Razòn Sensible

RAZÒN SENSIBLE, SINFONÌA UNIVERSAL.

“La vida, en sus diversos aspectos, es un movimiento perpetuo en el que se expresa la unión de los contrarios.”

Michel Maffesoli

“El narcisismo de las pequeñas diferencias, es la obsesión por diferenciarse de aquello que resulta más familiar y parecido.”

Sigmund Freud

En la vida social hay diversos saberes, que se fusionan para darle vitalidad a la una eterna sinfonía universal, así pues, la razón -en forma de sinfonía- es un movimiento lento, que con el tiempo atraviesa un ritmo ternario, y en contraste, la sensibilidad es un movimiento rápido y atrevido pero a la vez armonioso. Sin embargo se habla de estos dos saberes, como si se tratara de sonatas separadas, donde hay melodías inspiradas en la naturaleza, en el misticismo religioso, la estética, la inteligencia, los mitos, las experiencias personales y sociales que conforman la realidad humana en distintas representaciones; las de lo racional e irracional y las de lo sensible e insensible, dicho de otro modo, en este momento de la historia humana se escucha una sinfonía universal con la más compleja estructura musical de la que nunca antes se habían oído. No obstante, el sujeto contemporáneo esta en una búsqueda frenética del silencio en el tiempo y en el espacio, la importancia del silencio se resume en la frase del poeta, dramaturgo y novelista francés Alfredo de Vigny: “Solo el silencio es grandioso, todo lo demás es debilidad”.1

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1. Vigny Alfredo (1824) Èloa, ou La soeur des anges.

En la vida social, la razón se sitúa como una entidad que posee la verdad absoluta, como si fuese una sonata que respeta un mismo patrón, no obstante, hay distintas hegemonías herradas que están alojadas en los imaginarios colectivos, y que creen poseer la verdad, para dar uno de tantos ejemplos, en gran parte de la sociedad se considera que todas las personas nacen heterosexuales y deben vivir de esta manera, además, se establecen expectativas sociales que el sujeto debe cumplir en relación con su cuerpo, como plantea Isabel Moya en su libro el sexo de los ángeles, “Este proceso sociocultural y subjetivo denota relaciones jerárquicas de poder, en contextos concretos e históricamente determinados, y signa el proceso de interacción entre los seres humanos en el ámbito doméstico, privado y público. Esta construcción de sentido está a su vez condicionada por la raza, la clase, la etnia, la diversidad sexual, la discapacidad y otras tipificidades de la condición humana.”2 Sin embargo, al romper estos modelos se remplaza esta idea y se puede asumir que la identidad sexual es modificable.

Análogamente, Sigmund Freud asegura en sus libros tótem y tabú y el malestar de la cultura que la libido de las persona o las pulsiones de vida y de muerte, -eros y tànatos- maduran en los individuos, dicho de otro modo, el sujeto puede cambiar el objeto de deseo a lo largo de su vida, aunque la elección del objeto quede restringida por ambientes culturales hostiles, en los que la cultura domestica al sujeto. En algunos casos los sentimientos se subliman, y se reelabora el deseo de manera licita para la sociedad, a pesar de todo, el deseo no se crea ni se destruye simplemente cambia. De cualquier modo, se plantea que la cultura esta ligada al

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