Mi Soledad Contra Al Espejo. Ensayo Axolotl

Todos en algún momento de nuestra existencia nos hemos sentido solos en éste mundo, como si estuviéramos en una caja, inmóvil, muertos, pero vivos, es como si nada nos forjara a estar aquí. Sentimos una soledad inmensa, sin embargo pequeña al ojo de cualquiera. Somos seres diminutos en ésta sociedad, cada ser tiene su mundo, cada uno puede buscar su misma felicidad, cada uno es dueño de su vida, aunque forma parte de algo en general, incluso transformarnos y refugiarnos en la insignificante vida de un pequeño animal, como lo hace Julio Cortázar, el autor de esta interesante y reflexiva historia, nos hace ser parte de algo más. La forma de vida de un diminuto animal acuático y terrestre por sobre de una persona, quien será al igual que el señalado anteriormente, donde nos centraremos, sus pensamientos, como rumiaremos, como nos induciremos en su manera de vida para así entender la propia. Algo quizá positivo o tal vez negativo, todo está en la interpretación que nosotros mismos le logremos otorgan a la historia que analizaremos, ya sea por lo que induzcamos o nuestra propia interpretación según nuestra percepción de vida, de sociedad en general.

Axolotl, no es una simple especie de batracios del género amblístoma, es más que eso, más que un simple animal, es un medio por el cual el mismo ser humano puede llegar a representarse, o representar al resto. Una manera de reflexionar diferente, no común. Poder ver más allá de lo que tenemos frente, husmear en nuestros pensamientos más ocultos y así poder, pensar, deliberar, algo sumamente misterioso, inexplicable y a la vez no.

Se muestran dos mundos desiguales, pero en el fondo, son totalmente similares, tarde o temprano un camino te lleva a otro y si no te das cuenta ya no habrá nada que puedas hacer.

Axolotl, es quien nos dará hincapié para seguir esta historia, es quien dará el verdadero sentido a nuestro pensar. Y nuestro protagonista, es quien nos regalará en todo el trayecto de esta peculiar historia, que le demos un sentido, tanto en el mundo fantasioso como en el real. Julio Cortázar, un hombre solitario, pensativo, y reflexivo, el mismísimo maestro de esta escritura, comienza su historia, misteriosa y cautivadora en el acuario del Jardín des Plantes. Pensativo y no muy convencido de la vida que lleva, decide cambiar su rutinaria vida. Algo que realmente cambio su vida, quizá fue el azar de la vida, como muchos pensamos que es el mismo destino quien sella nuestro vivir.

Con cautela y sorpresa se ha encontrado en el acuario a un animal muy inusual, el famoso Axolotl (Y señalo famoso, porque a pesar de que no es conocido, después de leer esto, quizá sea conocido y valorado, en uno que otro caso, dependiendo del grado de entendimiento de cada persona, ya no será el simple Axolotl, sino el famoso y extraño animal que nos hizo realmente analizar) Prosigo, al ver a este pequeño ser, causa algo dentro de nuestro protagonista , más que atracción, es una obsesión por aquel individuo, y creo que tal vez es la razón por la cual , el receptor pueda sentir un poco de agobiamiento al leer la historia , pues el emisor nos regala una descripción muy detallada sobre el animal en cuestión. También cabe señalar que el autor usa un lenguaje complejo y rebuscado, cosa que tal vez podría ser un impedimento para obtener la total atención o comprensión en algunos párrafos del texto.

Más adelante, en la continuación del relato, podemos denotar que nuestro protagonista al sentir un vinculo totalmente especial con nuestro pequeño amigo, ir verlo al acuario ser vuelve una costumbre y luego una enfermiza necesidad. Señala nuevamente y dando por hecho, que ya forma parte de ellos, como uno más muestra descripciones especificas como un axolotl más en el acuario, y en el trayecto de este relato analizaremos a que podría referir aquella afirmación.

Nuestro autor marca y le da mucha importancia a similitudes que podemos encontrar en el animal como tal y nosotros. Señala ‘Es que no nos gusta movernos mucho, y el acuario es tan mezquino; apenas avanzamos un poco y nos damos con la cola o la cabeza de otros de nosotros; surgen dificultades, peleas, fatigas. El tiempo se siente menos si nos estamos quietos’. Ahora bien, ¿Por qué opto a citar este extracto del texto? Si bien habla y describe evidentemente sobre el vivir de los animales en el acuario, en el fondo trata de hacer una comparación con el vivir humano. ¿Cómo? Pues hace leve mirada a la sociedad en si, como esta te puede llegar a limitar o restringir en un espacio tan reducido, privándote de una libertad, no tanto física sino más mental, y así la poca tolerancia e impaciencia con tus pares logra un sentimiento de fatiga o molestia. Otra parte de la historia que al parecer se puede inducir una comparación con los humanos es la siguiente ‘Sus ojos, sobre todo me obsesionaban. Al lado de ellos en los restantes acuarios, diversos peces me mostraban la simple estupidez de sus hermosos ojos semejantes a los nuestros. Los ojos de los Axolotl me decían de la presencia de una vida diferente, de otra manera de pensar’ Creo que aquí el emisor critica a la semejanza de los humanos entre ellos, muchas veces la normalidad o lo común puede notarse aburrida y poco innovadora, y cuando hay algo distinto, que no es igual al resto, que muchas veces podemos catalogar como raro, puede ser bello, que no debemos mirar lo que es igual, sino lo que difiere de la normalidad tradicional ,lo que hay más allá de eso.

Nuestro intrigante autor, indudablemente, en muchas partes del relato nos invita a participar de su crítica y comparación con los seres humanos al axolotl. De igual manera hace una comparación al mencionar ‘‘Los rasgos antropomórficos de un mono revelan, al revés de lo que cree la mayoría, la distancia que va de ellos a nosotros. La absoluta falta de semejanza del axolotl con el ser humano me probó que mi reconocimiento era válido, que no me apoyaba en analogías fáciles. Sólo las manecitas. Pero una lagartija tiene también manos así, y en nada se nos parece. Yo creo que era la cabeza del axolotl, es forma triangular rosada con ojitos de oro... No eran animales’’ Bien, para

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