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¿QUÉ ES LA LIBERTAD?


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2021  •  Ensayos  •  2.637 Palabras (11 Páginas)  •  106 Visitas

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¿QUÉ ES LA LIBERTAD?

Alejandro Iván De Valle Guerrero

¿Qué es la libertad?, es la pregunta que abre este ensayo. Las respuestas discurren problematizando tendientes a moldear el concepto a través del entretejido de diversos filósofos que han pensado este tema. Iniciamos definiendo libertad, para luego abordar aquello que se le opone y cómo se expresa este juego de opuestos en el ser humano. La radicalidad de la libertad contra la renuncia a la misma. La libertad como ensayo del sentido de vida, que requiere de la voluntad y el libre albedrío. Si bien la libertad es irrenunciable, como la dignidad, debe desarrollarse, acrecentarse.

 “Libertad (Del lat. libertas, -ātis.): 1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.” Leemos en el Diccionario de la Lengua Española.

Por su parte, el filósofo mexicano Ramón Xirau nos ofrece, de su libro Introducción a la Historia de la Filosofía, el siguiente planteamiento:

Libertad: las teorías del libre albedrío se oponen al fatalismo y al determinismo: se encuentran, en general, dos ideas a veces complementarias de la libertad: la libertad como capacidad de escoger, y la libertad como dominio de sí y liberación de las pasiones.

Es difícil definir el concepto de libertad, como bien señala en el Diccionario Filosófico, el Dr. Ferrater y Mora:

He aquí, a modo de ejemplos, algunos modos como se ha entendido el concepto de libertad: como posibilidad de autodeterminación; como posibilidad de elección; como acto voluntario; como espontaneidad; como margen de indeterminación; como ausencia de interferencia; como liberación frente a algo; como liberación para algo; como realización de una necesidad.

Pero, ¿por qué es tan difícil definir la libertad? Apunta a una condición humana, es decir, a una forma en que es el ser humano en cuanto tal. Como la concepción del ser humano ha ido cambiando con el transcurso del tiempo, podemos señalar a una forma de entender la libertad en su acepción original, empleada por los griegos. La palabra Liber se refiere a la persona, al muchacho varón específicamente, que está en edad de procreación y que puede integrarse a la sociedad asumiendo responsabilidades. En la sociedad de la antigua Grecia, había básicamente dos clasificaciones para los seres humanos: esclavos y hombres libres.

Se entiende, entonces, por oposición que la persona libre es aquella que no está sometida o dominada como los esclavos. Asimismo, los filósofos como Aristóteles plantearon que una persona no podía ser libre sólo por su condición de tener ataduras externas (alguien lo domina), sino que había que controlar sus impulsos, es decir, debía dominarse. Y reflexiona Aristóteles: si la persona no domina sus pasiones, éstas le dominarán. Para este filósofo, libertad es autodeterminación, es decir, “yo me impongo a mí mismo un dominio para tener libertad y no dejarme dominar”. A pesar de ello, cuántas veces no observamos que renunciamos a la libertad por seguir nuestros anhelos y querencias: necesitas ahorrar dinero para pagar algo y en cuanto la moneda toca tus manos, no cae a tu bolsa sino que termina en la caja registradora de alguna tienda; necesitas “entrar” en un vestido para la graduación… te ganó el hambre anoche; sabías que no debías pelearte con tu papá pero te dejaste seducir por la venganza y el enojo.

Corre la historia de que cierta pareja tuvo un hijo y bajo su falso concepto de libertad de “hacer lo que quiero”, decidieron que el crío fuera lo más libre posible (quién sabe, tal vez creían, como Aristóteles, que la felicidad es el objetivo del ser humano y era lo razonable que la felicidad estaba en hacer lo que uno quiere). Así que actuaron consecuentemente con sus creencias y eligieron (¡vaya ejercicio de la libertad!) no mandarlo a la escuela, no ponerle límites, darle todo lo que pidiera, dejarlo hacer lo que se le antojara. ¡Qué delicia de vida!, seguro muchos piensan. Lo que no piensan, empero, es que tuvo sus consecuencias este muchacho justamente en su persona, en su ser: no podía hablar bien, no sabía leer ni escribir, no toleraba la frustración… terminó asesinando a sus padres en un arranque de enojo. Cuando lo descubrieron deambulando en la calle los policías, les pareció que era más un animal que una persona, y le apodaron “el niño rata”. Qué paradójico: necesitamos disciplina para ser libres.

¿Crees en el horóscopo o en la suerte? ¿No te parecen que la idea que sustenta esas creencias, que todo está escrito y que no hay nada que no sea producto de nuestro esfuerzo, son contrarias a la idea de libertad y voluntad? El concepto del destino, como aquello que está “escrito” de antemano, que ya está predeterminado para que pase, que es ineluctable, se aleja de la idea de la libertad. Cuántas veces deseamos conocer el futuro, resignando nuestra capacidad de cambiar las circunstancias, porque vemos mermada nuestra libertad. Sin embargo, la libertad implica un actuar. Decidir y actuar. Es ahí donde la filósofa Hannah Arendt, una de las mentes más brillantes de la filosofía contemporánea, nos regaló la siguiente idea: “[la acción es la] capacidad de iniciar algo nuevo, es un recordatorio siempre para los hombres que si habemos de morir, no han nacido para eso, sino para comenzar algo nuevo.” La libertad, por tanto, se realiza en el actuar, por lo que la libertad corresponde en última instancia a la reflexión ética: hemos obrado o no libremente. Cuántas veces las acciones impensadas, irreflexivas, nos llevan al destino fatal, cuántas veces, no actuar también nos lleva al desenlace trágico. Cambiar el destino es actuar.

Entonces, pensar la libertad significa tenerla en oposición a otros conceptos, como la determinación, el destino, la esclavitud, o el dominio. Sin embargo, no hay que olvidar que el principal concepto opuesto a la libertad es la necesidad, lo necesario. Según el Diccionario Filosófico Marxista, “el punto de vista de los que consideran que la voluntad humana es absolutamente libre e independiente de toda causa, significa la negación completa de las leyes objetivas de la Naturaleza y de la Sociedad”; esto quiere decir que la libertad, entendida como voluntad (querer), es coartada por las leyes naturales y sociales, o sea, por lo que “sí o sí”, siempre ocurre en la realidad: mi cuerpo es un límite natural a mi libertad: no puedo superar los límites que se imponen por mi biología (sí o sí necesito comer, beber y dormir), ni los que me impone el mundo físico (la fuerza de la gravedad me tiene atado, por más que salte, al suelo). Así también la sociedad nos impone límites: las otras personas nos dominan cuando somos pequeños (maestros, padres, abuelos, hermanos o sacerdotes), o nuestras ideas y acciones son meras repeticiones de lo que las personas que nos rodean hacen, por no decir de las leyes sociales que son invisibles a nuestra conciencia, como las de la economía. Entendamos, por tanto, la necesidad como concepto filosófico que se refiere a todo aquello que indefectiblemente o inevitablemente ha de ocurrir.

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