Las relaciones entre la economía y la política dentro de la teoría marxista
Gary HidalgoEnsayo20 de Noviembre de 2018
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Nombre: Paúl Troncozo Fecha: 18/04/18
Las relaciones entre la economía y la política dentro de la teoría marxista
¿Es obligatoria la relación entre economía y política? A pesar de que varias escuelas de pensamiento clásicas y contemporáneas respondan de manera negativa a esta pregunta, existe un enfoque que la afirma y sustenta con rotundidad: el marxismo. El presente resumen crítico tiene como objetivos: presentar de manera sucinta los tres modos de concebir a la economía política que Caporaso y Levine (2009) explican en la segunda parte del capítulo III, puntualizar las diferencias de dichos modos, enlazar cada modo con conceptos clave de la teoría marxista y exponer una postura personal respecto a las concepciones marxistas de la economía política.
En primer lugar, se analizará la idea de la política revolucionaria. Este enfoque plantea la escatología del sistema capitalista por medio de una distopía. Marx, sostiene que las condiciones inmanentes del capitalismo lo harán desembocar en un levantamiento proletario y en la destrucción del poder estatal; Marx explica aquello por medio de la existencia de una ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, que obliga a los capitalistas a aumentar la precariedad y la explotación sobre los obreros para intentar palear esta disminución, no obstante, esta mitigación acentúa los antagonismos, por lo que llegará un momento de abuso en el que la insurgencia sea la única salida de la clase obrera. Este enfoque se caracteriza por la fragua endógena de la revolución producto de la creación de una “armada de reserva”, que se crea a partir de la sustitución de los trabajadores por la creciente maquinaria, y la consecuente distorsión de los salarios reales del mercado laboral, producto de aquel desempleo masivo.
En segundo lugar, se explicará la idea de compromiso de clase. Este enfoque, también conocido como social democracia, no considera a la revolución como la única subsanación de la opresión capitalista, por el contrario, sugiere que la resolución del conflicto de clases puede darse por medio del acceso al poder de la clase obrera dentro del mismo sistema. En el contexto de la política socialdemócrata, el objetivo máximo es plasmar la mayoría nominal de los obreros mediante el sufragio universal. Este planteamiento se caracteriza por la matización de la propuesta y la permisión del uso de instituciones burguesas para la socialización de la propiedad privada. La propuesta del compromiso de clase abre la brecha a la negociación y la mesura, pudiendo realizarse un cambio gradual fuera del extremismo o radicalismo revolucionario.
En tercer lugar, se expondrá la teoría estatal marxista. Este enfoque cataloga al estado como un órgano de opresión, coerción y coacción; que obedece únicamente a los intereses de una clase. No obstante, este enfoque no es teleológico, sino utilitario, por la necesidad de preservación; en otras palabras, el estado no actúa como instrumento de una determinada clase, sino como una institución que preserva el orden que favorece a dicha clase. Al ser los intereses de los capitalistas difusos y al reconocer el estado una latencia de cohesión, las decisiones que este adopta van por encima la estructura o la función, persiguen fines diacrónicos y mutables que en ocasiones se ven confrontados con los intereses de corto plazo de la clase opresora.
Tras haber recorrido los puntos más álgidos de la segunda parte del tercer capítulo, se concluye que las teorías marxistas, en cualquiera de sus vertientes, encuentran un fuerte vínculo entre la economía y la política, basadas en relaciones materiales entre dos clases sociales antagónicas. De la misma manera, se concluye que el marxismo es muy plural y que hay tanto enfoques radicales, el primero, como enfoques pacíficos, el segundo, o eclécticos, el tercero. A consideración personal, una de las aproximaciones de la economía política más englobantes es la marxista, y sus postulados son sumamente relevantes para el entendimiento de las relaciones sociales y estatales hasta la actualidad; sin embargo, me parece que la aplicación de sus corrientes más radicales, como la revolucionaria, es anacrónica, debido a mi profunda creencia en la posibilidad pacífica de redistribución de recursos y mejoramiento de las condiciones de vida de las clases más relegadas en un marco humanista. Aunque por cuestiones de extensión se prefirió no emplear algunas categorías pertenecientes al método histórico comprensivo marxista que estaban sumamente relacionadas al tema como lo son: alienación, enajenación, extracción de excedentes, dialéctica materialista, fetiche mercantil, valor de uso y valor de cambio, estructura y superestructura capitalista, entre otras; esta síntesis me permitió vislumbrar que varios de los elementos teóricos de la propuesta marxista, lejos de caducos, siguen vigentes.
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