PITAGORAS SU VIDA Y LA TRANSMIGRACION DE LAS ALMAS

PITAGORAS SU VIDA Y LA TRANSMIGRACIÓN DE LAS ALMAS

En principio Pitágoras nos habla de la transmigración del alma o también llamada Palingenesia en donde consideraba que el cuerpo y el alma estaban unidos como un solo ente y que cuando llegaba la muerte el alma se separaba del cuerpo esta pasaría a deambular por las sombras hasta que esta encontrase un nuevo cuerpo donde pudiera reencarnar y continuar una nueva vida, por otra parte esto significaba que el alma podía incluso reencarnar en cualquier forma de vida, razón por la cual, los seguidores de los postulados de Pitágoras respetaban siempre todo tipo de existencia, pues consideraban que en el interior de cada especie que poblaba la tierra podía estar coexistiendo un alma anteriormente humana, un postulado muy importante del cual generaría un respeto inmenso por la vida; aquí que la santidad predicada por Pitágoras implicaba toda una serie de normas higiénicas basadas en tabúes por ejemplo como la prohibición de consumir animales, este concepto del cual estamos haciendo énfasis estaba asociado con la perfección, con todo lo bueno que pudiera existir en el mundo y con la esencia inicial del ser humano; sin embargo, creían que el cuerpo era el que perturbaba el sentido de la vida del hombre y sus principios existenciales en pocas palabras lo que explicaban era que el cuerpo era todo lo contrario al alma.

De igual manera que nos indica esto y de lo cual debemos tener en consideración es que la coexistencia entre estos dos entes cuerpo y alma era inevitable y necesaria para mantener una lucha constante entre los principios básicos de la vida razón por la cual y donde nace el esfuerzo de los hombres por mantenerlos así siempre unidos.

Es por eso que Pitágoras se presenta con algo inaudito, lo que permanece en el fuera del cuerpo no es un resto miserable, sino lo verdaderamente vivo, la vida que sigue a la presente no es un pálido reflejo, sino la verdadera y más intensa vida; la existencia terrena del hombre es sólo una de sus vidas posibles y una de las más pequeñas, el alma es lo más alto, prisionero en el cuerpo, el alma va tomando los más distintos cuerpos de todas las cosas que hay en el cosmos, la forma más alta y propia del alma parecen haber sido los astros y donde llega la influencia pitagórica hallamos también la doctrina del parentesco del alma con la sustancia de los astros, el alma es eterna por ser semejante a los astros, y tiene en ellos su verdadera morada.

Hoy por hoy esta voluntad unitaria de la doctrina pitagórica queda plasmada en al relación que establecía entre el orden cósmico y el moral, el hombre era también un verdadero microcosmos en el que el alma aparecía como la armonía del cuerpo, en este sentido se podía entender que a medicina tenia la función de restablecer

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