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Los 7 Saberes Necesarios Para La Educación Futura


Enviado por   •  17 de Mayo de 2014  •  1.864 Palabras (8 Páginas)  •  156 Visitas

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LOS SIETE SABERES FUNDAMENTALES DE LA EDUCACIÓN DEL FUTURO DE EDGARD MORIN

El presente trabajo procura no sólo reflexionar sobre la noción de política educacional sino conocer aquellos puntos de vista esenciales para la educación del futuro. La educación del futuro debe considerar saberes que son normalmente ignorados en la educación actual. En este libro se expone las razones por las que la educación puede ayudar a construir un mañana viable. Hace un llamado a la humanidad, especialmente a los maestros, a luchar contra siete cegueras fuertemente adaptadas en el conocimiento y la cultura que impiden advertir la luz. Expone y explica estos siete saberes a manera de concepciones, lógicas de pensamiento que podrán romper con la idea de conocimiento que ha predominado en la sociedad actual. Siete actitudes ante el conocimiento y consideraciones sobre lo que éste es.

En este contexto podemos afirmar que el autor sostiene que lo primero que debe hacerse para que la patria ya sea de todos, es no caer en las cegueras del mismo conocimiento. El error y la ilusión, sería subestimar el problema del error; puesto que, educar, aprender a investigar creyendo que el error no existe, no es más que el máximo error de la humanidad. Pero también debemos estar conscientes que el mayor problema es subestimar la ilusión, por todo esto el estudio de las características cerebrales, mentales y culturales del ser humano, de sus procesos y modalidades, de las disposiciones tanto psíquicas como culturales, es fundamental en toda sociedad para no ahogarnos en errores e ilusiones.

Asimismo, el saber pertinente no es un saber fraccionado, es necesario desarrollar la aptitud natural de la inteligencia humana para ubicar todas sus informaciones en un contexto donde se evidencie lo indivisible; es decir, debemos educar contextualizando el conocimiento, las informaciones, elementos aislados; el conocimiento abstracto es impropio para nuestro tiempo, lo global no es más que suma de partes, hay un todo en el que las partes están interrelacionadas; lo complejo significa lo que están juntos unos elementos con otros para que haya unión entre la unidad y la multiplicidad.

El ignorar la verdad de que las partes se encuentran en un todo y que en él interactúan, el analizar un problema sin la presencia del contexto, lo global, lo multidimensional y lo complejo llevan al fracaso al tratar de resolver un problema particular.

La condición humana debería ser objeto esencial de cualquier educación y cuando reflexionamos sobre la condición humana, notamos que el ser humano es una realidad compleja, el hombre es a un mismo tiempo un ser físico, biológico, psíquico, cultural, social, histórico; pero, equivalente a una unidad, en la actualidad el modo de educar torna casi inviable que cada persona se haga consciente de su identidad.

A otro aspecto que el autor le presta atención se refiere a la comprensión de la identidad terrena humana y compleja y en su análisis afirma; la complejidad humana no se comprendería separada de estos elementos que la constituyen, todo desarrollo verdaderamente humano significa desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y del sentido de pertenencia con la especie humana. En estas circunstancias debe enseñarse la historia planetaria como también la realidad planetaria, el problema al plantearse la realidad planetaria; el planeta, ese mundo en el que vivimos y que ahora vemos como nuevo objeto de estudio, no parece un sistema global, pues se presenta como un violento movimiento, de ahí que este mundo necesita un ideología mundial, no abstracta sino consciente de la unidad y diversidad de la humana condición; un pensamiento alimentado de las culturas y los sinsabores del mundo contemporáneo.

La incertidumbre, el esperar lo inesperado, en una lección que debimos aprender y enseñar. En el siglo XX se descubrió la pérdida de futuro, una conquista de la inteligencia sería deshacerse de la ilusión de predecir el destino humano. Hablar de la educación que se debe impartir en el futuro, es un tema bastante complejo ya que se trata de considerar e incluir en la misma, factores que no han sido tomados en cuenta. Hoy en día los adelantos tecnológicos tales como la Internet, las redes de comunicación, la telefonía celular y las telecomunicaciones en general nos mantienen unidos a través de una red de comunicación expandida por todo el mundo, que sin embrago deja por un lado las verdaderas necesidades de la sociedad: una educación que brinde las herramientas para enfrentar las adversidades del presente y futuro.

Si queremos que la tierra pueda satisfacer las necesidades de los seres humanos que la habitan, entonces la sociedad humana debe transformarse. En esta evolución hacia los cambios fundamentales de nuestros estilos de vida y nuestros comportamientos, la educación en su sentido más amplio desempeña un papel predominante. La educación es la fuerza del futuro, pues constituye uno de los instrumentos más poderosos para realizar el cambio. Uno de los desafíos más difíciles será el de modificar nuestro pensamiento de manera que haga frente a la creciente complejidad, la rapidez de los cambios y la imprevisibilidad que caracterizan nuestro mundo.

La educación actual tiene muchos obstáculos para avanzar. Por ende nuestros esfuerzos por mejorar la educación deben ser mayores. Debemos reconsiderar la organización del conocimiento, y para ello debemos derribar las barreras tradicionales entre las disciplinas y concebir una manera de reunir lo que hasta ahora ha estado separado. Debemos reformular nuestras políticas y programas educativos. Y al realizar estas reformas es necesario mantener la mirada fija a largo plazo, hacia el mundo de las generaciones futuras, pues tenemos una enorme responsabilidad en relación a ellas.

El porvenir queda abierto e impredecible. La analogía nos invita a reflexionar sobre nuestras incertidumbres; sin embargo, no podemos apostar al

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