PSICOANÁLISIS DE UN VEJIGANTE

Rafael Tufiño nació en Brooklyn el 30 de octubre de 1922. A los 12 años de edad su madre lo envía a la barbería Payot como aprendiz, en lugar de ese oficio, aprendió ajedrez.

Juan Reinosa, hermano de su padrastro lo lleva al taller de Juan Rosado en Puerta de Tierra, Puerto Rico, llamado el Art Sign Shop. Allí se presenta con un retrato de Josu de Diego que había hecho en un cartón de cigarrillos Chesterfield.

Sánchez Felipe, quien le daba clases a Tufiño, lo incito a comprar unos colores mientras preparaba las telas para el Teatro Matienzo, para que empezara a pintar. Tufiño copio la pintura de una sevillana del periódico El Mundo y se la llevo a Rosado para que le diera una opinión y este le indico que no estaba mal y le dijo: “pero eso no es; vete a pintar por ahí”. Esa opinión lo llevo a mirar la ciudad, el arrabal, la calle y sus gentes como objeto y motivo artístico para su pintura.

En su carrera de pintor utilizo el óleo, peor también la acuarela, medio que uso en la pieza “Desde mi estudio”, de 1940. Sus lienzos, grabados, ilustraciones, dibujos y carteles expresan como ilustramos imágenes de nuestra tierra, ambiente, tradiciones y la figura del puertorriqueño común y trabajador.

Falleció en marzo del 2008 a los 85 años de edad, víctima de un cáncer pulmonar que le había sido diagnosticado dos meses antes. A continuación, una de sus obras en óleo sobre lienzo.

La pintura “Psicoanálisis de un vejigante” se desarrolló en el año 1971, como antes dije, fue hecha por Rafael Tufiño Figueroa y fue trabajada en el medio Óleo sobre Lienzo. Sus medidas son 35 ¾ X 51 3/8.

Durante la década de los 70 fue un momento de inflexión en la historia contemporánea de Puerto Rico. A finales de los años 60 y a principios de los años 70, Puerto Rico se vio afectado por una crisis económica que hubo a nivel mundial. Ademas explota la guerra en Vietnam y muchos puertorriqueños se unieron a la batalla e incluso forzaban a jóvenes adultos a ingresar a la misma. Se comenzó a integrar la música británica en Puerto Rico y comienzan a escuchar rock, entre otras cosas que adoptaron de culturas ajenas a las del país.

Según López Quintero (curador), Tufiño hace una reflexión de lo que son las artes en Puerto Rico, de lo que era ser artista en el Puerto Rico de aquel entonces y lo hace con mucha ironía y sarcasmo, con una figura clásica del folklor puertorriqueño, psicoanaliza al vejigante y este personaje luce vencido.

Para mí, la pintura expresa como el puertorriqueño ha ido dejando caer a su cultura y ha ido adoptando culturas de otros lugares. Ahora bien, en cuanto a los elementos del arte, la pintura tiene líneas verticales en las patas del mueble y en un cuadro que sobre sale de la pared. Las líneas verticales expresan firmeza, elegancia y elegancia por lo que el mueble también transmite esto. Además la base del mueble y los sócalos destacan líneas horizontales, mostrando así estabilidad en la pintura. En la máscara del vejigante se pueden ver líneas diagonales al igual que en el espaldar del mueble y el diseño de la madera en el mueble contiene espirales que muestran expansión. También pude observar en el piso unas líneas en forma de zigzag que son las que muestran ruptura dinamismo y peligro. Podemos ver el espacio a ambos lados del mueble y sobre este. La pintura muestra forma bidimensional en el mueble y tiene formas orgánicas sobre él.

La figura más importante en esta pintura es el vejigante que se ve en una posición de derriba. Los colores que más podemos apreciar son los fríos en toda la ropa del vejigante y quizás un poco de los calientes. Ya que la imagen lo que tiene son colores fríos, no produce emociones favorables. La pintura psicoanálisis de un vejigante me transmite dolor, derrota, pérdida y debilidad. Entiendo que los colores fueron

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