Reconstruyendo El Compromiso Con La Humanidad

Reconstruyendo el compromiso con la humanidad

Actualmente vivimos en una sociedad con muchos vicios, con mucha incertidumbre, con mucha opulencia pero al mismo tiempo con muchas carencias, con mucho egocentrismo y mucha ambición, bajo estas condiciones ¿Cómo esperamos que el prójimo nos tienda su mano para ayudarnos en algún momento de nuestra vida o en el peor de los casos en la peor de las agonías?....

Hace algún tiempo, no muy lejano, existió una mujer de origen helvético dedicada en cuerpo y alma a la caridad, a realizar, sin esperar nada a cambio labor social con los moribundos y con la sociedad en general, ella era Elisabeth Kübler-Ross.

Elisabeth estudio medicina en su natal Suiza, ella se dedicaba ayudar a los más necesitados y alentaba a las personas a luchar contra la negatividad que les impedía disfrutar sus vidas y que a la vez les provocaba el temor a la muerte. Su idea era que si vivías plenamente, no importaba si te morías a los 10, a los 20 o a los 100 años.

Kübler-Ross comparaba a las personas con tartas de manzana, decía que todos estamos hechos de porciones, exactamente de 4 que abarca el área espiritual, física, intelectual y emocional. De la misma forma, ella en sus múltiples conferencias llegó a establecer su propia teoría de las 5 etapas, las cuales se aplicaban a quienes se han de enfrentar una enfermedad incurable (Elisabeth, 1991). Las cinco etapas consistían en:

1. Rechazo y shock iniciales: el individuo no acepta la idea de que le hayan diagnosticado la enfermedad.

2. Ira, rebelión: sufre de enfado tanto con el médico que le hizo el diagnóstico, sus familiares e incluso hasta con el mismo Dios.

3. Regateo: la persona piensa que haciendo promesas se le otorgara un plazo mayor al que su enfermedad le permitirá vivir.

4. Depresión abandono: al darse cuenta de que su enfermedad es irreversible, el paciente se aísla del mundo y solo quiere tener contacto con sus familiares y amigos más cercanos.

5. Aceptación y apertura: el individuo acepta su destino, acaba sintiéndose en paz consigo mismo y deja de rechazar su destino.

Las etapas antes mencionadas no todos los enfermos terminales podían cumplirlas, decía que solo las cumplían las personas que habían sido detectadas a tiempo de su enfermedad.

Elisabeth es un gran ejemplo de compromiso con la humanidad, como lo fue en su tiempo la Madre Teresa de Calcuta (con quién también tuvo contacto), quien es recordada como el miembro más destacado de la orden de las Hermanas de Nuestra Señora de Loreto para luego ser la fundadora de la orden de las Misioneras de la Caridad, y también ganadora del premio Nobel de la Paz en 1979; lo que nos lleva a preguntarnos, ¿Qué estamos haciendo nosotros para

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