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Lengua y Comunicación Universitaria Tema: Autorreflexión sobre la juventud


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2016  •  Ensayos  •  1.776 Palabras (8 Páginas)  •  203 Visitas

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Universidad Central del Ecuador


Curso de Nivelación General


Lengua y Comunicación Universitaria

Tema: Autorreflexión sobre la juventud


Nombre: Dora Gaibor


Curso: M04


Master: Jenny Zapata

Agosto 29, de 2016

¿Qué harías de manera diferente si supieras que nadie te juzgaría?

Pensamos, actuamos, opinamos, nos oponemos, defendemos nuestros ideales no obstante pocas de nuestras acciones son tomadas en cuenta como serias. Nuestra voz es minimizada, nuestra expresividad es tachada de rebeldía, nuestros gustos son considerados extraños, nuestras aficiones parecen no tener sentido y luego la sociedad cuestiona la capacidad de los jóvenes para tener responsabilidades y guiarse por sí mismos, piensan que no somos adultos y sin embrago están conscientes de que no somos niños, sin notar que de eso  se trata ser joven.

¿Por qué somos incomprendidos en nuestros fracasos? ¿Es que los adultos no se dan cuenta de que a partir de los errores vamos aprendiendo? ¿Cómo aprendieron ellos entonces? Es que ellos nunca aprendieron siempre supieron todo y por eso los adultos no se equivocan. Por ese motivo aunque argumentamos nuestras ideas, siguen sin tener sentido para muchos adultos, aunque unos pocos nos escuchan y nos prestan atención, siendo una mínima cantidad la que nos apoya seguir el camino hacia nuestros ideales. Muchos de nosotros desarrollamos miedo o desinterés a expresarnos, sentimos rabia, vergüenza, soledad ante una sociedad indolente ante nuestros puntos de vista, no por cobardes, sino más bien por resignación, después de habernos expresado y no poder llegar a comprenderse nuestro mensaje. Se dice que la juventud es el futuro de la patria, sin embargo en el camino hacia nuestros sueños, muchas oportunidades son cerradas por ser jóvenes, por no saber lo que queremos entonces porque asumen nuestro fracaso sin dejar que nosotros demostremos nuestras capacidades para desarrollarnos en el mundo que compartimos en general. Y es que nosotros como jóvenes muchas veces cometemos errores, buscando nuestra identidad, o por el hecho de no estar seguros de ella, en consecuencia no recibimos ayuda, por el contrario generalmente somos juzgados.

En la mayoría de los casos, los errores de los jóvenes son juzgados a simple vista sin saber el motivo del por qué fracasamos, vivimos en un mundo que no es equitativo, y aun así todos los jóvenes somos generalizados. Es que los jóvenes son así… los jóvenes se comportan de tal forma… los jóvenes tienen cartones en la cabeza. Hacemos referencia a fracasos, pero ¿qué es considerado fracaso? La sociedad ecuatoriana considera como fracaso, el no llegar a culminar los estudios, llegar a ser padres a temprana edad, beber frecuentemente, el haber consumido droga alguna vez, o el hecho de demostrar nuestra sexualidad de formas diferentes; ser gay o lesbiana, pertenecer al grupo LGBT. Sin antes haber analizado el contexto de cada joven. En muchos de los casos la Juventud ecuatoriana no llega a culminar una carrera de tercer nivel por las condiciones, no todos tienen las mismas oportunidades debido a que algunos de ellos son disfuncionales, y con disfuncionalidad hacemos referencia a: a la explicación de la palabra disfuncional nos dice que la familia ‘no funciona’, es decir, no cumple las labores que le atribuye la sociedad, pero esto no es tan litera (Mejía, 2012).

¿Existe la juventud o es algo tan relativo como el tiempo? Con frecuencia nos enfrentamos a esta pregunta y el sólo hecho de su planteamiento debe motivarnos a la reflexión. ¿Dónde se originó está interrogante o acaso tiene sentido poner en duda la existencia de la juventud? ¿Acaso no son reales los jóvenes que nosotros conocemos y que vemos en cada esquina? O, quizá, se refiera al hecho de que es tan relativa que no podemos ubicarla con precisión, ya que todos somos muy jóvenes para algunas cosas y al mismo tiempo demasiado viejos para otras (Márques, 2012).

En lo cotidiano existen los jóvenes. Los vemos en las calles, en las escuelas, por todos lados siempre tratando de expresarse y nosotros sin prestar la mayor atención por lo que no es analizado desde el plano de las ciencias sociales y más específicamente en el de una sociología de la juventud, ya que este término es una construcción teórica que conceptualiza adecuadamente a esta condición. Un objeto teórico, construido desde la misma ciencia social, denominado juventud (Lemus, 1998).

Una vez especificado el concepto de juventud, podemos analizar ciertas características que poseemos como jóvenes:

  • Entusiasmo: en diversas ocasiones estamos dispuestos a brindar nuestra proactividad, ya que poseemos un desfogue de energía, debido a nuestra edad.
  • Espontaneidad: actuamos de esa manera ya que, nos sentimos libres y algunos casos creemos que el mundo es nuestro.
  • Alegría: a pesar de los momentos malos, siempre nos destacamos un lado alegre que nos impulsa a seguir adelante y pensar que todo pasará.
  • Empeño: destacamos en todos los aspectos que son de nuestro agrado, ya que realizamos actividades libremente.
  • Solidaridad: la mayoría de nosotros, somos solidarios y hasta cierto punto cómplices con nosotros mismos o con lo que nos sentimos identificados.

Como, no todo en la vida es color de rosa, nosotros como jóvenes poseemos características que pueden ser consideradas negativas:

  • Inestabilidad: es un denominador común entre los jóvenes, ser indecisos ya que siempre deseamos tomar buenas decisiones, pero muchas veces fallamos en el intento. También esta inestabilidad se ve reflejada en nuestros estados de ánimo.
  • Impulsividad: debido a que muchas solo miramos el objetivo al cual queremos llegar y no nos detenemos a analizar las acciones que debemos tomar y futuras consecuencias.
  • Excitabilidad: debido a nuestras condiciones físicas, nos sentimos listos para realizar cualquier acción, con solo recibir un estímulo.

Ya que hemos especificado, un concepto de juventud, y sus cualidades, será más fácil entender las situaciones en las cuales nos vemos inmersos, y las actitudes que desarrollamos hacia ellas.

En diversas ocasiones, nos ponemos a pensar en el futuro. ¿Qué es lo queremos para nosotros en el ámbito profesional, familiar, social? ¿Qué es lo que nos hará felices por el resto de nuestra vida? En conjunto estas dos interrogantes nos llevan a soñar, y al soñar relacionamos la idea de ser felices en el ámbito laboral. Al meditar sobre el tema, relacionamos nuestros gustos con la posibilidad de podernos sustentar en un futuro a partir de ellos, todo va muy bien, nos armamos un cuento en el cual nos vemos como profesionales comprometidos, demostrando nuestra satisfacción con lo que hacemos, hasta que alguien viene y nos baja de esa nube, nos muestra el lado realista de la situación, sea esta buena o mala. La cuestión es que muchas veces las cosas que pensamos ideales para nosotros no siempre tienen la aceptación de nuestros padres, siendo ellos quienes nos guían, se sienten preocupados, piensan que vamos a desperdiciar nuestra juventud, sus recursos, y las oportunidades por algo que no tiene futuro.  Como consecuencia, muy pocos de nosotros logramos llegar a elegir una profesión que nos haga felices y vaya acorde al sentido realista de nuestros padres. Para la mayoría que no lo logramos, surgen situaciones que hacen variar nuestro comportamiento. Al estar obligados a seguir una profesión que no es de nuestro agrado, nos sentimos mal, eliminando todas nuestras cualidades positivas, y mostrando siempre indecisión, e inconformidad. Esto provoca que todo lo que realicemos, nos salga mal pues no estamos a gusto, y al ver los resultados, nos sentimos mal, creyendo que somos inútiles, y que no servimos para nada, por el hecho de no lograr el objetivo impuesto.

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