Relación entre el Humanismo y la Educación

Relación entre el Humanismo y la Educación

Autor: Erika Martín

“El humanismo es un sistema de pensamiento que se centra en el humano, sus valores, capacidades y valor”                      American Heritage Dictionary 

Después de varias lecturas sobre la corriente filosófica del Humanismo, no me queda más que concluir que ésta fue el primer paso hacia una revolución pedagógica. Aunque el humanismo que se desarrolla durante el Renacimiento no llega a modificar la metodología de enseñanza –sobre todo de los primeros años escolares del estudiante-, sí impulsa cambios en la acción de educar.

El humanismo retó la escolástica medieval basada en la teología y accionó la educación basada en el uso de la razón. Citando al Dr. V.K. Maheshwari:

El humanismo es el espíritu de aprender que se desarrolló a finales del medievo con el renacimiento de la cultura clásica y una confianza renovada de la capacidad del ser humano para poder determinar por si mismos lo que es verdad y mentira. (Humanism and Education, 2011)

La influencia de la corriente filosófica del humanismo en la educación empieza a partir de su postura sobre los valores considerados importantes. Este movimiento libera a las personas de los valores asociados únicamente a la religión e impulsa el valor supremo de la individualidad del ser humano. Lo valores humanos se vuelven imperativos, teniendo como prioridad el desarrollo del intelecto de la persona. Derivado de esto los maestros se sustituyen por personas laicas en lugar de eclesiásticos y surgen escuelas dirigidas por escolásticos; como se observa en la actualidad.

Esta priorización de los valores del ser humano determina la responsabilidad del profesor en el aula: Desarrollar el poder intelectual de los alumnos. Dicha meta se logra a través del cumplimiento de cinco objetivos básicos de la visión humanística de la educación:

• Promover la autogestión e independencia positiva (desarrollo del Sistema de Regulación);
• Desarrollar la capacidad de asumir la responsabilidad de lo que se aprende (desarrollo del Sistema de Regulación y el Afectivo)
• Desarrollar la creatividad (aspectos de pensamiento divergente de la cognición);
• Desarrollar curiosidad (comportamiento exploratorio, una función de desequilibrio o disonancia en cualquiera de los sistemas);
• Impulsar el interés por las artes (Desarrollar el sistema afectivo / emocional). (Humanism and Education, 2011)

Estos cinco objetivos se conservan como legado en la educación humanista actual, sin embargo, con el tiempo, se van haciendo mejoras a la metodología de aprendizaje y el rol que funge el maestro para alcanzar estos propósitos.

A diferencia de la educación humanista actual, en la que el profesor actúa como facilitador flexible del aprendizaje en todas las etapas del desarrollo cognitivo del individuo; durante el renacimiento, el maestro dirigía el aprendizaje del estudiante hasta que este adquiría los conocimientos de estudios clásicos. Posterior a este hito, el aprendiz podría ser libre y creativo en sus pensamientos y razonamientos. Esta descripción del rol del maestro en el renacimiento, es la que nos confirma que las primeras etapas del humanismo no modifican la metodología del aprendizaje medieval (pedagogía medieval).

No obstante, se transforma el papel del estudiante. El aprendiz se vuelve un ser individual capaz de resolver problemas a través de su experiencia previa y el uso de la razón. Por lo tanto, en la enseñanza se vuelve crítico que el maestro sea capaz de identificar las diferencias individuales de sus alumnos para así poder adaptar y graduar la didáctica impartida.

Finalmente, si concebimos el humanismo en sentido general, según la perspectiva de Garcia Gallo, como: “un conjunto de ideas que destacan la dignidad de la persona, la preocupación por su desarrollo armónico y la lucha por crear condiciones favorables al logro de tales fines”; podemos decir que esta filosofía ha trascendido a través de las metodologías de aprendizaje modernas. Desde el conductismo hasta el constructivismo reflejan al sujeto como un fin y no un medio, que es capaz de transformar sus condiciones a partir del desarrollo de sus capacidades.

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