ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La etica y el principito

shadiacEnsayo30 de Agosto de 2020

1.027 Palabras (5 Páginas)1.709 Visitas

Página 1 de 5

Juliana Sierra

Shadia Amador

Octubre 29, 2019

La ética y El principito

La historia de un niño que hace un viaje de autodescubrimiento a través de diversos planetas para, al final, regresar al proprio, desde donde había partido, puede relacionarse con la ética desde diversos puntos de vista. La ética es un fenómeno vital, pero en permanente crisis y transformación. Entendida desde su punto de vista, la moral no está encaminada a la consecución de un fin, sino que es la práctica de la moralidad misma, llamada en ocasiones bien. Este podría ser el punto inicial de una reflexión acerca de cómo se relaciona el texto de Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) con los problemas éticos de una vida enmarcada en el capitalismo, consumismo, la individualidad, a vanidad, etcétera.

     En una interpretación libre, no es casualidad que el libro haya sido escrito y publicado en un contexto en el que las principales potencias del mundo se habían arrastrado unas a otras al abismo de la guerra. Quizá el autor, enfermo ya, quiso poner por escrito sus propias preocupaciones acerca de lo verdaderamente importante de la vida. La frase más famosa, “… lo esencial es invisible a los ojos”, dicha por el zorro como un secreto, podría ser la piedra angular de esta reflexión.

     Una constante de gran importancia a lo largo de la obra es la lógica o anti lógica de los personajes. Es decir, nuestro protagonista actúa por una lógica que no va encaminada a la consecución de un fin ulterior del que saque demasiado beneficio. El Principito limpia los volcanes, arranca los baobabs y riega la flor por una necesidad casi que inmediata. No contempla la idea de que pueda sacar para sí provecho de nada de lo que hace. Esta es la principal diferencia con los personajes de los otros planetas. Desde el rey hasta el geógrafo, todos tienen una manera de actuar que no pretende alcanzar fines en sí mismos sino bienes ulteriores. Estos personajes se nutren de un méritos que a veces no son de ellos o que, a la luz de la visión de El Principito, parecen absurdos. Así, al narrar sus acciones se ven ridículas. Tenemos un rey que no reina sobre nada; un vanidoso que asume palmadas como aplausos; un farolero atrapado en un círculo vicioso; un hombre de negocios que se atribuye las estrellas; y un geógrafo de oficina que no conoce la realidad. Todos están tan influidos por la idea de poseer que su visión de lo que es lógico, racional o simplemente natural está indefinido.

      Lo interesante de la forma en que están planteados estos asuntos en el libro es que son presentados como algo que todo el mundo sabe, al menos al inicio de su vida. El narrador asume una postura diferenciadora entre el niño y el adulto. Los niños saben qué es lo verdaderamente importante, solo que al crecer lo olvidan. Es un poco como la historia de Peter Pan y Wendy, donde los adultos se olvidan de que han sido niños y crecer es una traición para los habitantes del País de Nunca Jamás. Podríamos hacer otra intertextualidad, pues lo mismo pasa en Oliver Twist, de Charles Dickens: Oliver es tan inocente del mundo que lo rodea que a menudo se mete en problemas sin siquiera sospechar de ello. Queda una pregunta en el aire: ¿será que ser adulto es ser anti ético?

Otro aspecto relevante de la historia es la creación de vínculos. Es de notar que la lógica del mercado ha tenido un eco en la manera en que, en el mundo contemporáneo, nos relacionamos con los demás. O sea, hoy pensamos que las personas son tan reemplazables como los celulares, los electrodomésticos o la comida rápida. Y esta no es una típica queja del tipo “todo tiempo pasado fue mejor”, sino una realidad tangible. El carpe diem actual no sabe de compromisos. O de cultivar algo por un periodo largo de tiempo. O de renunciar a algo por alguien. El carpe diem de hoy no entiende de esta noche y de no atarte a nada, pues la vida son solo unos días. Y me parece que El Principito va en la vía contraria. La domesticación del zorro es solo una manera alegórica de decir que cuando estamos atados a alguien existe un compromiso. Que uno es responsable de lo que “domestica”, es decir, de aquello con lo cual decide estar. Y esto aplica para el amor, la amistad, la carrera universitaria, la familia. Y el argumento que justifica esta relación es el mismo principio por el cual nuestro personaje actúa: el fin en sí mismo. Por eso las cosas valen “el tiempo que le has dedicado”. La amistad que se expresa en el relato se caracteriza por el afecto recíproco y desinteresado entre las partes que nace y se fortalece por el buen trato.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (6 Kb) pdf (57 Kb) docx (9 Kb)
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com