Reconfiguracion De La Comunicacion
mirsaerla23 de Noviembre de 2012
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e que el conocimiento, la ciencia y la tecnología
constituyen un capital, es decir, son una riqueza que produce riqueza. La riqueza de las sociedades y la posición que los individuos ocupan en la estructura social cada vez más dependen de la
calidad y la cantidad de capital cultural que se logra producir y
acumular. En las sociedades contemporáneas este capital existe
bajo tres formas básicas. La primera es la forma objetivada, es decir, hecha cosa: en tanto que es un producto humano, trasciende
a los individuos y pareciera existir en el exterior de los sujetos
(bajo la forma de teorías, fórmulas, procedimientos codificados
que se pueden encontrar en los libros y otros textos, así como en
las herramientas, máquinas, obras de arte, etcétera). Este capital
se puede heredar o adquirir. Pero la cultura objetivada sólo es
eficiente y cumple con su función social en la medida en que
es activada o utilizada por un agente que dispone de cultura incorporada, es decir, literalmente alojada en el cuerpo como saber hacer, saber apreciar, comprender, entender, etcétera.
La cultura incorporada tiene otra lógica de apropiación, más
compleja que la de la cultura objetivada. El aprendizaje es el proceso interminable mediante el cual los agentes incorporan la
cultura. Este proceso es complejo, pues los individuos no son
simples receptores pasivos de la cultura socialmente producida.
El aprendizaje requiere una actividad que, en gran medida, es
un proceso de producción social o, más bien, de coproducción, INTRODUCCIÓN. MIRAR LA ESCUELA DESDE AFUERA 13
12 NUEVOS TEMAS EN LA AGENDA DE POLÍTICA EDUCATIVA
ya que no sólo "actúa" el que aprende, sino también una serie de
agentes adultos especializados (los profesionales de la educación) y no especializados (los padres de familia, los amigos, los
medios de comunicación de masas, etcétera).
Por último, hay que recordar que existe una "forma" de capital cultural que aparece con la conformación de los modernos
sistemas escolares típicos del Estado nacional capitalista. Ésta es
la "forma institucional". En efecto, el sistema escolar moderno
generaliza el "título o diploma", es decir, una certificación garantizada jurídicamente por el Estado que pareciera tener un valor
propio, independientemente de la cultura incorporada por sus
portadores. Hoy, en un contexto de escolarización masiva en el
que no siempre están presentes las condiciones sociales y pedagógicas del aprendizaje, parecería que es más fácil distribuir títulos y certificaciones que desarrollar conocimientos poderosos en
las personas. De allí la preocupación por el tema de la calidad y
su incorporación a la agenda social y política.
Las modernas tecnologías de la información y la comunicación han puesto al alcance de la mano de millones y millones
de seres humanos una parte importante de la cultura objetivada. Cualquier individuo, con un bajo costo, puede conectarse
a Internet y de esta manera acceder a un caudal impresionante
no sólo de datos e información, sino también de conocimiento y
productos estéticos de diverso tipo. Esta democratización de la
cultura objetivada nunca vista antes contrasta con la concentración del capital cultural incorporado necesario para utilizarla y
darle sentido. Internet es como una gran biblioteca o enciclopedia universal al alcance de todos. Pero son pocos los que tienen
las competencias, las disposiciones y criterios de valoración necesarios para leerla, entenderla, utilizarla y disfrutarla. De allí la
importancia estratégica de la socialización
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