Resumen Del Libro VI De La República
201228754 de Febrero de 2014
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Explicación del libro VI:
LA REPUBLICA DE PLATÓN
LIBRO 6
1) En la iniciación del libro sexto se hace referencia a la diferencia que existe entre filosofos y no filosofos. Puesto que son filosofos los hombres capaces de percibir lo que siempre mantiene su identidad consigo mismo y no lo son los que se detienen en multitud de cosas diferentes.
Puesto que el filósofo es conocedor de ideas. Lo que no cambia, lo permanente y lo inmutable. Posee la virtud de la sabiduría. Es conocedor por tanto de la belleza en si, la justicia en si, el bien en si, y actuara bien, sera virtuoso, y sera tambien el mas capacitado de preservar las leyes y costumbres, el guardian perfecto del estado.
Sin embargo el hombre normal no tiene conocimiento, solo posee lo que los sentidos le presentan del mundo, y esto es opinión. Y Platon los compara con los ciegos, ¿ crees tu que se diferencian en algo de los ciegos los hombres privados del conocimiento del ser en si y no llevan en su alma ningun modelo claro?
No la diferencia no es grande.
• La Naturaleza de los filosofos se basa sobre estas condiciones:
Es amante de la realidad entera, del estudio de lo eterno, quiere la verdad y siete placer en su búsqueda siendo el amante de la verdad mas feliz que el ambicioso y rico, se siente muy atado a la vida y no le teme a la muerte, busca mamoria y facultad para el estudio, posee una disposición natural para aprender la escencia de cada ser.
Si un alma posee estas aptitudes debe ser sometido a una buena educación, para el perfeccionamiento de las mismas y para que consiga alcanzar la idea de bien,
Platon asegura que la educación de los filosofos es esencial por que de ella depende el futuro del estado que el gobierne.
• Sócrates le explico ha Adimanto que la perversión que se achaca a los filosofos no se debe a la filosofia. Existen varias razones que corrompen la naturaleza de un alma noble y la hacen alejarse de la filosofia . La mas notable es la mala educación . Una educación adecuada es el mejor instrumento para la realización de la justicia , tanto individual como social.
Y una mala educación es una de las causas de la perversión de los filosofos, por que todas las buenas cualidades de la naturaleza humana asi como los bienes que corrompen y transforman en males. Y cuanto mejor es la naturaleza corrompida peor es la corrupción. Y todas sus cualidades las pone al servicio de la injusticia.
Con esto Platon afirma que no era partidario del modelo ateniense de educación la cual recaia sobre la familia y particulares y estaba mas deacuerdo con el modelo espartano donde la educación relegaba en el estado.
• Sócrates se lamenta que haya tan pocos hombres dignos de llamarse filosofos y que puedan dedicarse a la política. Pero aquellos que se acercaron a la política quedaron tan defraudados al comprobar que su actividad no contribuia al bien social que prefirieron dedicarse a sus asuntos privados y vivir con la tranquilidad que les proporcionaba saber que no habian cometido injusticias.
Por otro lado, ningun gobierno ha tratado a la filosofia de modo correcto y es la causa de deterioro que sufre y solo podra levantar cabeza de nuevo en el estado ideal.
Sócrates entonces propone un cambio radical en la practica de la filosofia. La dedicación a la filosofia por parte de los jóvenes dura menos que el sol de Heraclito.
Ademas se les enseña la parte mas difícil , la dialéctica.
Como solucion ha este problema Platon propone que los niños y adolescentes se dediquen al cultivo del cuerpo, (gimnasia) y ha recibir una educación acorde a su edad, ya en la madurez se ocupen de los asustos militares y políticos, y cuando sean mayores cultivaran la filosofia tras dejar atrás todo tipo de actividad mundana y gozaran por ello de la contemplación de ideas.
SOLO EL HOMBRE QUE CONOCE LA VERDAD Y ACTUA VIRTUOSAMENTE DEBE SER EL GUARDIAN DEL ESTADO. POR QUE SOLO EL CONSEGUIRA HACER AL HOMBRE Y AL ESTADO PERFECTOS, ES DECIR JUSTOS.
Entendiendo el libro VI:
En fin Glaucón, después de muchas dificultades y de una discusión bastante laboriosa, hemos establecido la diferencia entre los filósofos y los que no lo son".
Según expresa Sócrates, el gobierno, no se confiará a ciegos conductores de ciegos, sino solamente a los que posean ideales claros; aunque se ha de procurar también que no les falte experiencia.
Los amantes de la verdadera filosofía están destinados al gobierno del Estado ideal, porque se consagran a las ideas abstractas y a una concepción sistemática y coherente de la vida.
El diálogo se desarrolla luego con la objeción de que la mayoría de los que se llaman filósofos no son capaces de gobernar ni aptos para ello. La culpa no está en la filosofía. Muchas son sus virtudes, pero también se halla expuesta a múltiples tentaciones: la riqueza, la belleza, etc., o el halago de la multitud.
No considera verdaderos filósofos a aquellos cuya ciencia consiste en conocer y complacer los instintos, los gustos de la multitud heterogénea que se reúne para satisfacer sus instintos, opinando sobre ciencia,
pintura, música o política.
Es así como la filosofía, abandonada por los verdaderos sabios, cae en poder de personas indignas, deslumbradas por los hermosos nombres que se le aplican y sus brillantes apariencias. Por descalificada que esté, comparada con otras profesiones, proporcionará todavía gran prestigio entre los hombres
La consagración exclusiva a la filosofía será la recompensa y el coronamiento de una vida empleada en servicios militares y políticos en el Estado. Ésta es la clase de hombres que debe ejercer el gobierno para que se organice una ciudad perfecta, tanto entre los griegos como entre los bárbaros. El filósofo está por encima de los celos y la envidia: por tener sus ojos fijos en los modelos celestes, se esforzará como gobernante en reproducir, con los materiales de la vida, aquella imagen del hombre que Homero presenta como semejante a un dios. Su reino en la tierra puede parecer un sueno, pero no es totalmente imposible.
Puesto que el filósofo es la piedra angular del nuevo listado, su formación será objeto de especiales cuidados.
No basta el método, que se aplica generalmente, de definir las tres virtudes en relación con las tres facultades del alma. Hay un camino más largo que están obligados a seguir, aquellos que quieren lograr el más elevado de todos los conocimientos, esto es, la idea del Bien. El bien es la base de la ciencia, la ética y la política. El hombre común se maneja con conocimientos prácticos pero el filósofo tiene que estar en condiciones de explicar razonadamente por qué es "bueno" o deseable ser valiente, casto, etc.
Tal razón se basa a la postre en una concepción del sumo bien. La actitud del filósofo en relación al sumo bien, según Platón, se resume en poseer un concepto adecuado, estar en condiciones de definirlo, demostrar su superioridad con argumentos y defenderlo contra los opositores y, por último, en poder deducir sistemática Y evidentemente sus consecuencias éticas y prácticas
Libro sexto por partes:
Sócrates comienza mostrando su satisfacción por haber mostrado (finales de libro V) quienes eran los filósofos verdaderos y los que no. Son aquellos- repite- que pueden alcanzar lo que siempre se mantiene igual a sí mismo y no los que andan errando por multitud de cosas. Ahora bien, Sócrates se pregunta a continuación: ¿cuáles de ellos conviene que sean jefes de la ciudad? Para aclararlo señala una serie de rasgos que deberían poseer aquellos que se muestren capaces de guardar las leyes y usos de la ciudades. Entre estos rasgos son de destacar los siguientes: deben tener en su alma un modelo claro de la ciudad ideal; deben mostrarse apasionados por aprender aquello que puede mostrarles algo de la esencia siempre existente y no sometida a los extravíos de la generación y la corrupción; deben odiar la mentira y amar la verdad, y así, desde la juventud, ser verdaderos amantes del saber sobre toda otra cosa; si son filósofos verdaderes y no fingidos, se deben entregar enteramente al placer del alma en sí misma y darán de lado a los placeres del cuerpo; deben estar ausente de sus almas la vileza y la mezquindad de su pensamiento y tender constantemente a la totalidad y universalidad de lo divino y de lo humano; tampoco deberán tener a la muerte por cosa temible sino ser valientes ante la vida y la muerte por lo que una naturaleza cobarde y vil no podrá formar parte de una naturaleza filosófica verdadera; tambien deben poseer un alma justa, mansa y sociable; además se vigilará si son expeditos o torpes en el aprender pues el que es olvidadizo no suele retener nada de lo aprendido, por ello al alma olvidadiza no debería incluirse entre las propiamente filosóficas, porque éstas deben de poseer una buena memoria. Sócrates finaliza la enumeración de los rasgos afirmando que solamente aquellos hombres que llegasen, por su educación y sus años, a poseer tales rasgos merecerían que se les confiara el gobierno de la ciudad. {Ver Texto1a}
Adimanto protesta acerca del análisis realizado por Sócrates sobre los rasgos que debería poseer un filósofo verdadero y gobernante de la ciudad. Y fundamenta su postura poniendo como ejemplo los juegos de tablas o del chaquete, en donde los que eran ágiles y prácticos se quedaban atascados, como sinónimo de lo que podría sucederles tambien a los filósofos-gobernantes de las ciudades. Y es que los que se dedican a la filosofía, no sólo en su juventud sino tambien en la madurez resultan ser, en su mayoría, personajes extraños, por no decir
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