La validación actual de Maquiavelo.

La vigencia del discurso de Maquiavelo

Dentro de la formación del pensamiento político, se hallan una serie de autores y obras que han trascendido y se han posicionado como las bases conceptuales de los referentes teóricos y prácticos de la ciencia política contemporánea. Tal es el caso de la figura de Nicolás Maquiavelo, quien con sus más de veinte obras escritas entre las que se destacaron El Príncipe y los Discursos sobre la primera década de Tito Livio, marcó un cambio y una transición hacia una nueva etapa en la técnica y el entendimiento de la práctica política, así como de la forma de gobierno.

Tradicionalmente, el posicionamiento del trabajo de Maquiavelo resulta estar mayormente inclinado hacia la consideración de su primera perspectiva sobre el ejercicio, la técnica, la dominación y el mantenimiento del poder del príncipe en su gobierno. Y en menor medida pero no menos importante, su propuesta sobre la forma gubernamental republicana que dota a los ciudadanos de un poder soberano, autónomo y representativo.  

Es importante resaltar la trascendencia que tiene la percepción actual de tales proposiciones maquiavélicas, pues a pesar de que hoy en día nos resultan  familiares, en su tiempo fueron pioneras de una nueva forma de concebir la política y el ejercicio del poder. De tal modo que me atrevería a decir que Maquiavelo fue un caso excepcional perdido en su tiempo, pues la validez de su obra continua siendo vigente al panorama político actual alrededor del mundo.  

De dicha afirmación, podría enlistar una larga lista de ejemplos que rectificaran tal idea, sin embargo me parece pertinente traer a colación el caso del gobierno de Estados Unidos. Pues es un gobierno que toma en si los elementos fundamentales de la republica descrita por Maquiavelo, desde su forma democrática, como la representación ciudadana, la autonomía, el valor de la libertad, la supremacía de la ley, etc. Y que en contraste, maneja sectores como su política exterior, desde la posición y carácter de un príncipe que busca el éxito, que se auxilia y se  beneficia de los medios necesarios para llegar a este, dejando a un lado las facultades de sus subordinados.

Finalmente, a partir de este muy resumido ejemplo, puedo decir que a pesar del tiempo que ha pasado desde que Maquiavelo plasmó tales ideas, este gran pensador no ha dejado de mantenerse vigente como un referente explicativo de lo que acontece en la vida social y política del ser humano. Pues su obra en sí, ha resultado ser la base del pensamiento   y la concepción actual de cómo se hace y cómo se fundamenta la política.

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