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Las exigencias del modelo capitalista frente a las necesidades educativas de la sociedad


Enviado por   •  9 de Abril de 2018  •  Informes  •  1.624 Palabras (7 Páginas)  •  168 Visitas

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Las exigencias del modelo capitalista frente a las necesidades educativas de la sociedad

Sergio Jáuregui M.

Frente al mundo occidental y su flagrante imposición de normas y reglas, concebimos un modelo educacional ajustado y refractado frente a las necesidades de este mismo, este que fue creado desde una élite político-económica europea y reforzado por la propia aristocracia criolla de Latinoamérica desde hace siglos.

El educador es un artista: el dibuja el mundo, rehace el mundo, recrea el mundo, repinta el mundo, recanta el mundo, redanza el mundo”. En palabras de Paulo Freire, los educadores somos aquellos entes que inspiramos y movemos a esta sociedad, la transformamos y (siendo capaces,) podemos guiarla a un mejor rumbo. Son estos profesores los capaces de cambiar las nuevas generaciones y gestar un movimiento, una transformación social. ¿Hasta qué punto la educación está libre de la corrupción social motivada por intereses económicos de las pequeñas élites?

Comenzando, es imperativo afirmar que no son todos los docentes los que pierden su sueño de un cambio social. Muchos sacrifican su sueño nocturno por lograr su sueño ideal. ¿Qué ocurre con este sistema que intenta transformar el ideal docente? La transformación social se aleja muchas veces de los establecimientos por razones que, muchas veces de manera metaignorante de sus protagonistas, están en la piel y carne de nuestros establecimientos educacionales.

  1. La visión instrumentalista de la educación, dentro y fuera de la educación

Es normal ver después de las seis de la tarde hasta alrededor de las once de la noche publicidad dirigida a los estudiantes y/o a sus padres. Preuniversitarios, centros de formación técnica, institutos profesionales y universidades que llenan la parrilla publicitaria con anuncios sobre lo bueno que es la vida y lo importante que es obtener un buen puntaje en la Prueba de Selección Universitaria. De la mano, tenemos otro set de publicidad, ahora directamente sobre consumo de productos y servicios no relacionados directamente con el sistema educacional, pero si con el “grado educacional” alcanzado por sus protagonistas, que muestra como son felices aquellos que: consumen ciertos alimentos, usan cierta ropa, utilizan ciertos aparatos electrónicos, asisten a ciertos espectáculos, etc. De la mano también tenemos publicidad con el mismo fin, pero dirigida a aquellos que no tuvieron la misma suerte con su vida y demuestran un “grado educacional” inferior, pero suavizando la condición de pobreza con un lado cómico, que de igual manera atrae a la población a la versión alternativa del producto que tanta felicidad le entrega al primer grupo.

        Una suerte de colaboración inconsciente/consciente existe entre la publicidad para segregar socialmente a la población, y la mantención de un status quo que, a lo largo del tiempo, colabora solo en las diferencias y no en las necesidades sociales. “Aquel que ocupa un notebook con procesador de última generación es quien tiene el mejor desempeño”, “Compra el último Iphone/Samsung (los cuales se renuevan cada año), con mejor cámara, pantalla y estatus social”. ¿Cómo afecta en la educación esta problemática? Simple. Como ya se mencionó, los protagonistas de las publicidades son evidentemente personas con rasgos físicos, un aire, de clase alta, con buena educación.

        Definamos que la buena educación para este caso se considerará esta que, definida por instituciones nacionales e internacionales, responde a estándares de exigencia, un currículum instrumental y todas aquellas inexistencias de medios para lograr una transformación en la sociedad. Es decir, un currículum perfecto para la preservación del estatus quo social, cultural y económico.

        Lamentablemente aquellos que acceden a los productos ven mermada su entrada de ingresos a través de créditos de consumo como también por endeudamiento, pero ascienden socialmente al poseerlo. Un sentimiento vacío de magnanimidad frente a los pares, y, en el caso de no poseerlo, un aislamiento del grupo que si lo posee. Se mira como anormal al que no responde a las normas sociales de “querer ser más frente a los demás”.

        Y, aún sin resolver, ¿cómo afecta esto a la educación finalmente? Profesores comprometidos con un sistema social, voluntario u obligado a ser parte, donde, al igual que los jóvenes a quienes educan, no quieren ser aislados por no corresponder con su medio social, buscan alcanzar los estándares y recibir la mayor cantidad de ingresos posibles para responder al estilo de vida complejo y consumista occidental, de igual manera transmitiendo esto a sus educandos, transformándolo en un círculo vicioso donde muchas veces se escucha la frase “Profesor, ¿y qué celular tiene usted?

        El educador obligado y sometido al sistema debe responder finalmente tanto a este como a sus estudiantes que buscan ese estilo de vida. Transmisión por parte de sus pares, de sus familias y de su establecimiento educacional. Transmisión que no termina ahí, sino que se profundiza en la universidad, publicitada muchas veces y escuchada por ellos durante su enseñanza media, ofreciendo como servicios quien diría vendiendo un producto: “profesionales de calidad, acreditada, oportunidades laborales, rompiendo el círculo de la pobreza”.

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