Michel Foucault

En Michel Foucault encontramos de manera muy clara la concepción de Kant con relación a su publicación En defensa de la Ilustración. Comienza exponiendo que se puede representar el presente como perteneciente a una cierta edad del mundo, para él se puede interrogar al presente para intentar descifrar en él los signos anunciadores de un acontecimiento próximo, coloca el presente como un punto de transición hacia la aurora de un mundo.

La manera en que Kant plantea la Ilustración es totalmente diferente, ni una edad del mundo a la cual se pertenece, ni un acontecimiento cuyos signos se perciben, ni la aurora de un cumplimiento. Kant concibe la ilustración de una manera casi negativa, en el texto de la ilustración, la cuestión concierne a la pura actualidad. No trata de comprender el presente a partir de una totalidad o de un acabamiento futuro. Kan indica que esta salida que caracteriza a la ilustración nos libera del estado de «minoría».

Por otro lado Kant caracteriza esta «salida» de forma ambigua, por un lado es un proceso que se está efectuando y por otro lado es una tarea, una obligación. Kant no arremete contra los que no pueden valerse por sí mismos, sino contra aquellos que no salen de la minoría de edad por comodidad o por cobardía. «Quien no sabe pensar es un fanático, quien no puede pensar es un idiota, quien no quiere pensar es un cobarde». En este sentido para Kant todos tenemos la obligación de encaminarnos lejos de la minoría de edad. Kant establece su propia consigna para la Ilustración: (ten coraje, la audacia de saber).

Llegado a este punto es necesario ver que significa ese cambio, para ello Kant establece dos condiciones esenciales para esa salida de la minoría de edad.

1. Saber que cae bajo la extensión de la obediencia

2. Saber que cae bajo el uso de la razón.

Kant caracteriza el estado de minoría con la expresión: «obedeced, no razonéis», pero el cambio necesario que necesita la humanidad es: «obedeced, y podréis razonar cuanto queráis». Kant establece la distinción entre el uso privado y público de la razón y añade que el uso público de la razón debe ser libre y el uso privado de la razón sumiso. La Ilustración no se queda en un proceso y en una obligación particular de cada individuo, también se establece como un problema político.

Sólo teniendo en cuenta la obra de Kant para describir adecuadamente la ilustración, se tendría una visión reduccionista de todos los cambios políticos, sociales y culturales que se produjeron. Pero aun así existe un vínculo entre el artículo de Kant y las tres críticas, ya que en el momento en el que uno comienza el paso hacia la mayoría de edad y se deja de lado el sometimiento a la autoridad, se necesita la crítica para establecer unos principios y así hacer que el cambio tenga una autonomía garantizada. Por este motivo se pueda decir que la ilustración es la edad de la Crítica.

Por último Foucault señala que este texto se encuentra de cierta forma entre la reflexión crítica y la reflexión de la historia. La novedad del texto de Kant reside en cómo aborda la cuestión del «hoy». Foucault reconoce que este puede ser el punto de partida de lo que puede llamarse« actitud modernista».

Generalmente se habla de la modernidad como de una época, que se sitúa entre la antigüedad y lo posmoderno. Foucault relaciona la modernidad más con una actitud que con una época, entendiendo por

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