Logica

LITERARIA

Revista de Literatura y Tendencia Tecnológica

CREDITOS

DIRECTOR:

        Quintanilla López,  Pablo M.

CORRECTOR DE ESTILO:

Cabrera Moreno, Víctor

JEFE DE ARCHIVO:

        Soplín Macedo, Anita Janet

DISEÑADOR:

        Castañeda Gutierrez; Rossel

COLABORADORES:

        Morote Silva, Francisco

        Chacón Mejía, Johan

INDICE

1. Editorial
2. Cuento

1. De celular a corazón
2. El cuento más largo jamás escrito
3. El ritual

1. Ensayo

1. Every Huirt: Alams atormentadas y el efecto que estas producen
2. Sobre amores perros: la “Resurrección” del Chivo

1. Poesía

1. Poema I
2. Poema II
3. Poema III
4. Poema IV

1. Amenidades

1. Ilustraciones

EDITORIAL

'teraria, revista de literatura y tendencia tecnológica es una publicación que pretende rastrear nuevas voces en la creación literaria cuyo principal interés sea las nuevas tecnologías. Deseamos servir de eco para una temática que en el momento se impone amo eje de reflexión en diversos autores. Es por ello que los cuentos y los poemasaquí publicados comparten un mismo interés, un mismo afán de problematización, demás de los textos de creación también aportamos artículos que consideramos de interés general, tanto de música como de cine, ya que percibimos en estas manifestaciones artísticas un vínculo estrecho con las preocupaciones de orden estético y cultural que caracterizan a los autores que ahora servimos como caja de resonancia. Finalmente incluimos ilustraciones que a través de lo visual aportan su respectiva particular en torno al asunto que ha suscitado el nacimiento de esta revista. Esperamos que su lectura sea gozosa. Gracias.

DE CELULAR A CORAZÓN

Pablo M. Quintana López

8:00 a.m.  De un día cualquiera, en una ciudad bastante común.

Estoy a miles de kilómetros de tu lado. Te extraño demasiado y no soporto este lugar. M e duelen las manos de haber firmado tantos libros. Me extrañas? Estoy irritable, después tendremos que ir al hotel de mil estrellas al que me han confinado. No soporto todo este mundo sin espíritu. Me entiendes verdad?

Tranquilo, dentro de dos días estaremos juntos nuevamente. Paciencia, si? Atiende tus libros que aquí el mundo sigue caminando sin ti.

Como siempre, mi ego no me permite preguntarte cómo estás. Solo deseaba saber que estabas a mi lado. Que sepas que te amo. Que la distancia no deja de lastimarme el lado izquierdo del alma, sabes que es el lado del corazón. No he podido pensar en otra cosa que no sea poder volver a verte y dormir junto a ti. Te amo.

12:00 m. La misma ciudad.

Debes de estar ocupada. Solo deseaba estar al tanto de cómo estabas. Están
organizando una recepción. Sabes como me aburren todos esos eventos. Me han empezado a sudar un poco las manos y tengo un poco de fiebre. Creo que es mejor suspender el resto de presentaciones. Voy a preguntar si es posible eso. Deséame suerte ... Mejor aún éxitos. En el mejor de los casos te sorprendo en la mañana con las rosas rojas que tanto te gustan. Bueno, ya no sería una sorpresa©. Qué dices?

Vamos, no seas exagerado. Tú y yo sabemos que estas bien. Las rosas las puedes traer cuando regreses dentro de dos días. Te amo.

No deseo estar tanto tiempo lejos. Me haces demasiada falta. No lo puedes imaginar. Te lo estoy pidiendo, por favor. Déjame ir a casa, estar a tu lado, disfrutar de nuestras sábanas y del aire puro que tanto bien me hace; no me obligues a estar rodeado de toda esta gente que no me entiende en lo más mínimo. De cada uno de estos objetos que no tienen historias que contar. Espero tu respuesta. Me siento como un colegial pidiendo permiso para irse de parranda. Me ayudaría mucho tu respuesta.

7:00 p.m. No se puede decir que sea la misma ciudad porque de noche todos los
elementos que conforman este mundo cambian.

Te he llamado y no contestas. Aunque no me guste iré a la recepción. Espero estés bien y recuerda que te amo. Dale un beso de buenas noches a Ricardito. Supongo que me quedaré todo lo que mi cansado cuerpo de literato poco bohemio lo soporte.

Ahora sí puedo contestar el celular, espero tu llamada en cualquier momento. Te beso con los labios del viento. Tienes mi alma y mi corazón, no lo olvides.

8:00 p.m.

9:00 p.m.

10:00 p.m.

Aló! Sí, aún no termina. Me imagino lo cansada que debes de estar. No deseo
quedarme. Bueno. Hasta mañana. Descansa. Te am ...

-Con quién hablabas- una voz-o

-Con mi esposa.

-¿Tu esposa? .. ¿La amas?- La misma voz con aire divertido.

- Hace cinco minutos la amaba con (fa" mayúscula.

-Entonces ahora puedes amarme a ... - La voz es interrumpida por un beso-o

EL CUENTO MÁS LARGO JAMÁS ESCRITO (1)

Pablo M. Quintana López

Aunque no pudiese creerlo estaba ahí, el cuento más largo que alguien jamás haya escrito estaba ahí, en sus manos. No era una novela y mucho menos podía ser un ensayo. Todas esas suposiciones absurdas empezaban a golpearle la cabeza con fuerza de moribundo que no se quiere ir. Ser un editor en pleno siglo 24 no era cosa para reírse, los libros que habían que leer y después catalogar como basura era absurdamente alarmante, el tiempo cada vez más escaso y la motivación se parecía al cuerpo de su mujer antes de la renovación celular, simplemente conocido y sin sorpresas. Exhalo un largo suspiro, más suspiro que largo por cuestiones de tiempo, y empujó la puerta de su hogar relativamente grande. Al escuchar la puerta cerrarse herméticamente como otras tantas veces, tuvo que desprenderse casi aliviado- de aquellos cuatro discos compactos que esperaban en sus manos a un mejor destino que su mesa de entrada. Cuatro discos llenos. La ecuación que empezaba a dibujarse en su cabeza era completamente absurda, sería más fácil contarle los pelos a un gato, claro ... si es que los gatos no se hubiesen extinguido hace siglo y medio.

Desde ayer evitaba la mesa de la entrada, daba una especie de rodeo ridículo por entre  la cocina y la sala, con tal de evitarse la molestia de programar mentalmente un asible horario para la lectura de aquel monstruo. Su desgano no era por el número de palabras que podría reunir aquel pequeño gigante de forma aplanada y dividido en cuatro, lo que realmente le disgustaba era tener que invertir tiempo en su lectura. Estaba casi seguro de malgastar aquel valioso y hermoso tiempo en algo que - estaba seguro- no podría valer la pena. No obstante era un trabajo, a sus 250 años no podía a se el lujo de ignorar las peticiones de su jefe, menos aún en su posición actual, había recientemente ascendido hubiera ascendido, sido como escoger el nudo que se prefería para la ejecución. Por un momento una sonrisa asomó a sus labios, una esperanza creció rápidamente en su mente, mejor dicho estalló. Recordó el libro de papel que había a adquirido en su última visita al mercado de contrabando para intelectuales, al cual había asistido hace un mes. Y para colmo de bendiciones era un libro de Historia. Historia de algunos inventos del siglo XXI". El título lo decía todo, al verlo sobre una  mesa poco iluminada y sin más respeto que una triste franela vieja, descansaba aquella maravilla con hojas; con hojas, era increíble que pudiese tener un ejemplar como ése.  Recordó que a la edad de 137 años, fue testigo de la prohibición del uso de papeles para cualquier actividad, si bien es cierto que algunos periódicos y pasquines seguían vendiéndose por un afán o gusto por lo tradicional, aquella gente con gustos clásicos fue obligada a desprenderse de todo aquello; el mismo año se había prohibido la tenencia de vida vegetal de cualquier tipo, ésta sería restringida a entidades con fines científicos o de conservación y proliferación. Al final, solo en algunos lugares de los tres continentes lograron aquel milagro. En un segundo,  un rayo de frustración logró eclipsar todos aquellos momentos históricos si significativos. Recordó la mañana del último mes de diciembre, cuando en el mismo mercado negro para intelectuales, un desconocido le arrebató la ilusión de cultivar una rosa, aquella mítica planta que era tan reverenciada en la sociedad antigua por las parejas. La enigmática combinación entre belleza y hostilidad que reunía aquel cuerpo verde y solitario. Cerró fuertemente los puños tres veces, con paso determinado fue hacia el baño, buscó los calmantes y de golpe ingirió cuatro pastillas violáceas. Mientras esperaba que la droga actúe sobre sus miedos y rencores, volvió a dirigir sus pasos hacia el libro guardado en su habitación, saboreó el recuerdo y siguió enumerando sus características arcaicas que tanto bien le hacían. Aún conservaba numeración romana. Inclusive la palabra romana era ya un término obsoleto. Volvió a suspirar largamente, esta vez más suspiro que largamente. Se sentó en su pasillo, extrajo una pequeña y fina leontina de un bolsillo ya bastante gastado, observó con mirada paternal que el tiempo otra vez se le estaba escapando irremediablemente. Buscó su ordenador portátil y tanteo en la casi oscuridad del pasillo de la entrada los discos hace mucho tiempo, demasiado, dejados uno sobre otro.

...