Reporte "El Extranjero"

Introducción

Albert Camus

Novelista, dramaturgo y ensayista francés. Nacido en el seno de una modesta familia de emigrantes franceses, su infancia y gran parte de su juventud transcurrieron en Argelia. Inteligente y disciplinado, empezó estudios de filosofía en la Universidad de Argel, que no pudo concluir debido a que enfermó de tuberculosis.

Formó entonces una compañía de teatro de aficionados que representaba obras clásicas ante un auditorio integrado por trabajadores. Luego, ejerció como periodista durante un corto período de tiempo en un diario de la capital argelina, mientras viajaba intensamente por Europa. En 1939 publicó Bodas, conjunto de artículos que incluyen numerosas reflexiones inspiradas en sus lecturas y viajes. En 1940 marchó a París, donde pronto encontró trabajo como redactor en Paris-Soir.

Empezó a ser conocido en 1942, cuando se publicaron su novela corta El extranjero, ambientada en Argelia, y el ensayo El mito de Sísifo, obras que se complementan y que reflejan la influencia que sobre él tuvo el existencialismo. Estas ideas se materializan en una visión del destino humano como absurdo, y su mejor exponente quizá sea el «extranjero» de su novela, incapaz de participar en las pasiones de los hombres y que vive incluso su propia desgracia desde una indiferencia absoluta, la misma, según Camus, que marca la naturaleza y el mundo.

Desarrollo

Primera parte

Los hechos ocurren en Argel. El protagonista, Meursault recibe un telegrama en el que se le informa que su madre ha fallecido el debe partir hacia Marengo, donde se encuentra el asilo de ancianos, lugar en el que se hallaba su madre. Pide permiso a su patrón y emprende el viaje. Una vez en el asilo, él esta centrado en sus preocupaciones, se niega a ver el cuerpo de su madre y realiza reflexiones que demuestran su indiferencia ante un hecho de tanta importancia. En lugar de llorar a su madre, de expresarle su dolor, conversa con el conserje, sobre Paris y al momento de ser interrogado sobre su madre y su relación con ella por el director del asilo, el decía que daba lo mismo pues el estaba consiente de que su madre estaba mejor ahí y con el se aburría pues no tenían nada de que hablar y que su situación económica no le permitió pagarle una enfermera privada; todas estas cosas eran comprensibles y hasta cierto punto justificables por el director. Se mantiene distante con los amigos de su madre que vienen a participar del velorio, le molesta el llanto de una de las mujeres y más la presencia del Sr. Pérez quien no lo deja de mirar pues según el intendente el era el amigo mas cercano de su madre y con quien masa pasaba tiempo durante su estancia; aunque para el al final no había nada que decir sobre estos asuntos. El entierro le resulta pesado, tortuoso por el calor de la jornada; una vez concluido regresa a Argel con alegría pensando solamente en dormir. Nada hubo en él que expresara aflicción, pesar pues para el era un ciclo que todos tenemos que cumplir solo que esta vez fue el turno de su madre.

Al despertar y darse cuenta que es sábado, siente el gozo de saber que tiene aun dos días de "vacaciones" (es el permiso que pidió a su jefe por la muerte de su madre) y decide ir a bañarse al mar. Se encuentra con Marie Cardona, una antigua mecanógrafa de su oficina, por la que había sentido deseos en el pasado. La invita al cine y luego pasa la noche con ella. Habían transcurrido pocas horas del entierro de su madre. Sin embargo, no pareció importante; en cambio a Marie le impresionó, aunque no hizo ningún comentario.

Él, entendía que no era su culpa; ya se había disculpado con su patrón pero que con ella no se disculparía. Llega el domingo, describe la gente que pasa por la calle, reflexiona acerca de lo que harán y donde irán y también expresa el aburrimiento que le provoca ese día. Pensó que ya era un domingo menos, que su madre estaba ahora enterrada, que volvería a su trabajo en realidad a su parecer nada había cambiado. No hay ninguna expresión de sensibilidad en sus reflexiones. Vuelve a su trabajo, su patrón lo saluda por el luto y le pregunta por la edad de su madre, el no la recuerda y da una edad aproximada, su jefe tiene un gesto como de alivio de no tener que hablar mas sobre el tema; pues no tenia intenciones de ser condescendiente ni mostraba un interés muy profundo por el hecho, fue más bien una simple cortesía. Sus sentimientos sobre el fallecimiento de su madre no significan mucho, pero si demuestra afecto al hecho de que la toalla que utiliza para secar sus manos en el baño de la oficina, esté húmeda por la tarde y que en lo que a el respecta estos actos tan simples tienen cierta influencia en el animo de la gente. Al regresar a su casa, se encuentra con Salamano, un vecino viejo que tiene un perro sarnoso y enfermo de la piel y comienza a pensar en el tiempo que tiene de conocerlos y la relación entre el amo y el perro.

A continuación se encuentra con Raymond Sintes, un segundo vecino y también hace remembranza de la fama y reputación del individuo en el barrio, pero ese tipo de escrutinio no iba con el y que le daba lo mismo. Raymond lo invita a comer algo en su habitación; comienza a contarle una historia que ha vivido con una amante y el altercado a golpes con el hermano de la misma, lo escucha pero casi sin interesarse por el relato. Por eso, cuando Raymond le pide consejo, le responde con oraciones breves y ante la propuesta de escribir la carta, responde afirmativamente de la misma forma que hubiera rechazado, le era indiferente hacerlo o no. Una vez terminada, vuelve a su departamento y escucha gemir al perro del viejo Salamano. Meursault, recordó que Raymond le dijo que después de esto lo consideraba su camarada; a el le daba lo mismo ser su camarada que no serlo.

Trabajó mucho toda la semana así que el sábado fue a la playa con Marie y pasan la noche juntos. El domingo almuerzan juntos escuchan una discusión en la habitación de Raymond; allí le cuenta a Marie la historia del amante del vecino. Termina interviniendo la policía; el, debe salir de testigo, afirma que le "da lo mismo" aunque no sabia que debía decir. Cuando regresan se encuentran con Salamano que había extraviado su viejo perro. Su consuelo hacia el vecino es muy técnico, solo hace mención a la actitud de la perrera. No es capaz de captar la soledad y el dolor de Salamano y solo fue capaz de decir que el hombre siempre se adecua a las personas y a las cosas que lo rodean.

Un día en el que recibió varias propuestas: Raymond lo invita a pasar el domingo en una cabaña en la paya de un amigo, cerca de Argel, mientras hablaba por teléfono con su amigo,

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