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Las Preguntas De La Vida


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2013  •  812 Palabras (4 Páginas)  •  301 Visitas

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La muerte nos hace realmente humanos, ya que nos muestra cuan mortales somos. No es mortal quien muere sino quien está seguro de que va a morir.

Es muy personal porque no se puede ceder, es decir, que cada uno debe morir por si mismo y no puede contratar a alguien para que muera por uno.

La muerte no sólo es necesaria, sino que resulta el prototipo de lo necesario en nuestra vida.

La muerte es siempre inminente, ya que puede alcanzar a cualquiera sin importar edad, sexo, o estado de salud. Todos pueden morir en cualquier momento ya sea por accidente o por crimen.

No existe nada positivo de la muerte, ya que si nos angustia, es porque es algo negativo. En cambio la vida es positiva, y la pensar en la muerte nos hará valorarla y pensar en ella.

Capitulo 2: Las verdades de la razón

La pregunta previa a todas las preguntas, o sea lo primero que uno debe preguntarse, es de que forma uno adquiere nuevos conocimientos, es decir, ¿Cómo conozco algo?

Los conocimientos que uno tiene provienen de la experiencia, ya que provienen de lo que uno estudio, o de lo que a uno le dijeron o enseñaron, o de algo que se aprendió por experiencia.

El trabajo de la razón es buscar la verdad (o lo más parecido a la realidad) y determinar los diferentes campos de esta. No se debe confundir los campos de la verdad o se estaría cometiendo un error.

El trabajo de la filosofía es cuestionar las creencias y sustituirlas por ideas bien argumentadas. Sin embargo las creencias son necesarias para vivir todos los días. (Sentido común).

El mundo es inestable por lo que no hay conocimiento verdaderamente seguro ni siquiera fiable cuando se lo examina a fondo. Se le reprocha al escepticismo ser contradictorio consigo mismo. Si es verdad que conocemos la verdad, al menos ya conocemos una verdad.

El relativismo pone en cuestión que seamos alguna vez capaces de alcanzar la verdad por medio de razonamientos. Los relativistas opinan que mis condicionamientos subjetivos siempre se imponen a cualquier pretensión de objetividad universal hay tantas verdades como caracteres individuales).

La cuestión es que el único modo de alcanzar la verdad es a través de la razón. Razonar no es algo que se aprende en soledad sino que se inventa al comunicarse y confrontarse con los semejantes: toda razón es fundamentalmente conversación. Sólo se conversa entre iguales. La razón es un servicio público universal.

La razón también tiene relevantes consecuencias políticas, ya que todo razonamiento es social. No basta con ser racional (aplicar argumentos racionales a cosas o hechos) sino que resulta imprescindible ser razonable

(Acoger en nuestros razonamientos otras subjetividades).

Como hombres, debemos desarrollar la capacidad de ser convencidos por las mejores razones, vengan de quien vengan.

Capítulo 3: Yo adentro, yo afuera

Por muy fantástica que sea la hipótesis de que la realidad que percibo no es tal como de hecho la percibo, es al menos posible de imaginarlo. ¿Podemos entonces estar seguros de algo, si siquiera somos capaces de descartar la falsificación universal.

Descartes es considerado como el fundador de la filosofía moderna en busca de la certeza racional. Planteó la hipótesis de que todo lo que consideramos real pudiera ser simplemente un sueño y que los sucesos que parecen ocurrirnos, fueran sólo incidentes del mismo. Planteó también que quizás somos víctimas de un genio maligno, una entidad poderosa como un demonio dedicada a engañarnos constantemente, haciéndonos sentir lo que no existe.

Para poder soñar y dudar debo existir. También para que me engañen necesito ser. La proposición yo soy, yo existo es necesariamente verdadera pienso, luego existo.

¿Qué es ese yo? Para Descartes se trata de una res cogitans, una cosa que piensa. El yo es un asunto mental; una sustancia estable y personal.

David Hume dice: cuando penetro en lo que llamo yo mismo siempre tropiezo con una u otra percepción particular.

Tengo conciencia y también autoconciencia (la capacidad de objetivar aquello de lo yo soy conciente y situarlo en una serie con cuya continuidad me veo especialmente comprometido).

Mi Yo no sólo está formado por ese dominio interno o mental. Esa dimensión interior también viene acompañada por una exteriorización de yo en el mundo de lo percibido: mi cuerpo. Del mismo modo que considero mía mi conciencia, también tengo a mi cuerpo por mío, aunque sufra transformaciones

Pero ¿tengo o soy un cuerpo? Descartes (quien suponía que el alma es un espíritu) respondería tengo un cuerpo. Según cierta visión popular estamos dentro de nuestro cuerpo. Estamos en nuestra cabeza. Quienes creen tener un cuerpo y estar dentro de él se refieren a un dentro que no es interior sino que está en todas partes del cuerpo y en ninguna, de la que sólo el cerebro podría aspirar a ser la sede privilegiada.

SOY UN YO POR QUE PUEDO LLAMARME ASÍ FRENTE A UN TU EN UNA LENGUA QUE PERMITE DESPUÉS AL TU HABLAR DESDE EL LUGAR DEL YO.

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