Museo Regional de Guadalajara siglo XVIII

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MUSEO REGIONAL DE GUADALAJARA

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Museo Regional de Guadalajara

Museo Regional de Guadalajara siglo XVIII, su construcción inició alrededor de 1742 y concluido 16 años después, y construido en fábrica de piedra. Su uso original fue el de colegio-seminario del Señor San José. Durante la Guerra de Independencia fue cuartel de las tropas insurgentes y cárcel de españoles. En 1863 se ocupó la planta baja con la Biblioteca del Estado y hacia la segunda parte del siglo XIX compartió el inmueble con el Liceo de Varones. Como Museo se inauguró el 10 de noviembre de 1918 por iniciativa de Jorge Encizo e Ixca Farías con el nombre de Museo de Bellas Artes, Etnología e instrucción de Bellas Artes y enseñanza Artística de Guadalajara.

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Asistí el domingo 16 de Octubre al Museo Regional de Guadalajara con el propósito de continuar con mi travesía de museos, tenía la emoción de que este museo me atrapara tanto como el anterior, pero no fue así. No me mal interpreten, fue genial estar ahí, se podía respirar un ambiente de historia pero no llego del todo a mí.

El museo cuenta con 11 salas y un patio y cuenta con 1 guardia por sala, sin embargo, de esas 11 salas, sólo 6 estaban a la vista del público, quizás las otras no tenían nada que exhibir, o no era un buen día para exhibir aquellas salas, no se sabe. No obstante pudimos dar un recorrido por las salas de paleontología, donde me encontré exhibidos los huesos perfectamente acomodados para que nos diéramos cuenta de que se trataba de un gigantesco mamut. Cabe señalar, que este no estaba muy bien protegido, sólo tenía un pequeño letrero de “no tocar”, y parece ser que ese letrero no surtió efecto con una mujer que se encontraba aquel día que parecía muy divertida tocando al mamut, también había restos de animales como lobos, hienas, caballos, tigres dientes de sable, y entre otras figuras de hace años protegidas por una vitrina.

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La iluminación era ligera, y agradable a la vista, bastante útil para cada exhibición que aprovechaba captar la atención de los visitantes.

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Desgraciadamente el tamaño de las salas era estrecho y muy poco espacioso, sentías el miedo de que si no tenías suficiente cuidado, te toparías con una vitrina y la terminarías destruyendo, afortunadamente no fue mi caso, pero realmente en la sala donde se podía ver un busto de Porfirio Días, me hubiera gustado verla de distintos ángulos.

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En aquella sala se podían apreciar antigüedades de la época de la Revolución, pinturas y pensamiento de personajes destacados de aquella época.

También estaba exhibido un retrato de Benito Juárez, aunque siendo sincero, soy más del lado de Porfirio Díaz que a pesar de que cometió una que otra imprudencia en su largo mandato, desde mi punto de vista, ha sido uno de los mejores presidentes que México ha tenido.

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Me gustaría comentar más sobre este museo pero como dije, las exhibiciones eran muy limitadas y ninguna llegó a atrapar mi atención, quizás era el cansancio de caminar bastante aquella tarde pero lo dudo.

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