RELACIÓN ENTRE FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE VILLA MARÍA
INSTITUTO ACADÉMICO PEDAGÓGICO DE CIENCIAS HUMANAS
LICENCIATURA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

RELACIÓN ENTRE FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN.

ASIGNATURA: FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN
CICLO ACADÉMICO 2019
PROFESOR: Ricardo Bussetti
ALUMNO: Jimena Romero.

 INTRODUCCIÓN

La educación como idea y como realidad, constituye el problema capital para el hombre, porque está ligado a los aspectos esenciales de su vida. El proceso de formación es esencialmente humano. La vida es formación, pero es también autoformación en la medida en que la propia conciencia y voluntad presiden ese  desenvolvimiento. Para esto es necesario que la educación sea siempre educación de la libertad.

La educación debe ser proceso de formación autónoma y heterónoma a la vez, porque necesita estimular sistemáticamente el desarrollo de los procesos vitales. Este desarrollo implica no sólo crecimiento biológico, sino también desenvolvimiento de la capacidad para el dominio de esos procesos mediante el manejo. Educarse es ampliar los límites y poderes propios, conscientes del hombre. La educación debe ser desarrollo y conducción, pero también debe humanizar, salvar al hombre del exclusivismo de su imperio vital para elevarlo hasta el mundo del espíritu, a través de la libertad, la creación, y la moralidad. La educación debe reconocer fuerzas cognitivas, elementos biológicos y psicológicos individuales, básicos para el desenvolvimiento de la personalidad.

Cualquier tarea educativa, debe tener por camino y mira la unidad e integración del hombre. Una de las deficiencias fundamentales de la educación tradicional ha sido la visión parcial. El campo de la educación es todo el hombre y toda la vida.

La educación  no debe mirar ciegamente  al hombre en formación, como un objeto plástico, susceptible de alcanzar  formas y espíritu impuestos por  móviles o mandatos exteriores procedentes de una conciencia, influyente  y dominante que  se identifica  con la rígida voluntad  de un estado. Es necesario comprender y sentir la trama oculta de la realidad educativa.  Tomando en cuenta a la teoría, ésta es  indispensable siempre que no quede en teoría. Teoría y práctica son correlativas, pero ésta no tiene sentido cuando la esclarece un pensamiento crítico y fundamentado. Es indispensable colocar las prácticas educativas, particularmente en el campo escolar, en manos de personas preparadas para ese fin con un entendimiento claro de sus cuestiones inmediatas y concretas y con capacidad para reflexionar sobre la educación.  Un ejemplo de esto, puede observarse en la enseñanza secundaria, en donde  profesores sin pedagogías que proceden por sugestiones o improvisaciones peligrosas, sin principios científicos ni normas prácticas apoyadas en ellos por la experiencia. Tal es el caso de profesionales por ejemplo de la salud que se encuentran en la secundaria impartiendo clases, sin siquiera tener la pedagogía.

La verdadera pedagogía se extrae de profundas reflexiones acerca del hombre y de la naturaleza y límites del acto de educar. Una filosofía del hombre debe servir de base a las reflexiones acerca de la educación y al tratamiento de sus problemas. El fondo de la filosofía siempre es una concepción de la vida. Filosofía y educación antes y ahora guardaron estrechas relaciones. Teniendo en cuenta esto, se puede considerar que las ideas filosóficas desempeñan siempre un papel muy importante en el desarrollo científico de la educación. La pedagogía es teoría y acción que lleva latente una filosofía. Es inconcebible una pedagogía sin una filosofía del hombre, sin una idea de su naturaleza, sin una concepción del espíritu. Ambas, generan dos modos de concebir la educación: proceso heterónomo o proceso autónomo y dos modos de concebirla: como ciencia empírica o como ciencia filosófica. En este punto sería interesante nombrar a un pedagogo importante como lo es Nassif, este considera que la educación tiene dos direcciones como se nombró previamente, lo que él considera heteroeducación; como un proceso que se organiza, ejerce y se impone desde afuera. Y la autoeducación; que es la que nace del individuo mismo, se apropia de lo que le es exterior y lo conforma a su individualidad.

La pedagogía es una ciencia con límites, contenidos y medios propios, pero requiere un sólido cimiento filosófico. Se considera a la filosofía como disciplina que trata de agotar el saber. Quiere llegar a verdades incondicionales, es decir, de valor absoluto. No admite supuestos.  La filosofía de la educación tiene por objeto de estudio los  problemas esenciales de la educación.  El estudio filosófico del hombre conduce a un concepto ideal de la educación, y éste a la doctrina y la práctica pedagógica.  

Ampliando este aspecto, cabe destacar tres cuestiones que  se plantean en torno a la educación, Ellos son: 1- La educación y su problema previo: la idea del hombre (antropología filosófica) 2- la educación y su problema esencial: la idea del fin (teleología didáctica) 3- La educación y su problema derivado: la idea de los medios (metodología didáctica).

La pedagogía es ciencia filosófica, que investiga en el ser del hombre  y  en su ámbito cultural  los fines de la educación para la acción educativa. La filosofía ofrece apoyos a la ciencia pedagógica como a todas las ciencias, pero los elementos y principios constructivos los elabora con material propios, referidos a la educación. La pedagogía es un sistema de ideas y acciones que se dirige a formar al hombre dentro de un vivir moral. El fin educativo es contemplado no como ideal abstracto sino como un nuevo modo de ser del educando, como su deber ser, como un juego de calidades inexistentes en el desarrollar y afirmar a través del proceso educativo.

La configuración teórica de la pedagogía debe descansar en dos conceptos: finalidad educativa o fuentes de formación: educabilidad o capacidad de formación. El primero es como que pre establece la forma en que debe someterse. El segundo, la materia, informe o no formada. La pedagogía le convierte en realidad  concreta el pensamiento abstracto de las instituciones vivas de la filosofía sobre la vida humana y sus ideales. La educación tiene que ser mirada siempre como el tránsito de un ser en formación hasta el deber ser que implica vida madura y personalidad formada. La misma debe proseguir su esfuerzo  de fomentar las fuerzas creadoras del hombre y su amor por la libertad,  por la esencia de la vida.

La filosofía será siempre punto intermedio entre la absoluta ignorancia y el saber pleno. El saber que no se sabe es ya saber algo, sirve para conjurar el gran peligro que amenaza obstruir la inteligencia humana; el conformarse con lo hasta ahora obtenido.

La filosofía con respecto a la tarea educativa tiene el sentido de elevar la mirada por encima de lo que hay, de lo que está ahí. Debe hacer posible  un auténtico  proceso hacia la plenitud. Ésta es la principal misión que tienen los saberes filosóficos y en particular la antropología pedagógica, en relación  con la tarea educativa, también la educación constituye una eterna aspiración.  Fullat dice: “La  filosofía no solventa tal vez ningún empírico, pero por lo menos deja al desnudo que el ser humano se halla constantemente enfrentado a obstáculos y a aflicciones que no le dejan en paz. “Lo que hay” se hace eternamente problemático al hombre”. (JOSÉ MARÍA BARRIO MAESTRE. 1998 p: 26)

Barrio- Maestre plantea que el trabajo de educar no es algo puramente técnico por lo que  propone tres fórmulas para mejorar y sistematizar las ideas en relación a la necesidad fundamental del trabajo educativo: 1- La necesidad de una imagen antropológica: La educación no puede llevarse a cabo sin un criterio de excelencia marcado por un modelo, un paradigma de humanidad. La educación es un fenómeno social y que el educador, como profesional, ha de dar cuenta ante la sociedad de lo que hace  y ofrecer unas garantías de la calidad de su trabajo.  El educador necesita contar con rutinas técnicas, pero, como causa activa de la educación, ha de tener fundamentalmente presente aquello en virtud de lo cual trabaja.  2- Aprender a ser lo que es: El hombre necesita aprender a ser lo que es porque la biología no se lo da resuelto, como a los demás animales. Para el hombre vivir es hacerse la propia vida. El hombre para comportarse como lo que él es, necesita proponérselo y para ello tiene que pensar. 3- La educación como autoeducación: La tarea educativa nunca tiene garantizado el éxito, si se consideran las cosas desde el punto de vista de la eficacia medio- fin. Lo importante en educación no es lo que el educador hace con el educando, sino lo que éste hace consigo mismo, pues la educación es principalmente autoeducación.  Es necesario volver a insertar al ser humano  en el centro de las cuestiones de alcance mundial y buscar la solución de los problemas mejorando la calidad y preparación del hombre por medio de la educación.

Adicionalmente, la filosofía de la educación está aún por hacer. Ésta es filosofía y, como tal, es quehacer privativo del filósofo. La filosofía de la educación como disciplina científica ha sido tierra de nadie y ha quedado por configurar.

La pedagogía y la filosofía de la educación, no son dos ciencias distintas, sino dos denominaciones, de diversa raíz filosófica y cultural, de una misma reflexión, de una misma ciencia. El autor G. Avanzini, se centra en el pensamiento de Durkheim, para él la pedagogía es una teoría práctica, cuyo rol es el de mediación entre la ciencia de la educación y la actividad educativa cotidiana. Desemboca aquí un uso generalizado de pedagogía que la distingue de la ciencia de la educación por su carácter normativo y su relación directa con la acción educativa. La pedagogía es reflexión sobre una realidad llamada educación. Cuando hablamos de educación, se la entiende al conjunto de operaciones psico-gnoseológico, morales por las cuales un sujeto humano desarrolla sus capacidades naturales. La ubicación de la filosofía de la educación  como filosofía práctica se justifica, entonces, porque su objeto es un operable, es decir, el fin de la educación, su fin es reglar la acción y su método es resolutivo.  

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