ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Magna Moralia


Enviado por   •  20 de Marzo de 2013  •  2.305 Palabras (10 Páginas)  •  418 Visitas

Página 1 de 10

Introducción

En estas páginas pretendo dar mi punto de vista y entendimiento sobre lo que Aristóteles plantea sobre la virtud, el alma y la felicidad en La Gran Moral, la manera en que una tiene que ver con las otras y así. Pero para entender la relación entre estos tres puntos primero he de entenderlos uno por uno desde un punto de vista aristotélico.

Platón y Aristóteles usaron con más frecuencia el vocablo "psyché" (de donde vienen "psicología" y "psíquico") para referirse al alma. En el mundo griego encontramos dos formas de entender la noción de ésta:

• Alma como lo que nos permite alcanzar el conocimiento y la ciencia, nos acerca a los dioses y nos diferencia del resto de seres (incluidos animales): alma como principio de racionalidad.

• Alma como aquello que se encuentra en los seres vivos gracias a lo cual dichos seres son capaces de realizar actividades vitales y se diferencian de los seres puramente inertes: alma como principio de vida.

Pero Aristóteles apoya más la segunda dimensión y propone las siguientes definiciones del alma:

• como principio de vida;

• como la forma de los cuerpos organizados;

• como el acto de aquellos seres que tienen vida en potencia.

Junto con esto, reconoce que existe alma en las plantas y animales, y no sólo en los hombres. Puesto que el alma es principio de vida y existen distintos niveles de vitalidad, a como yo lo entiendo, habrá también distintas almas o partes del alma o funciones del alma. Por ello, Aristóteles distingue la vegetativa, la sensitiva y la intelectiva. En los animales encontramos el alma vegetativa y el alma sensitiva y en los hombres el alma vegetativa, la sensitiva y la intelectiva, pero no se trata de que en los animales haya dos almas y en los hombres tres, sino más bien de un alma con dos funciones (la vegetativa y la sensitiva) en el caso de los animales y con tres funciones en el caso de los hombres (la vegetativa, la sensitiva y la intelectiva). De este modo se puede salvar la conciencia de la identidad y unidad que encontramos en nuestra vida psíquica, pues no creo que sea un sujeto el que desea comer y otro el que piensa el modo de realizar ese deseo sino que se trata del mismo sujeto que vive distintas actividades.

Pasemos ahora con la felicidad que para nuestro filósofo anfitrión no es otra cosa que el vivir y obrar bien practicando la virtud pero entraremos de lleno a esta relación virtud-felicidad más adelante.

Aristóteles en su Ética a Nicómaco indica, por ejemplo, que la felicidad ha de consistir en algún tipo de actividad, razón por la cual nuestro autor excluye la identificación de la felicidad con el placer, pues el placer no es una actividad sino una sensación o estado que acompaña a ciertas actividades consideradas como placenteras. Si mi comprensión de lectura no me falla, la felicidad es para algunos una de las cosas tangibles y manifiestas como el placer, o la riqueza, o los honores; para unos es una cosa, para otros otra; muchas veces, incluso, una misma persona cambia de opinión: si está enferma, piensa que consiste en la salud; si es pobre, en la riqueza; en otros momentos, al tener conciencia de su ignorancia admiran a los que dicen algo grande y que está por encima de ellos. Pero algunos creen que, aparte de toda esta multitud de bienes, existe otro bien en sí y que es la causa de que todos aquéllos sean bienes. Aristóteles hace consistir la felicidad en la adquisición de la excelencia (virtud) del carácter y de las facultades intelectivas.

Por tanto, la felicidad que le corresponde al hombre es la que le ocurre cuando realiza la actividad que le es más propia y cuando la realiza de un modo perfecto; es más propio del hombre el alma que el cuerpo por lo que la felicidad humana tendrá que ver más con la actividad del alma que con la del cuerpo; y de las actividades del alma con aquella que corresponde a la parte más típicamente humana, el alma intelectiva o racional. Como en el alma intelectiva encontramos el entendimiento o intelecto y la voluntad, y llamamos virtud a la perfección de una disposición natural, la felicidad más humana es la que corresponde a la vida teorética o de conocimiento (por ello el hombre más feliz es el filósofo, y lo es cuando su razón se dirige al conocimiento de la realidad más perfecta, Dios), y a la vida virtuosa. Finalmente, y desde un punto de vista más realista, Aristóteles también acepta que para ser feliz es necesaria una cantidad moderada de bienes exteriores y afectos humanos.

Y ya nos queda únicamente la virtud, la cual ha tenido varias teorías, el primero en hablar de ella fue Pitágoras, quien intento plantear erróneamente la virtud con los números, pero la tesis fue rechazada posteriormente por Sócrates, quien intento asociar la virtud con el conocimiento, teoría que también fue anulada por Platón y por Aristóteles más adelante, con la nueva teoría de las virtudes y de la razón, esta teoría plantea que los conocimientos son resultado de la razón, y la razón es la parte inteligente del alma. Platón por otra propone una teoría más acertada (para Aristóteles) y es dividir el alma en dos partes, la parte racional (donde residen: la prudencia, la sagacidad, la sabiduría, la instrucción, la memoria, entre otras), y la irracional (donde radica a lo que llamamos virtudes: la templanza, la justicia, el valor y todas las demás virtudes dignas de estimación y alabanza).

Pero ¿qué más dice Aristóteles respecto a ella? El filósofo muestra en “Ética a Nicómaco”, que la virtud humana no puede ser una facultad ni una pasión sino un hábito. Esto quiere decir que aparece no por naturaleza sino como derivación del aprendizaje, y más exactamente de la práctica o repetición que genera en nosotros una disposición permanente o hábito que nos permite de forma casi natural la realización de una tarea. Los hábitos pueden ser buenos o malos; son hábitos malos aquellos que nos alejan del cumplimiento de nuestra naturaleza y reciben el nombre de vicios, y son hábitos buenos aquellos por los que un sujeto cumple bien su función propia y reciben el nombre de virtudes. En menos palabras la virtud es el natural obrar del hombre en su perfección.

Ya que me quedan claros cada uno de estos puntos he de proceder a hallar su relación.

Desarrollo

En el capítulo quinto de La Gran Moral, Aristóteles redacta que la virtud reside en el alma y siendo más específicos, en la parte irracional de ésta

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (13 Kb)  
Leer 9 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com