Profesor Reflexivo
LuzCarolina6 de Septiembre de 2012
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Problema:
Jonh Dewey estableció una definición entre acción humana reflexiva y rutinaria.
La acción rutinaria está dirigida por el impulso, la tradición, la autoridad. Los maestros que no reflexionan sobre su acción docente aceptan la realidad cotidiana de las escuelas, perdiendo frecuentemente de vista los objetivos y metas hacia los que dirigen su trabajo convirtiéndose en meros agentes de terceros.
La acción reflexiva supone una consideración activa, persistente y cuidadosa de toda creencia o práctica. No consiste en un conjunto de pasos o procedimientos que tengan que seguir los profesores, es un proceso más amplio que incluye:
Schön dice:
Se critica a las instituciones formadoras de no saber enseñar las nociones de una práctica eficaz
Para elaborar su propuesta de profesional reflexivo Schön recupera planteamientos bastante conocidos de Dewey como el de "aprender haciendo".
Así, los estudiantes aprenderían bajo la guía de un profesional con más experiencia en donde conocerían no sólo contenidos sino lógicas de resolución ante situaciones de incertidumbre, concibiendo estas acciones no como elementos alejados del currículum, sino como intervinientes y articulados en él.
Un prácticum es una situación pensada y dispuesta para la tarea de aprender una práctica. En un contexto que se aproxima al mundo de la práctica, los estudiantes aprenden haciendo, aunque su hacer a menudo se quede corto en relación con el trabajo propio del mundo real
El quehacer no reflexivo del docente, tiene un impacto en la formación del profesional reflexivo.
Soluciones:
Las soluciones implican acciones tanto actitudinales como técnicas:
Actitudinales:
Apertura intelectual: para atender a más de un punto de vista, para reconocer errores aún de sus más arraigadas creencia. El docente reflexivo se pregunta constantemente por que los estudiantes hacen lo que hacen en la clase.
Actitud de responsabilidad: Supone una consideración de las consecuencias a las que conduce la acción, con respecto a los efectos de la tarea docente en el desarrollo intelectual, social y emocional de los alumnos.
La sinceridad: Implica que el docente debe reflexionar en cada instante, orientando su accionar a la consecución de ciertos fines. También implica reconocer las equivocaciones y pedir disculpas a quien corresponda bajándose del pedestal en el que se coloca muchas veces y que se convierte en una barrera muy difícil de pasar.
El afecto: El afecto permite interesarme por el otro, sentirse responsable de los alumnos, no solo dando la materia de forma técnicamente correcta sino haciendo que entiendan lo que se les explica desde el buen trato.
Dar tiempos, respetar el tiempo del otro: Dado que es un bien escaso, estamos muy preocupados por los tiempos institucionales y queremos finalizar nuestros programas de estudio. El tiempo, cuando es bien empleado, atendiendo a los requerimientos individuales, se aprovecha mucho mejor.
Profesión vs. Vocación: cuando una persona tiene vocación se preocupa por defender aquello en lo que cree y además logra aquello que se propone. El que es solo profesional se preocupa en demostrar su cualificación técnica frente al estudiante.
El poder escuchar: Para poder escuchar realmente debe existir una predisposición interna de entender que cosas son las que le suceden al otro o el interpretar aquella idea o necesidad que cada uno plantea.
El compromiso: entre el decir y el hacer. Los adultos asumimos compromisos coherentes con nuestro rol. Si no los cumplimos los alumnos resultarán desconcertados sin saber que es lo correcto y que no lo es.
Acciones técnicas:
Las cuestiones que se plantean deben movilizar destrezas cognitivas
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