialéctica y la integración socio-cultural y en la que el

reconocimiento trascienda a la subjetividad de las relaciones (emocionales,

parentales, políticas, económicas, etc.). Así, la relación ética -a decir de Savater-,

tiende a la impersonalidad y al cosmopolitismo con intención de superar dichas

subjetividades6.

Cabe señalar que el reconocimiento puede encontrar su fundamento en tres

tipos de relación: a) la que se basa en la piedad, que minimiza la dignidad

humana, b) la que se basa en la jerarquización y la violencia y; c) aquella que se

basa en la fraternidad, la colaboración, y busca la eliminación de la violencia, pues

se basa en el reconocimiento de uno mismo en el otro a partir de la mutua

identificación entre ambos como seres humanos, lo cual constituye, desde la

perspectiva de nuestro autor, la base de una auténtica relación ética mediante el

otorgamiento de la palabra a los demás y la capacidad de poner en palabras “lo

que exigimos de ellos, lo que les ofrecemos o reprochamos” 7. Así, para el filósofo

4 Íd., p 29.

5 SAVATER, Fernando. Op. Cit., p 30.

6 Ídem., pp 31-32.

7 Íd., pp 33-38.

español la ética surge y es aplicable sólo en las relaciones humanas, no en la

relación entre dioses y hombres, objetos y hombres u plantas y hombres. La ética

es el resultado, no la base de las relaciones auténticamente humanas, pues no

presenta una descripción normativa de la conducta humana sino un ideal cuyo

contenido práctico consiste en mantener siempre abierta la vocación humana de lo

posible. Es decir, la ética, tiende a dejar al ser humano la libertad de querer ser a

través de la transformación de la realidad y de su identificación en el tránsito: “El

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