ORIGENES DE LA FILOSOFÍA COMO PUNTOS DE PARTIDA PARA FILOSOFAR

ORIGENES DE LA FILOSOFÍA COMO PUNTOS DE PARTIDA PARA FILOSOFAR

ORIGEN FILOSOFIA> ACTITUDES QUE LLEVAN A FILOSOFAR> COMUNICACIÓN> ASOMBRO, DUDA, SITUACIÓN LIMITE, TEDIO, OCIO

JASPERS

El comienzo es histórico, el origen, es, en cambio, la fuente del impulso a filosofar. Este origen es múltiple. Del asombro de la pregunta y el conocimiento; de la duda acerca de lo conocido, el examen crítico y la clara certeza; de la conmoción del hombre y de la conciencia de estar perdido.

- Asombro

-Duda

El asombro nos conduce al saber, pero todo saber está lleno de interrogantes que multiplican nuestras inseguridades. Aparece una fuerza distinta y complementaria de la primera: la duda.

Comienzo a desconfiar de lo que me rodea, de los conocimientos que tengo y que me ofrecen, someto a critica a las respuestas dadas, comprobando que muchos conocimientos son provisorios, cambian, se amplían, pierden vigencia. Filosofando me apodero de la duda. La duda metódica es la fuente del examen crítico de todo conocimiento.

Entregado al conocimiento de los objetos del mundo, practicando la duda como vía de certeza, vivo entre y para las cosas, sin pensar en mí, en mis fines. Estoy olvidado de mí y satisfecho de alcanzar semejantes conocimientos.

Actualmente, los problemas son encarados bajo la óptica de conflicto, representan una supuesta pérdida de tiempo, por lo tanto deben ser rápidamente dejados de lado, disueltos o bien resueltos en virtud de fines inmediatos, rara vez son analizados con profundidad. > Queda poco espacio para la duda creativa y disparadora del filosofar. En un mundo donde todas las respuestas están dadas y los problemas pre-resueltos la duda ha perdido su lugar.

Es importante darle un espacio a esta duda creativa, para crecer. La filosofía se ofrece como un conocimiento que va hasta las últimas raíces, que no se conforma con las respuestas, que permanece abierta a la posibilidad de otros interrogantes y de futuras revisiones.

-Situaciones límites

En la vida cotidiana, los seres humanos vivimos en situaciones cambiantes, que podemos dominar y modificar a nuestro antojo. Pero gracias a nuestra condición humana, hay situaciones de esencia permanente, aun cuando se altere su apariencia momentaria. Son fundamentales en nuestra existencia> situaciones límite> situaciones de las que no podemos salir y no podemos alterar. La conciencia de estas situaciones límite son, después del asombro y de la duda, el origen más profundo de la filosofía.

En la vida corriente huimos frecuentemente ante ellas cerrando los ojos y haciendo como si lo existieran. Entonces solo tenemos que enfrentarnos con las situaciones concretas, que manejamos a nuestro gusto y a las que reaccionamos actuando según planes en el mundo, impulsados por nuestros intereses vitales.

En el dolor,  en la impotencia, en la imposibilidad… nos desesperamos. Y una vez que salimos de esos problemas  seguimos viviendo, nos dejamos llevar de nuevo por la vida feliz, olvidándonos de nosotros mismos.

Pero el hombre se vuelve prudente con semejantes experiencias, las amenazas lo empujan a buscar estrategias para sentirse seguro:

Se apodera de la naturaleza para ponerla a su servicio a través de la ciencia y la tecnología. Se congrega en sociedad para poner límites y eliminar la lucha sin fin de todos contra todos, en la ayuda mutua quiere lograr la seguridad. Sin embargo, en plena dominación de la naturaleza subsiste lo incalculable, la amenaza y el fracaso: no hay manera de acabar con el trabajo, la vejez, la enfermedad y la muerte.  

De todas maneras, en contra de esa total desconfianza en el mundo, también está lo digno de fe, lo que despierta confianza, donde todo se apoya: el hogar, la patria, los padres, los amigos. Está el fondo histórico de la tradición en la lengua materna, en la fe, en la obra de los pensadores, poetas y artistas. En todo momento tiene el hombre que descubrir mirándose a si mismo lo que es certeza para él, confianza.

Reaccionamos a las situaciones límite cuando nos damos cuenta realmente de ellas> llegamos a ser nosotros mismos> se produce una transformación de la conciencia de nuestro ser> recordamos que somos frágiles, imperfectos.

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