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La perspectiva del bien y del mal desde la temporalidad del alma y el cuerpo humano


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2016  •  Ensayos  •  3.550 Palabras (15 Páginas)  •  284 Visitas

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LA PERSPECTIVA DEL BIEN Y DEL MAL DESDE LA TEMPORALIDAD DEL ALMA Y EL CUERPO HUMANO

"Es, pues, el físico quien estudia las formas o afecciones que son inseparables de un tipo determinado de materia y lo hace atendiendo a aquellas y a ésta. El matemático, por su parte, estudia aquellas formas que si bien no son separables de toda materia, pueden ser separadas por abstracción de cualquier materia particular. Al filósofo primero o metafísico corresponde, en fin, el estudio de aquellas formas que existen actualmente separadas de todo tipo de materia" (Aristóteles. (1978). Acerca del Alma. Madrid : Gredos.)

Tomando en cuenta lo que ha dicho Aristóteles, al filósofo le corresponde estudiar las formas que existen actualmente partiendo de una separación con su materialidad; por lo que en el presente ensayo trataré la separación del alma respecto del cuerpo.

Para poder continuar con el ensayo es necesario remitirme a las interpretaciones de alma que se han dado por varios filósofos. Tomando como base a Platón, Plótino y Aristóteles.

A lo largo del tiempo se han planteado varias ideas filosóficas sobre la noción del alma. El  alma  es  concebida con  frecuencia  como  un  tipo  de  realidad  que  engloba  algunas  de  las  operaciones  psíquicas, como  cuando  en ciertas  concepciones  tradicionales  se habla  del alma  como  inteligencia,  como  voluntad,  como  sentimiento,  etc., y  hasta que se llevan a cabo todas estas "facultades" en conjunto. (José Ferrater Mora. (1979). Diccionario de Filosofía . Madrid: Alianza.)

Durante el periodo de los presocráticos se plantearon diversas especulaciones sobre la idea del alma, que más tarde fueron absorbidas y purificadas por Platón.

Por purificación se entendía un nuevo planteamiento acerca de las interpretaciones que se habían formado, sustituyendo la idea del alma como semi-vida, como sombra y aún como principio de vida orgánica por una idea del alma como realidad "desterrada". Es decir, que del plano de las ideas, es expulsada a la realidad.

La interpretación que hasta ese momento tenía Platón se debía, en buena parte, a las influencias  chamanísticas procedentes de Tacia y Escitia, mismas que fueron difundidas por el Asia Menor, Creta y el Sur de Italia, principalmente en Sicilia. Se comenzó a creer que había en cada hombre una realidad de orden divino, la cual había preexistido al cuerpo y perduraría tras la muerte y corrupción del mismo.

Por lo que se llego a pensar que el alma podía entrar y salir del cuerpo, sin identificarse nunca completamente con él. De esta manera el cuerpo es concebido como una especie de cárcel o sepulcro del alma; en donde la misión de los hombres era liberar su alma por medio de la purificación y al final, de manera más filosófica, por medio de la contemplación. El alma no es un principio que le da sustento al cuerpo y le da vida; sino que es algo de naturaleza esencialmente no sensible y no material.

Para Platón el alma era una realidad esencialmente inmortal y "separable", pues ésta aspiraba a liberarse del cuerpo para regresar a su origen divino y vivir entre las ideas en el mundo inteligible. Pues decía que aun dentro del cuerpo, el alma era capaz de recordar las ideas que había contemplado su vida anterior.

Platón se dio cuenta de que en el dualismo "cuerpo-alma" se presentaban muchas dificultades, no solo epistemológicas y metafísicas, sino también morales. Su filosofía, en gran parte, trata de solucionar tales  dificultades, y hasta puede hablarse de una "dialéctica del alma" en la que afirma y niega la separabilidad del alma con respecto al cuerpo. IMPLICA DOS CONTARIOS NECESARIOS.

Trata de llegar a un punto, o lugar en donde el alma quede insertada en el cuerpo, porque de lo contrario no se podría entender la relación que hay entre las operaciones del alma y el cuerpo. Las distinciones entre varios órdenes o tipos de actividades del alma es uno de los modos de afrontar la cuestión citada. Distinguió entre la parte sensitiva (lugar del apetito o deseo), la parte irascible (lugar del valor) y la parte inteligible (lugar de la razón). Se da cuenta que la ultima "parte" es "separable" del cuerpo y que las otras dos no lo son, por lo que plantea el problema que hay entre la relación de los diversos órdenes o tipos de actividad del alma. Creyó encontrar una solución al problema estableciendo que los órdenes en cuestión son órdenes fundamentales no sólo del alma individual, sino también de la sociedad y hasta de la naturaleza entera, como un principio fundamental que aplicaba para todo.

Encontró que dichos órdenes se hallaban en una relación de subordinación, pues las partes inferiores debían subordinarse a la parte superior. Es decir, el alma como razón debe conducir y guiar al alma como valor y como apetito. De esta manera el alma podía llegar a tener una historia en el curso de la cual se fuera purificando, de tal manera que fuese formando y ordenando todas sus actividades de acuerdo con la razón contemplativa, lo que permitiría que a través de lo que haga en su vida se llegase a hacer inmortal. Pues, como dice Platón, el hombre puede convertirse enteramente en algo mortal cuando se abandona a los deseos y apetitos carnales, pero se hace inmortal cuando entre todas sus facultades ha ejercido principalmente la capacidad de pensar en las cosas divinas e inmortales. (Tim., 89 )

El alma, mientras se encuentre en lo sensible puede orientarse hacia lo inteligible, y no deja de ser alma por quedar encerrada en lo sensible, pero puede decirse que cuando actúa según lo inteligible es cuando ha sido purificada.

Los neoplatónicos, y especialmente Plotino se preguntaron, en qué forma el alma se hallaba unida al cuerpo, si siendo instrumento de él, constituyendo una mezcla o siendo forma del cuerpo (Enn., I i 3).  Excluyen lo segundo, de tal manera que solo lo primero y lo tercero tomaron como admisibles. El alma es por sí misma, en cuanto separada del cuerpo, una realidad impasible (I ii 5), pero puede  decirse que tiene dos "partes": la separada o separable y la que constituye una forma del cuerpo  (Ii3; II iii 15; II ν 3). Plotino se interesó particularmente por la parte superior e inteligible, la cual no sufre alteración y es incorruptible e imperturbable. (III vi 1). Dice que el alma se divide cuando se orienta hacia lo sensible; se unifica, en cambio cuando se orienta hacia lo inteligible, hasta el punto de adquirir un rango divino (IV i  1; IV ii 1). Cuando el alma adquiere un carácter divino y se purifica puede inclusive transfigurar el cuerpo, es decir, hacer que habite en este mundo como si viviera en el universo de lo que sólo puede ser conocido por el entendimiento. Identifica que en su ser propio, el alma es una, incorruptible, racional, inteligible, contemplativa e inmortal. Debe tenerse en cuenta que Plotino en ocasiones se refiere al alma en general, a veces al alma individual y a veces al alma universal o alma del mundo. Identifica que ciertas propiedades son comunes en todas las especies de almas en cuanto por lo menos son los habitantes del mundo inteligible. Explica que todas las almas individuales forman una sola alma, no entendida como una fusión,  sino como una organización jerárquica en lo inteligible único (VI ν 9; VI vii 6).

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